Los juegos retorcidos y los torturadores de guantes blancos se trasladan ahora a Long Island en los US of A, en un calco cuadro por cuadro de la cinta austriaca. Michael Pitt nunca estuvo mejor que aquí, devorándose a Naomi Watts e incluso a Tim Roth.
Luego de esa función, me tocó sufrir el tráfico de la 1 de la tarde en el subte para llegar a la Sala Lugones. La serie de cortos O estado do mundo, como suele suceder en estos compilatorios de directores diversos, tuvo altibajos. Abrió con el trabajo de Apichatpong Weerasethakul, identificable desde el primer frame. El cortometraje de Vicente Ferraz -director del documental Soy Cuba, el mamut siberiano-, el de los pescadores brasileños, debe ser lo más lineal y convencional que he visto en todo el festival, sin que esto signifique un demérito. Denuncia pura y directa. El chino Bing Wang se pasó de vueltas con su fábrica de brutalidad. Al final, llegó una muestra de lo marciana que puede ser una ciudad como Shanghai. La belga Chantal Akerman nos hipnotiza con la publicidad no-estática, el neón sobre el litoral hongkonés, música pop en castellano, y edificios de fuegos artificiales. Una y otra y otra vez.
A las 7:00 p.m. estuve en la presentación del libro BAFICI: 10 años. Sencilla y breve reunión, casi entre amigos. Estuvieron Sergio Wolf, Manuel Antín «Quntín», entre otros directores y programadores de años pasados. El público no tuvo preguntas que hacer. El libro sale a 20 pesos, barato nomás.
Y ahora cruzo la ciudad para ir a Niceto, al concierto de Benjamin Biolay. Au revoir!
Esta entrada fue modificada por última vez en 17 de mayo de 2013 20:52
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