El colaborador de Martin Scorsese en sus mejores trabajos, Taxi Driver, El toro salvaje y El último vals, Michael Chapman, es el invitado especial, como jurado de la sección oficial, del Sanfic 2008, que finalizará este lunes 25. El pasado jueves 21 de agosto, dentro del marco del festival, se presentó en la Cineteca Nacional del Centro Cultural del Palacio de La Moneda. Recordó sus buenos, viejos tiempos, compartiendo su experiencia en producciones como Tiburón (1975), donde fue operador de cámara a la orden de Steven Spielberg; El fugitivo (1993), que le valió una nominación al Oscar a la mejor fotografía; además de su trabajo con Scorsese, por el que también obtuvo una nominación por Raging Bull en 1980.
Confesó no conocer mucho el cine latinoamericano, aunque sí ha visto algunas películas «buenas, muy buenas», sobre todo brasileñas y argentinas, como La historia oficial. El experimentado filmmaker se declara retirado, tras 35 años de carrera, pero nota que a nuestra región le sobran temas y personajes de la cultura universal, que podrían explotarse para llevarlos a la gran pantalla. «Sudamérica está llena de temas para el cine. Tenemos muchos temas interesantes de los que hacer películas en Sudamérica, donde deberíamos hacer más películas», expresó.
Habló de sus inicios: «Le debo casi todo a Gordon Willis, el director de fotografía de El padrino, donde yo era el operador de cámara… Los productores iban a despedir a Coppola, pero justo él se ganó el Oscar al Mejor Guión por Patton y se dieron cuenta de que era mala publicidad echar a alguien galardonado por la Academia». Luego evocó su trabajo en Tiburón, el filme más taquillero en el que le trabajó, y que sería uno de los más taquilleros de todos los tiempos. «La película se había pasado de presupuesto a niveles demenciales. Sin embargo, había un ejecutivo de Universal que siempre nos apoyaba y decía «déjenlos seguir con la película», reveló.
Acerca de la memorable escena final en la que Travis Bickle se enfrenta a los proxenetas en el prostíbulo, matándolos para después «suicidarse», dijo que «Taxi Driver fue una liberación para todos, que éramos de New York, una ciudad muy oscura y aterradora en los 70. Esa escena era la culminación de aquello». Después de cuatro años, Chapman hizo su última colaboración con Scorsese en Raging Bull, la historia del campeón de peso mediano Jake La Motta.
Nos imaginamos el disfrute de las doscientas personas que asistieron al auditorio de la Cineteca Nacional del país sureño para escuchar a Michael Chapman. Más fotos de su presentación en la web del SANFIC.
(Vía La Tercera)
Esta entrada fue modificada por última vez en 23 de agosto de 2008 18:37
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