Ice Age: Dawn of the Dinosaurs
Dir. Carlos Saldanha y Mike Thurmeier | 94 min | EEUU

Intérpretes: Ray Romano (Manny), John Leguizamo (Sid), Denis Leary (Diego), Queen Latifah (Ellie), Seann William Scott (Crash), Josh Peck (Eddie), Chris Wedge (Scrat), Simon Pegg (Buck), Karen Disher (Scratte), Bill Hader (Gazelle)

Estreno en España y Perú: 02 de julio de 2009

Puro negocio, aunque también puro entretenimiento con las puertas ya abiertas al sistema 3D, y actores de lo más baratito. Vaya, gratis del todo. El mamut Manny junto a su gordi Ellie, el tigre Diego, el oso perezoso Sid, y la ardilla Scrat, un secundario que va haciéndose más prota que nunca a base de codazos a la familia comandada por la productora Blue Sky, rompiendo así el monopolio de Pixar y Dreamworks.

El reino de las franquicias

El mundo del entretenimiento va marcando tendencias económicas con pisadas de argentinosaurus. Si en la primera entrega una película obtiene una recaudación de 383 millones de dólares, en la segunda se invierte más para conseguir más beneficio, pongamos que 650 millones de dólares. La tercera entrega, como en el circo, es un más difícil todavía, más costo, 90 millones por ejemplo, de lo que se espera que al menos doble la segunda recaudación. ¿Lo conseguirá? Hablo en números y en concreto de la propuesta de Ice Age. Aún está por ver el mensaje de los números, aunque los niños van creciendo, y el que era un bebé en el año 2000, hoy ocupa su correspondiente asiento, aunque sea con un alza, en las salas de todas las ciudades para ver Ice Age 3: el origen de los dinosaurios, la tercera entrega de la franquicia en cuestión, dirigidas o codirigidas todas ellas por el brasileño Carlos Saldanha.

Puro negocio, aunque también puro entretenimiento con las puertas ya abiertas al sistema 3D, y actores de lo más baratito. Vaya, gratis del todo. El mamut Manny junto a su gordi Ellie, el tigre Diego, el oso perezoso Sid, y la ardilla Scrat, un secundario que va haciéndose más prota que nunca a base de codazos a la familia comandada por la productora Blue Sky, rompiendo así el monopolio de Pixar y Dreamworks.

Alejada en el tiempo de la primera película, aquella elegante Ice Age del comienzo del Milenio, esta tercera parte contiene todos los elementos de la espectacularidad de la que van haciendo gala los últimos planteamientos comerciales en el cine, ya sean infantiles, juveniles o de público más crecidito: proliferación de mundos mágicos escondidos, criaturas extravagantes, paisajes góticos encendidos con el despegue Potteriano inglés, estilos acuñados con un diseño de efectos visuales y efectismos brillantemente rocambolescos, repletos del factor sorpresa, luz y color. Ice Age 3 cumple dichas reglas en el universo de la animación. Pero esta vez nos sumergimos, siguiendo las peripecias de estas criaturas adorables, en el reino de los dinosaurus, boncrosaurus, tiranosaurus, giganotosaurus… con sobrada influencia y deleite aventurero de Indiana Jones y sus reinos clandestinos.

Se repite la maldición, como díria Buck, el nuevo componente del grupo, por la que los “críticos” han desdeñado la tercera desventura de Manny y su manada tan especial, y yo he observado las entusiasmadas caras inocentes y cándidas que tenía alrededor, sus salados comentarios, y la verdad, reconozco que Blue Sky sabe hacer negocio, que los críticos le importan un carajo, al igual que a padres y a niños, que adoptan, lo mismo que el perezoso Sid, a los pequeños- gigantes dinosaurios y su mundo subterráneo, las rocambolescas e hilarantes aventuras de la ardilla Scrat, que, esta vez, es deslumbrada por una fémina de largas pestañas y formará un trío con su bellota del alma. Es ésta una de las variaciones de la entrega, dar mayor protagonismo a un secundario que provoca carcajadas reales, no enlatadas, junto a la aparición de un nuevo personaje, Buck, la comadreja de espíritu aventurero, cazadora de dinos y otras especies raras, una mezcla entre Cocodrilo Dundee e Indiana Jones.

Ice age 3: el origen de los dinosaurios se vuelve, al mismo tiempo que más espectacularmente aventurera a lo safari-hunter, con la penetración en un mundo salvaje y de color, de plantas carnívoras, abismos y paisajes laberínticos con trampas, más conservadora. Asienta a los animalitos protagonistas en valores cívicos y humanos: la familia, la amistad, la comunidad, el amor romántico, todo bañado de los twists del carácter humano, lo que por lógica produce hilarantes secuencias, que en algunos casos son para partirse el espinazo. Claro que al final todo vuelve a la normalidad, con un miembro más en la manada, y a la espera de alguna aventura con el más difícil todavía. Quizá, como apuntan algunos, el encuentro con marcianos?.

En todo caso yo he disfrutado este melocotón veraniego como una enana de 6 años.