Ni un arte, ni una técnica; un misterio*
La realizadora estadounidense Marina Zenovich analizó hace dos años en Roman Polanski: Wanted & Desired, estupendo documental que llamó la atención de Sundance, cada punto decisivo y cada parte en conflicto en el escándalo que rodeó a Roman Polanski en 1977, entonces afincado en Estados Unidos. “Bajito, liberal y con un fuerte acento, era uno de esos artistas que había dirigido unas extrañas películas satánicas”, un extranjero que mantuvo relaciones sexuales con una menor de 13 años, y para rizar el rizo, el hecho tuvo lugar en la piscina del actor Jack Nicholson, en Mulholand Drive. David Lynch huviera montado un interesante collage con mil caras de este espejo poliédrico. Tres décadas después el director polaco es perseguido por ese eterno fantasma del pasado, el karma maldito que no le ha permitido poner pie en Estados Unidos desde entonces.
No cabe duda que algo tan negativo tiene su parte positiva, como que Europa siga acunando a uno de sus mejores cineastas y haya sido el escenario permanente de sus rodajes. Precisamente cuando Polanski se encontraba en plena postproducción de su última película, The Ghost Writer (El escritor), fue arrestado el pasado septiembre en Suiza, con posterior arresto domiliciario en el mismo país desde diciembre. No cabe duda que un apoyo contra este ensañamiento sería revitalizar la labor de este estupendo cineasta acudiendo a ver sus películas. Aunque esto no nos va a suponer una pesada carga, más bien una agradable gratificación, ya evidente desde los primeras secuencias de la loable y extraordinaria adaptación que el realizador de 76 años ha hecho de la novela de Robert Harris.
Con un estilo que nada en el clasicismo, Polanski nos guía a través de un thriller político exquisitamente narrado, en el que cada personaje tiene un nombre y una cara bien reconocibles en el mundo real, además de mostrar, por medio de su habitual universo cinematográfico de atmósferas, la majaderia, idiotez y desverguenza de los políticos, títeres de fundaciones y organizaciones creadas para los intereses imperialistas de las grandes potencias; historia desarrollada por Harris, reportero y editor político buen conocedor del entorno de Tony Blair. Nada que no sepamos de antemano. Pero a diferencia de otros muchos films con cegador fuego de artificio y poco sustancia, Harris y Polanski han convertido el misterioso contexto que rodea a las mediocres memorias de un Primer Ministro en decepcionante descubrimiento, bajo la mano de un conductor de piezas artesanales de categórico buen cine.
El espectador deviene “voyeur” de una sutil trama nada complaciente que gira en torno a la siembra de hace décadas y que un simple, o no tan simple, escritor de encargo, creíble y elegante Ewan McGregor, sin la intencionalidad de convertirse en detective amateur, descubre por el rastro dejado por su predecesor (muerto en extrañas circunstancias). Merecida ganadora del Oso de Plata al Mejor Director en Berlín 2010, The Ghost Writer se alza en elegante película de tramas internacionales con apoyo en la más reciente actualidad, los precursores políticos de la guerra de Irak.
Trama que Polanski cincela con oficio, en una amplia gama de climas opresivos tan sui géneris entre los pliegues de largos y certeros diálogos, amplios espacios exteriores y enrarecidos interiores, la desasosegante amplitud del mar que todo lo traga, habitaciones sin escapatoria, bosques laberinto, casas aisladas (“Death and the Maiden”, 1994), personajes (políticos) aislados en su paranoia y despliegue de seguridad, o barcos (“Bitter Moon”, 1992) sin posibilidad de escape. Con una motivación neutra en su comienzo, lo subjetivo va poniéndose en cabeza a través de los hilos que va uniendo Polanski entre los personajes instalados en un espacio tan nebuloso como sus dobles caras, conformando una magnífica dirección de actores. El plantel exquisito: Pierce Brosnan, Olivia Williams, Kim Cattrall, Timothy Hutton, Tom Wilkinson, y el mencionado McGregor.
Al contrario que ocurrió con el final convencional de “Frantic” (1988), el final de The Ghost Writer es el broche magistral de una lección de cine de más de dos horas, cuya trama, aunque interesante, deja el podium de estrella a los propios mecanismos de la narrativa audiovisual del realizador.
Nada como la expertise del creador de “Chinatown”.
*Definición del cine dada por Jean-Luc Godard.
Dir.: Roman Polanski | 128 min. | Francia, Alemania y Reino Unido
Intérpretes: Ewan McGregor (escritor), Pierce Brosnan (Adam Lang), Kim Cattrall (Amelia Bly), Olivia Williams (Ruth Lang), James Belushi (John Maddox), Timothy Hutton (Sidney Kroll), Eli Wallach (anciano), Tom Wilkinson (Paul Emmett), Robert Pugh (Richard Rycart).
Guión: Robert Harris y Roman Polanski; basado en la novela “El poder en la sombra”, de Robert Harris.
Estreno en España: 26 de marzo de 2010.
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