«La herencia», una comedia ligera con pocas aspiraciones

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Si revisamos la hoja de vida de Gastón Vizcarra, director de La herencia, encontramos que tiene experiencia como actor, guionista, director y hasta docente de la facultad de Comunicaciones en una prestigiosa universidad limeña. Un currículum vítae más que interesante. Ahora, si escarbamos un poco más y descubrimos que fue el director de El guachimán empiezan a aparecer ciertas dudas sobre la calidad su trabajo.

Después de ver su más reciente producción, estas dudas, lejos de esclarecerse se ahondan aún más.

Basta ver el tráiler para llegar a la conclusión de que se trata de una comedia ligera, que no aspira a ganar un Oscar ni un premio en algún festival. Lo cual es absolutamente válido. El punto es que se puede hacer una comedia sin mayores pretensiones pero con un buen trabajo que la sostenga para entregar un producto con ciertos estándares de calidad.

En el caso de La herencia, el guión (casi inexistente) no ayuda. Repite hasta el cansancio los mismos gags que arrancan risas en un inicio pero llegan a cansar después de repetirlos diez veces cada uno. Tiene serios problemas de desfase entre el audio y la imagen. Hay más de una toma desencuadrada. Es lo más cercano a un comercial de bajo presupuesto de panetón de hora y media de duración. Por momentos pareciera que al director le entra un sentimiento de culpa y busca evitar la etiqueta de comedia desfachatada para su película (genero, repito, que no tiene nada de malo ni criticable) y lanza diálogos sobre la inclusión, el amor, la tolerancia, etc. más acordes con las pastillas para levantar la moral de Ricardo Belmont o Mauricio Diez Canseco, que con una película de este estilo.

La película se salva por algunas buenas actuaciones, entre las cuales destacan Armando Machuca y Christian Ysla, que deben ser dos de los mayores exponentes de la comedia local. También es de resaltar el papel desempeñado por Aldo Miyashiro, el cual interpreta a un homosexual, pero lejos de los estereotipos clásicos que nos ha vendido por años el cine y la televisión peruana. Mención aparte para el pequeño y talentoso Matías Raygada, quien a su corta edad demuestra cosas interesantes pero que no han sido del todo explotadas por el director.

En conclusión, es una comedia más que ligera. Si en estas fechas no tiene mayores planes y no busca complicarse la vida ni pretende ver una película que le cambie la vida, vaya y vea La herencia. Se trata de esas películas que se olvidan a las pocas semanas de haberla visto. Si le gustó, prepárese que al parecer será una trilogía.

Esta entrada fue modificada por última vez en 29 de julio de 2015 0:20

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