Rafo Ráez y la música en [wi:k]: Una película peruana con espíritu de rock indie

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El rockero peruano Rafo Ráez, no solo se encargó de crear el universo musical de la película [wi:k], además le compuso una canción. Hoy, como antesala al estreno del filme este 20 de abril, se lanza el videoclip de ese tema titulado «Lorraine», dirigido también por el cineasta Rodrigo Moreno del Valle. Podrás verlo en exclusiva al final de este artículo.

¿Cuántos hemos experimentado ciertos momentos de nuestra vida cotidiana imaginando que la música que escuchamos es el soundtrack de nuestra propia película? ¿Cuántas veces hemos repetido “¡justo ahora!” cuando una canción interpreta en música y letra nuestro estado de ánimo? Y si además eres cinéfilo, ¿cuántas veces quedaste fascinado por la ficción cuando en ella se enaltece la historia con su oportuno soundtrack en la escena precisa, en el momento en el que –si fuese tu vida– hubieras elegido “de todas maneras” esa canción? Cuando eso ocurre encontramos una película que amamos, una que nos cautiva de inmediato. Pero ¿cuántas pelis nos aprehenden con detalles sonoros que se nos revelan cada nueva vez que las vemos? “La música como personaje misterioso”, comenta Rafo Ráez cuando hablamos de [wi:k], la ópera prima de Moreno del Valle, cinta en la que se encargó de la dirección musical, logrando –en una ida y vuelta con los guionistas– una emblemática banda sonora.

“La película está dividida en siete capítulos, uno por cada día. Pero lejos de imprimirle un ritmo de arranque para llegar al ansiado fin de semana, cada día, como la desesperanzada canción de Morrisey, parece domingo”. Así empieza la crítica que Sergio Del Zotto escribió durante el festival de cine independiente en Buenos Aires (BAFICI, 2016), donde [wi:k], considerada una de las mejores exponentes de la Competencia Latinoamericana, tuvo su estreno internacional. Ahora, un año después, la película llega a las salas de cine limeñas desde el 20 de abril.

Si bien uno de logros de [wi:k] es retratar una Lima alejada de la postal turística –como asegura Del Zotto, o como escribió Mónica Delgado en Desistfilm: “Una Lima que deja lucir sus espacios públicos desde el neón y la breve vida de esquina”, también lo es, como dice Rafo: “que la gente (que la vio) siente que es una ciudad en la que ha estado o en la que quisiera estar. Puede ser cualquier lado”, y esa empatía universal lo consigue también con el espíritu de rock independiente en su soundtrack. “Desde el guión lo vimos con ‘Illa’ [Illary Alencanstre, coguionista del filme] porque de hecho nosotros, más que nada, somos rockeros ¿no? Rockeros de alma”, comenta Rodrigo.

[wi:k], a primera vista, es una “pieza de valor en medio de una montaña de chatarra: –escribe Raúl Ortiz para la revista Godard!– brilla por su esencia dejando de lado, muy de lado, la apariencia”. Y como el buen cine debe verse más de una vez, al hacerlo con [wi:k] descubres que esta película esconde un significado subterráneo en su musicalización que revaloriza sus ya reconocidos logros. ¿Cuántos de los que ya la vieron, la han escuchado? Parece una pregunta absurda, por supuesto que la han escuchado si incluso una de las escenas transcurre en un potente concierto de «Los Conchas Negras».

En [wi:k] no solo hay rock nacional, sino una propuesta sonora que, junto con la elección de cada tema, construye una narrativa musical que refuerza su propia historia. “Toda la peli es así, cualquiera que me pida que le explique cada detalle es posible hacerlo. Sutilezas que se pueden haber logrado o no, porque hay cosas que están puestas ahí más allá de que la gente pueda leerlas y que no son necesarias para disfrutar la película”, comenta Moreno del Valle, el director. Por eso, si aun no la vieron, podrán hacerlo en las próximas semanas, y si ya lo hicieron una vez, seguro querrán ir de nuevo.

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“Si bien todo sucede en la ciudad hay este moverse en ella y era fundamental narrar los distintos espacios con ese espíritu alejado de la F.M. impositiva limeña”, comenta Rafo que si bien tiene experiencia en el rubro, es la primera vez que trabaja de la mano del director desde el nacimiento de la película incluso antes que estuviera escrito el guión. “Rafo siempre me ha gustado y alguna vez en una fiesta o algo así, entre tragos, hablamos quiero hacer una película y que él haría la música, «hasta salgo», me dijo. Luego conversando con ‘Illa’ ya establecidos con la idea de hacer [wi:k], la primera persona que propuse fue Rafo”, cuenta Rod. El proceso creativo se gestó desde las lecturas del guión, alimentado por el espíritu del rodaje ‘guerrillero’ y siguiendo los primeros cortes de la película. “Siempre había una ida y vuelta, y eso fue fundamental porque no todo lo que propuse quedó. Y eso no me parece mal, quedó lo mejor que era para la película”, agrega Rafo, quien además de componer la música original se encargó de recopilar los demás temas con los que construyó el significativo soundtrack de [wi:k].

La película sigue durante una semana, de man-dei a san-dei, la vida cotidiana de Zapa, Sandra y Andrés, tres jóvenes amigos de clase media limeña, que deambulan tanto con apatía, como con una vitalidad desorientada por una ciudad que solo les provoca desaliento. Sandra es la única que trabaja. “Algo hay que hacer ¿no? (…) tal vez haciendo estas huevadas uno encuentra para lo que está hecho”, dice ella al inicio de la historia, andando siempre con audífonos. Ese detalle casual en el guión se convierte en un instrumento importante para articular la narrativa musical del filme. “[wi:k] tenía que tener de alguna manera un soundtrack que me lleve a un momento de mi vida y ese momento para mí era Rafo Raéz. Y más allá que desde cuando escribíamos con Illa alucinábamos referencias y pensábamos siempre en música noventera, el asunto con Rafo era encontrar esencialmente el feeling del momento en que yo me había sentido más como Zapa y creo que para mí, ese feeling, es el de Suicida de 16”, cuenta el cineasta. Rafo a su vez me dice: “Esta vez el grado de empatía con el director ha sido mayor, además conocemos a Rodrigo, te convence y te mete en su intuición porque está bien tener razones pero el arte tiene que defender el ejercicio de la intuición”, coincidimos.

Rafo Raéz y Moreno del Valle andando por la ciudad. Revisando la toma. (Making of ‘Lorraine’).

Rodrigo y Rafo, tiempo antes que iniciaran el proceso creativo de [wi:k], planearon lo que podría haber sido el experimental antecedente fílmico de esta opera prima: «Héroes», un proyecto que empezó cuando “recién tuve la Harinezumi (mítica cámara de calidad analógica). Entonces salía por la calle y tenía estas imágenes arbitrarias, muchas de Lince, que algunas son las que hemos tratado de replicar en [wi:k] con la cámara de Zapa (personaje que retrata a un posible joven Moreno del Valle) y cuando le mostré a Rafo el montaje que tenía se le ocurrió la delirante idea de componer para las imágenes, en vez de un videoclip para una canción. El proceso inverso”, cuenta Rodrigo replicando el entusiasmo de Rafo, añadiendo que el proyecto quedó en nada. Así recuerda fascinado cómo fue el proceso de la película: “Rafo hizo una especie de mapa conceptual en base a un discurso narrativo y armó una línea narrativa musical, entonces no me sorprende que se pueda ver esa evolución desde el primer tema hasta el final. Rafo tiene esa lectura y decide qué componer y qué bandas incluir”, comenta. En [wi:k] hay más de una canción de más de cinco bandas de rock independiente local.  

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¿Te habías dado cuenta? ¿antes de leer los créditos? Ahora cuando la vean otra vez, atentos, porque cada tema que se escucha en la película corresponde a tanto más de lo que cuenta [wi:k] sin mostrarlo y así agudiza la empatía con sus personajes y sus impávidos dramas. “Teníamos que encontrar los picos de dónde agarrarnos, y en eso te diría que me ayudó un poquito mi experiencia previa, porque es más importante que marcar un comienzo, medio, final”, comenta Rafo acerca de esos instantes de quiebre que arman con cada tonada la sensación de la película. La música en [wi:k] aparece tenue por primera vez de las manos de su protagonista, Zapa, quien sentado en su cama mientras se fuma un pucho y sentencia «parece domingo», roza apenas las cuerdas de un acorde que se fusiona con los sonidos urbanos de la siguiente escena en el arranque de la historia. [wi:k] tiene música de Los Conchas Negras, Maywa, Ale Hop, canciones del álbum «El loco y la sucia» (1998) de Rafo Raéz, un tema de Maria Teta interpretado por Veronik y además de otras bandas nacionales, incluye un par de canciones de la banda lo-fi argentina, Prietto viaja al cosmos con Mariano.

“En un inicio no tenía ni la más puta idea de cómo iba a sonar la peli pero quería que la música se comporte lo más orgánico posible: que salga de los audífonos, los radios, que no venga de la nada en el mayor de los casos”, asegura el cineasta y confiesa que si bien siempre le ha gustado principalmente el rock, y de ahí la música en general, “no soy un melómano, acá la presencia musical, es mucha más potente la influencia de Illary –también directora de arte en la película. La música que a mí me gusta es muy difícil de poner en una pela porque las canciones son una pela en sí mismas. A mí me gusta el progre, si escucho un disco de Frank Zappa, ¡ya para qué escribir! Mejor hago escenas con lo que él me cuenta”, asegura Rod quien asegura ser un desorejado. “No tengo talento para la música, pero sí tengo esa sensibilidad de saber qué es lo que va o no con los personajes”. De hecho la primera canción que escuchamos en [wi:k] es a través de los audífonos de Sandra y este tema –que marca el inicio de la línea narrativa musical donde el vago acorde de Zapa fue el preludio– potencia de manera sensorial la esencia de la película.

Illary y Rodrigo aseguran que [wi:k] es ligeramente autobiográfica y construyeron personajes que, como escribe el crítico Raúl Ortiz: “no se sienten parte del sistema o no se hallan en las clases sociales a las que pertenecen y además acusan un estado de soledad conmovedor”. A esto Illary agrega: “al pasar los 19 años te vas dando cuenta que no es la ciudad la que te encasilla, es uno quien no sabe para dónde ir”. Sandra, tras varias escenas previas donde se revela esa tenue rebeldía, va en el micro cargando un paquete de volantes que tendrá que repartir mientras escucha: “sintiendo la apatía del sistema actual”. El tema es del trío nacional de folk psicodélico Maywa, ‘No encuentras claridad’. Y nosotros, como si fuésemos en el mismo bus, escuchamos a través de los audífonos el desgarro de la voz de protesta mientras vemos cómo Sandra apenas alcanza a hacer un gesto de fastidio en su pasiva resistencia social. Luego vienen otros temas como ‘Verano Fatal’ y ‘Tronador’ que matizan la pesadez existencial y el temeroso romance hasta llegar a una escena, que con la sensibilidad de la composición instrumental de Rafo, se convierte en una de las escenas más potentes de la película

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“Para mí esa es la escena clave de la película, la escena más difícil para mí como músico y por lo tanto a la que le dedicamos más horas de trabajo, sobre todo porque visualmente era tan bella y significaba tanto para quiénes estamos en Lima que sabemos de esta cosa absurda entre el cielo panza de burro y estos atardeceres divinos. Pero a veces sentimos que es algo que solo nosotros podemos entender y yo quería que cualquiera pueda hacerlo”, comenta Rafo acerca de ‘Sol de Corazón’ el tema que engrandece la escena del sunset. Zapa, Sandra y Andrés van en el tren, “siguiente parada estación Canadá”. El tren empieza a detenerse y la música se desprende de los sonidos industriales justo en el corte a los tres caminando en una fría y nostálgica Lima, con las nubes develando un potente Sol anaranjado. “Para esa parte, que es un par de minutos, hicimos como 20 ensayos, le metimos un montón de trabajo. Hacer algo de bajo presupuesto no significa hacer menos, al contrario tienes que hacer más”, continúa Rafo y agrega: “La experiencia que nosotros estamos ofreciendo, es una experiencia sensorial con unos detalles muy ínfimos súper producidos dentro de todo lo indie que es la pela”.

Como “Lorraine”, la canción que Rafo compuso expresamente para la película. Si bien es un tema solo con guitarra, voz y sintetizador, es una canción potente desde su estructura armónica. “Es una canción con ocho cambios, es que como si hubiera algo sinfónico escondido y eso le da un gigantismo que no tendría si fuese una canción tacaña, de poca chamba”, cuenta Rafo acerca de este tema que llegó muy al final del proceso, cuando la película se había convertido más musical de lo planeado. “A mí, en lo particular, siempre me sorprendió el plot del guión, aquello de la película porno pero no película porno. De esos quiebres en el guión nace ‘Lorraine’, esta historia paralela, esta canción que es y no es happy end, resaltando el subtexto del guión. Entonces te diría exactamente lo que es ‘Lorraine’: es una canción en homenaje al guión de la pela, que quedará como un afiche sonoro alternativo”, concluye Rafo.

Making of ‘Lorraine’. Fotos: #lamaletadefelix.

¿Cuántas veces quedaste fascinado por la ficción cuando en ella se enaltece la historia con su oportuno soundtrack? ¿cuántas pelis te engancharon con detalles que recién adviertes la tercera vez que la ves? Descubre si [wi:k] #3patas7días se suma a tu cuenta de películas memorables. Luego de recibir una Mención especial del jurado en el Festival de Cine de Iquique (FICIQQ, 2017), la ópera prima de Moreno del Valle estará rondando por la ciudad en diversas salas de cine desde este 20 de abril: la del CCPUCP (San Isidro), la sala Robles Godoy del Ministerio de Cultura (San Borja), los Cineplanet de Risso y San Miguel, y el Cine Medium (Centro de Lima).

Mira aquí el videoclip de «Lorraine», sin olvidar lo que nos comenta Rafo Ráez: “Una cosa es escuchar la canción suelta y otra escucharla en el momento en el que sale en la película”. #nospoliers

Soundtrack de [wi:k]

[N.E.: Beatriz Torres, autora de esta nota, realizó la fotografía fija en el rodaje de [wi:k]

Esta entrada fue modificada por última vez en 31 de marzo de 2017 23:35

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