Las gestoras de este premiado documental, Dana Bonilla y Ximena Valdivia han creado una sugerente experiencia cinematográfica a través de un registro documental urbano-místico, el filme “Lima grita”, que se estrena la primera semana de diciembre en el Transcinema Festival Internacional de Cine.
Quien haya sentido que la música es un portal de espacio-tiempo por el cual transitas entre diferentes planos de la realidad, o quien de inmediato se entrega a un viaje sensorial poseído por simbólicas sonoridades en un contexto imprevisible, experimentará con en este documental una revelación más que cósmica.
Al ver el tráiler de “Lima grita” se vislumbra que la premisa de ser un documental que “a través de la música alternativa, presenta una constelación de momentos que se entrelazan y dialogan musicalmente en un espacio” es una promesa cautivadora. Y si bien “Lima grita” cumple con ser un viaje visceral y atmosférico entre conciertos, conversaciones y poesía, como un gran collage de sensaciones y retratos vibrantes; hay algo más que un universo sonoro, una maniobra aparte que solo filmar la música.
Esta película, ganadora del fondo DocTV Latinoamérica VI Edición (2017) y el Concurso de Promoción Internacional de la DAFO, del Ministerio de Cultura (2018), es una ópera prima que además de introducirte en una ciudad retro futurista que vocifera una energía de resistencia y transformación en cada ritual urbano-musical único e irremplazable , se aventura a susurrar una historia más íntima que se revela con una danza conmovedora.
Esta ciudad existe
La productora Lorena Tulini, asegura que Dana y Ximena siempre creyeron que tenían algo que mostrar, “que de repente no le va a gustar a todo el mundo pero que sí es digno que la gente conozca que existe”. Esa convicción fue, y se mantiene, relevante en cada etapa del proceso, como ahora que después de un año del rodaje, la película se proyectará el 5 y 7 de diciembre durante el Transcinema Festival Internacional de Cine, como adelanto a su estreno en 16 países a través de la red de DOCTV Latinoamérica.
La identidad de una Lima fantástica, de arquitectura sideral donde los vívidos colores de la noche contrastan con la grisácea rutina de especies urbanas que cohabitan en una ciudad divergente. ¿Cómo suena esa Lima? o ¿cómo tú la escuchas? Pauchi Sasaki, Pentapolar Birds, Ale Hop, Liquidarlo Celuloide, Rawa, Manongo Mujica, Dante Gonzáles, Veronik, Jardín, FIL UNO, Paruro y Santiago Pillado-Matheu –feat. Mariana Tschudi, son los músicos que construyen esos universos paralelos que Dana y Ximena exploran. Intuitivas y precisas capturan lo abstracto de esa energía que confluye entre instrumento, vibración y cuerpo. Una energía que nos precede y eleva.
“Que el sonido nos atraviese siempre y comunique sensorialmente”, es el mensaje encapsulado en este documental que, en su proceso de edición, se enfocó como un disco de música. Fabiola Sialer, quién estuvo a cargo del montaje, sugirió concebir la película como lo que parece ser la banda sonora de una secuencia de recuerdos. No solo la música sino el sonido –y el silencio, componen la esencia de esa memoria que se transmite con un lenguaje inspirado en la propuesta radical, en cuanto a la performance también, de cada músico.
Dana y Ximena ceden al caos. El error es válido entre purgas y curas de una etapa incandescente y liberadora, después de eso el clímax musical de ruido y color. El mágico instante de apertura espiritual que trasciende frente a la cámara.
Ceremonias y cuerpos sucediendo
La música en vivo es una celebración que vibra hasta otros niveles de realidad, con o sin psicoactivos. Trance y metamorfosis cual sesión chamánica. “Concebimos el sonido como fuente de información y energía física que te atraviesa el cuerpo, la mente y el alma”, Dana y Ximena creen que los seres humanos tenemos esa sensibilidad para absorber la energía que nos rodea, “que funcionamos como canales y depende de que tan conectados estemos para transmitir.”
Desde un principio tuvieron la intención de percibir el sonido como un acto sobrenatural, inducirte de manera muy orgánica no a una interpretación sino a un estremecimiento. Y tal como propone Lucrecia Martel, “pensar al sonido para quebrar esa enorme referencia que tiene la imagen, que la ponga en duda y que permita compartir la experiencia extraordinaria que nos da el cine de comprender que la realidad es una construcción”, es lo que las directoras de Lima Grita han logrado junto al iluminado director de sonido, Johann Merel, quien también se encargó de la post.
¿Pero quiénes son estas dos chicas que han concebido con tanta química y atrevimiento a una criatura que concentra en su ADN, entre otras cosas, al rock, el punk, la psicodelia, el noise, la improvisación y la electrónica experimental?
“La primera que baila y luego llora”
Dana Bonilla y Ximena Valdivia, directoras de “Lima grita” –también camarógrafas, directora de foto y directora de arte– no solo armonizan, también hacen ruido, pero nunca desentonan. “Vamos a salir, a respirar, a poguear con la cámara”, así es el lenguaje que empezaron a construir hace seis años, cuando siguieron ese primer impulso: Ximena escribió en su cuaderno “Kino-A” y volteó a mirar a Dana. “Hagamos esto”, dijo señalando la hoja. No hizo falta nada más para que la reacción cómplice de Dana sea absoluta. Las dos asistían a la charla que el francés Vincent Moon, mítico cineasta explorador de sonidos, daba en Lima.
En ese momento ya vivían juntas, habían extendido su amistad de rodaje –ambas fueron parte del equipo de la película “La luz en el cerro”– en donde, gracias a que existió un bar improvisado, surgió esa afinidad al hacerse dupla para encargarse de los controles musicales cada vez que les tocaba. Pasaron años para que luego de esa charla llegara “Lima grita”, pero no existiría esta película sino fuera por Kino-A, el Festival Integraciones y Luis Alvarado.
“Yo creo que a través de la experiencia de ir a esos pequeños conciertos a explorar nueva música, por esa curiosidad de conocer distintas formas de hacer música, de interpretarla… me impactó que el acto creativo sea tan libre”, cuenta Ximena acerca del encuentro de experimentación sonora que organiza hace ocho años Luis Alvarado (Buh Records). De hecho fue que, inspiradas en la autogestión de Luis, “si quería escuchar una banda la traía”; Dana y Xime empezaron a organizar conciertos en su casa. “Queríamos escuchar a nuestros amigos” y Kino-A fue consolidando su propuesta.
“Buscamos que la cámara sea nuestros ojos, nuestra sensación. Entonces ese mismo lenguaje lo llevamos a la película”, para lo que postularon primero a DAFO dos veces y perdieron. “Eso nos animó a buscar otros fondos” y justo surgió el de DOCTV con su temática para la convocatoria: La música. Ganaron. “Lima grita” tuvo un proceso de años, de construir para des-construir, donde Dana y Ximena siguieron sus impulsos y capturaron toda la información que flotaba en el aire. De maravillarse con las casualidades y señales de una criatura que ahora ya tiene vida propia.
“Lima grita” es la historia de dos chicas y su sensorialidad en la metrópoli que habitan. Cómo la sienten y con quiénes la comparten. Esa exploración de lo cercano con lupa de forastero. “Es el retrato de nosotras viviendo en Lima, es autobiográfica. Es la huella, nuestro paso en esta vida, súper sincera, honesta, libre”. La película empieza siendo un misterio, “como cuando conoces a alguien muy por afuera y luego termina mostrándote su corazón, diciendo ESTO SOY”. Eso es lo que Dana y Ximena gritan con esta divina película, libertad, “acá puedes hacer lo que quieras”.
Foto de portada: Jorge Ochoa
Diseño del afiche: Felipe Esparza
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