Festival Cine Ceará 2019: Un reporte final


A inicios de septiembre, la película peruana «Canción sin nombre», dirigida por Melina León, obtuvo cuatro premios en el 29° Festival Iberoamericano de Cine Ceará, dos otorgados por el jurado internacional (mejor fotografía y mejor música original), el premio Mirada Universitaria, y el importante premio de la Asociación Brasileña de Críticos de Cine (Abraccine).

La ceremonia de clausura del Festival se inició con un homenaje al actor Matheus Nachtergaele, a quien se le vio hace poco en «Zama» en el papel del villano Vicuña Porto. Nachtergaele dijo al recibir el trofeo Eusélio Oliveira que a través de la interpretación de diversos personajes en su carrera fue aprendiendo a amar y conocer a sus compatriotas, y que había adquirido la certeza de que “no somos un país ultra-capitalista, neo-pentecostal, militar o miliciano”. Recibió una ovación por esas palabras.

Melina León con los premios obtenidos por su película «Canción sin nombre»

El jurado internacional integrado por Marco Mühletaler (Perú, director del Festival de Cine de Lima),  María Paula Lorgia (Colombia), Patricia Marín (Argentina), Paulo Mendonça (Brasil) y Ricardo Acosta (Cuba), otorgó los siguientes premios:

  • Mejor película: «Greta» (Brasil)
  • Mejor director: Armando Praça por Greta (Brasil)
  • Mejor guion: «El viaje extraordinario de Celeste García» (Cuba)
  • Mejor fotografía: Inti Briones por «Canción sin nombre» (Perú)
  • Mejor edición: Joanna Montero por «El viaje extraordinario de Celeste García» (Cuba)
  • Mejor sonido: Romain Huonnic por «Ressaca» (Brasil)
  • Mejor música original: Pauchi Sasaki por «Canción sin nombre» (Perú)
  • Mejor dirección de arte: Sérgio Silveira por «Notícias do Fim do Mundo» (Brasil)
  • Mejor actriz: María Isabel Díaz por «El viaje extraordinario de Celeste García» (Cuba)
  • Mejor actor: Marco Nanini por «Greta» (Brasil).

Hubo también premios de otros jurados en la competencia de largos y cortos cearenses, y en la de cortometrajes brasileños.

El evento se cerró con una función especial de la película «Pacarrete» del cearense Allan Deberton, ganadora de ocho premios en el reciente Festival de Gramado. El filme cuenta la historia de una mujer mayor que se propone bailar El lago de los cisnes en la fiesta del aniversario de su pueblo, en contra de los deseos de las autoridades que quieren brindar un espectáculo más acorde al gusto actual de la mayoría.  Lo más llamativo es el giro de género cinematográfico que se produce en el relato: la primera parte es francamente de comedia, pero luego se transforma en un sombrío drama sobre el duelo, la vejez y los deseos incumplidos.

El Festival puso en evidencia el buen momento del cine brasileño, y de su cine regional en particular. Sirvió para afirmar la calidad de los cineastas cearenses, de diversas generaciones (Cariry, Aïnouz, Oliveira, Praça, Deberton) y los frutos de un sistema de promoción estatal que ha logrado descentralizar la producción (ya no limitada a Sao Paulo y Río de Janeiro), ampliar los circuitos de exhibición de filmes nacionales (vía festivales, además de la cuota de pantalla), brindar formación profesional de cine en las universidades, e iniciar una política de formación de públicos.

Sobre el Festival, sin embargo, sobrevoló la sombra de las amenazas del gobierno federal al cine brasileño. Pocas semanas antes, el presidente Bolsonaro había propuesto un “filtro moral” a las películas brasileñas y contemplado la posibilidad de cerrar Ancine (la agencia estatal de apoyo al cine nacional). El mismo día de la inauguración del Festival se anunció la destitución del presidente de Ancine, quien no contaba con las simpatías de los cineastas (fue nombrado por Temer), pero que sería probablemente reemplazado por alguien que le daría un giro aún más conservador a la agencia, acorde con la tendencia del gobierno federal.

El público, que asistió en muy buen cantidad  a lo largo del Festival, acogió con entusiasmo a los filmes nacionales e internacionales, de largo y cortometraje, y aplaudió los discursos de resistencia de los cineastas. Es de desear, que a pesar de la borrasca, se pueda celebrar el próximo año el 30° Cine Ceará.


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