[Crítica] «She is Love», de Jamie Adams


Desarrollar un proyecto cinematográfico basado —aunque sea parcialmente— en la improvisación, siempre va a ser arriesgado. El guionista-director británico Jamie Adams, sin embargo, parece tener algo de experiencia en la materia, habiendo dirigido ya un par de largometrajes de aquel estilo. Y dicha experiencia se nota a leguas en su más reciente esfuerzo, “She is Love”, la cual se estrenó en la edición del año pasado del BFI London Film Festival. Evidentemente, no se trata de una película para todo el mundo, pero quienes sepan a qué se están adentrando, probablemente encuentren algo de valor acá.

Después de todo, por más de que se note —por momentos— que sus talentosos protagonistas están improvisando buena parte del diálogo que tienen que recitar, lo que más resalta en “She is Love” es que hay algo de emoción genuina en la mayoría de interacciones. Lo cual no debería sorprender, considerando las complejas relaciones que se muestran en pantalla, así como la tensión que se desarrolla durante la primera mitad de la historia. Dicha tensión, eso sí, no se logra mantener durante el resto de la experiencia; “She is Love” es de las películas que comienzan muy bien y se van desinflando poco a poco, quizás dependiendo demasiado de la ya mencionada improvisación. Pero felizmente tampoco llega a arruinarse del todo; el resultado final termina siendo mixto, aunque tirando para lo más disfrutable.

Haley Bennett interpreta a Patricia, una estadounidense en Cornwall (Reino Unido) que ha sido reubicada por trabajo, y que ha decidido quedarse en un pequeño hotel en medio de la nada. Desgraciadamente, el destino le tiene una sorpresa no tan agradable: resulta que los dueños del hotel son su ex esposo, Idris (Sam Riley), a quien no ve hace diez años, y su nueva pareja, Louise (Marisa Abela, quien pronto protagonizará una biopic millonaria de Amy Winehouse). Él es un músico relativamente famoso, y ella está tratando de convertirse en actriz. Previsiblemente, esta situación resultará en momentos algo incómodos, pero también en una suerte de reconexión —principalmente platónica— entre Patricia e Idris.

“She is Love” es presentada principalmente desde la perspectiva de Patricia, una mujer que parece estar siempre al borde de explotar, una lágrima a punto de salir de sus ojos. Uno no llega a entender del todo por qué, pero como era de esperarse, la infravalorada Haley Bennett la interpreta con aplomo, tomando algunas decisiones curiosas —especialmente al inicio de la historia—, pero que llegan a pagar sus dividendos. Poco a poco nos vamos enterando de por qué su matrimonio con Idris terminó de manera algo dramática, y poco a poco, también, Bennett nos va haciendo entender, a través de miradas y reacciones a lo que Idris le dice, en qué estado emocional se encuentra en el momento.

Lo cual es muy retador, francamente, porque “She is Love” no es una película que dé muchas respuestas. Asumo que Adams le contó a sus actores todo sobre el pasado de sus personajes, pero muy poco de ello es mostrado o dicho de manera explícita a lo largo de la historia. Más bien, la idea parece estar en darle algunas migajas al espectador, para que él o ella arme un rompecabezas incompleto en su mente. Esto funciona… a medias. Lo incita a uno a seguir mirando, aunque sea para saber qué rayos está pasando con estos personajes, pero también resulta en una experiencia algo frustrante, que podría haber sido dramáticamente más potente, pero que al final del día se siente algo inerte.

Eso es una pena, porque como ya se mencionó, hay emociones genuinas en pantalla. Bennett y Riley, en particular, comparten algunas escenas de afecto real, muchas de las cuales se terminan extendiendo demasiado, como si el editor no hubiese sabido cuándo o cuánto cortar de lo que los actores improvisaron. No obstante, vale la pena recalcar el trabajo de Riley, quien logra desarrollar a Idris como alguien nostálgico, estancado en el tiempo —que parece haber estado más inspirado cuando estaba con Patricia, que ahora que está con Louise. Y hablando de esta última, la talentosa Marisa Abela (una de las figuras más prominentes de la serie “Industry”, de HBO) hace lo que puede con un personaje francamente mal desarrollado. No tiene mucho qué hacer, y hasta desparece por una porción de la historia, para dejar solos a Patricia e Idris. Es una pena, porque su carisma se hace notar cuando está en pantalla; pero parece que no fue suficiente como para construir mejor al personaje.

Puede que “She is Love” no sea una excelente película, pero igual es una experiencia interesante, distinta a lo que usualmente se ve en salas de cine o plataformas de streaming. Su naturaleza improv resulta en un tono casual, naturalista, el cual es enfatizado por el manejo suelto de cámaras en mano e iluminación poco estilizada. Y aunque no todos los personajes son igual de interesantes, el reparto es lo suficientemente bueno como para destacar; aunque en comparación a Bennett y Riley, Abela tiene menos con qué trabajar. “She is Love” es algo más que una simple curiosidad —pero tampoco puedo decir que me satisfizo del todo.


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