Críticas

[Crítica] “Extraña forma de vida” (2023), de Pedro Almodóvar: Más kiss que bang

Hace tres años Pedro Almodóvar rodó su primer proyecto en inglés en medio de las primeras olas del covid-19, una hazaña doblemente arriesgada para un septuagenario de salud vulnerable al que le ha costado toda una vida desenvolverse en el idioma de Shakespeare. El esfuerzo valió la pena pues La voz humana logró condensar el estilo pictórico y emotivo del manchego en 30 minutos de catarsis melodramática que se sintieron especialmente resonantes tras meses de confinamiento pandémico. El monólogo de Jean Cocteau calzó igual de bien en el cuerpo y voz de Tilda Swinton como en los de Carmen Maura en La ley del deseo (1987). También calzó perfectamente en el formato del cortometraje, uno que Almodóvar ha seguido explorando tras su debut (Salomé, 1978) no solo con otros dos cortos oficiales sino también con los comerciales de televisión ficticios de algunos largometrajes que podrían calificar como cortos independientes.

Extraña forma de vida sigue la estela de La voz humana como cortometraje anglófono especialmente concebido para un festival de cine y protagonizado por estrellas globales, en este caso Ethan Hawke y Pedro Pascal. Pese a ser el segundo, este representa un nuevo nivel de desprendimiento de Almodóvar de su zona de confort cultural. Además, si ignoramos que fue rodado en Almería, Extraña forma de vida no contiene rastros ni referencias de Madrid o del resto de España. Por primera vez Almdóvar se adentra en un imaginario cinematográfico no solo inexplorado sino también inconcebible por su incompatibilidad con una sensibilidad homosexual. Pero el romance secreto que reviven el sheriff gringo Jake y el vaquero mexicano Silva no es una parodia burda o una perspectiva revisionista sobre el género conservador por excelencia. El de este cortometraje es una historia de dos hombres cuyas pieles y corazones cuarteados por el desierto y la ley del más fuerte no dejan de serlo por desearse y quererse mutuamente. 

Es evidente que Almodóvar no ha descubierto la pólvora arcoiris para un género que ya contaba con textos disonantes como Johnny Guitar (1954) y que tiró de la manta de la ambigüedad desde Brokeback Mountain (2005). Que el manchego rechazara la propuesta de dirigir esta última por su inseguridad con el inglés y con Hollywood hace inevitable que nos acerquemos al cortometraje como una muestra de lo que pudo ser y no fue. Lo cierto es que ambos trabajos pertenecen a subgéneros distintos. Mientras que el de Ang Lee retrata una historia del siglo XX con vaqueros ceñidos al ganado y la familia, el de Almodóvar es más evocativo del “salvaje Oeste” disputado entre forajidos y autoridades. Mientras que los protagonistas del primero forjan un romance intermitente pero reconfortante durante varias décadas, en el segundo Jake y Silva reviven en una noche la pasión que no pudieron retomar desde la juventud. Si Brokeback Mountain representa una tragedia donde el protestantismo estadounidense se impone ante el amor entre dos hombres bastante conservadores, Extraña forma de vida aprovecha un Oeste todavía en construcción para que se pierdan en él dos amantes aún libidinosos. 

Ethan Hawke continúa aquí su buena racha de interpretaciones recientes con un Jake que evoca al mejor Clint Eastwood, capaz de transmitir el dolor de una bala como si la vida realmente se le fuera en ello. Dentro de la filmografía de Almodóvar resulta ser un gran successor anglosajón de Tilda Swinton pero también de los personajes más conservadores del manchego como el de Javier Bardem en Carne trémula (1997) o incluso el de Marisa Paredes en Tacones lejanos (1991). Pedro Pascal cumple con mostrarse más vulnerable y apasionado que las figuras patriarcales televisivas que lo han catapultado a la fama mundial, demostrando la amplitud de su rango actoral. Pese a esto y a un desnudo parcial, su Silva se queda corto al lado de la exuberancia de los “chicos Almodóvar” del pasado como los que interpretaron el arrollador Antonio Banderas o incluso un incómodo Gael García Bernal. De todas formas su emparejamiento con Hawke resulta acertado tanto en los momentos de tensión armada como en los de intimidad plena.

El flashback de la juventud de los amantes es un notable suplemento narrativo, especialmente por su guiño pícaro a La pandilla salvaje (1969), al igual que el montaje del recorrido a caballo de los protagonistas donde se destacan los planos generales arquetípicos del western. Sin embargo, ambos componentes pudieron haberse ahorrado en beneficio de un desarrollo narrativo más holgado y convincente. La rapidez de los diálogos entre Hawke y Pascal y la edición apurada de varias escenas, en particular la previa y posterior al encuentro sexual entre ambos, confirman que la obra debió aspirar al menos a un metraje de 45 minutos. Esta duración hubiera permitido una mejor apreciación que el impacto emocional del reencuentro entre Jake y Silva, además de una mayor comprensión sobre la trama secundaria en torno al hijo de Silva. Esto es lo que impide que Extraña forma de vida supere a La voz humana como reto narrativo, y que hasta los comerciales ficticios del pasado se sientan más definidos. Ya sea por inseguridad o hastío, el Almodóvar guionista aquí frustró la ambición del Almodóvar cineasta.                                     

Como una postal que merece el tratamiento de un lienzo, más aún teniendo en cuenta la contribución de Anthony Vaccarello en el vestuario, además de los aportes imprescindibles del fotógrafo José Luis Alcaine y del compositor Alberto Iglesias, la nueva obra de Almodóvar peca principalmente por su formato restrictivo. A diferencia de su largometraje fallido que claramente debió ser un corto (Los amantes pasajeros, 2013), este nuevo trabajo puede jactarse de dejar al espectador con ganas de más. También corrobora que el inglés ya no representa una muralla impenetrable para la visión castellana de Almodóvar, y que por ende su primer largometraje anglófono (y neoyorquino) tiene el potencial de estar a la altura de sus grandes éxitos hispanos.                     

Where to watch Extraña forma de vida

Esta entrada fue modificada por última vez en 6 de septiembre de 2023 16:18

Gustavo Herrera Taboada

Máster en Estudios de Cine en la Universidad de Columbia. Máster en Gestión Cultural en la Universidad Carlos III de Madrid.

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