Una interesante y muy peculiar característica del Festival de Cine Al Este, cuya 16ᵃ edición se llevó a cabo en Lima la semana que pasó, es la mirada que el cine fuera de las órbitas comerciales tiene de la mujer, de su empoderamiento, del descubrimiento de sus fortalezas para hacer frente a situaciones críticas. Y esa particularidad es como un leit motiv común en las distintas cinematografías, de Europa Oriental, de Asia como de Latinoamérica, que son programadas en este festival.
El año pasado, durante la 15ᵃ edición del festival, me tocó ser jurado de Apreci para evaluar películas de una de las categorías, y reparé en esa grata selección de los programadores. Cintas como Las lecciones de Blaga; Blackbird, Blackbird, Blackberry; Crossing; y Woman Of coincidieron en mostrarnos a féminas fuertes, decididas, y también a mujeres transgénero en busca de oportunidades, alejadas de los estereotipos de siempre.
Este 2025 tuve en el encargo de presentar algunas películas de la sección Primera Línea, y fue estimulante descubrir que el denominador común de estas obras eran también mujeres, en este caso madres solteras, lidiando con problemas familiares, laborales y urbanos.
Every You, Every Me (2024), cinta alemana [imagen de portada] dirigida por Michael Fetter Nathansky y protagonizada por Aenne Schwarz, ganadora de dos premios del Festival Internacional de San Sebastian, navega entre el realismo y lo onírico. Nadine es una madre soltera que trabaja en una fábrica de la zona industrial de Colonia, donde conoce a quien sería su nueva pareja, un ingeniero subempleado llamado Paul. Tienen un sindicato y están en constante lucha por mejoras salariales y laborales. Pero ve a Paul con distintas formas y rostros desde que lo conoce, entrando en una vorágine interior de confusión.
Ellos viven una relación que se desmorona con el tiempo, un vínculo que se va haciendo rutinario, en el que hay muchas cosas no dichas, ansiedades reprimidas. Es un film que juega mucho con los claroscuros en la fotografía para señalar esas luces y sombras emocionales que afectan a los protagonistas de la historia.

La piel en primavera (2024) es una película colombiana realizada por Yennifer Uribe Alzate, que tuvo un auspicioso estreno en el Festival Internacional de Berlín. Es una historia urbana que narra el nuevo despertar sexual de una mujer dedicada a su trabajo y a la crianza de su hijo adolescente en un barrio popular de Medellín. Su título hace referencia al aumento progresivo de la temperatura y la humedad en el cuerpo una vez se acerca la estación primaveral.
Sandra trabaja como guardia de seguridad en un centro comercial y todos los días, para llegar a su trabajo toma una línea de bus, ahí conoce y eventualmente inicia una relación con el chofer. Tiene deseos y sueños insatisfechos y va descubriendo que aparte del mundo que la rodea, existe una realidad interior, y que ella puede empoderarse y encontrarse a sí misma reconstruyendo su autoestima.

Finalmente, Perla (2025) de Alexandra Makarová, es un película austríaca que retrata dos realidades distintas vividas por la protagonista al paso de los años. Por un lado la libertad, la intimidad, la alegría por el disfrute del arte sin restricciones que vive en Austria, y por otro lo grisáceo, distante, colectivo, pesimista de la Checoslovaquia ocupada por los rusos donde nació y de la que escapó, quedando en ella, arrestado, el padre de su hija.
Perla es una pintora disidente que se ha casado con un buen hombre, que le tiene cariño a su joven hija, estudiante de piano. Sin embargo debe regresar a su país natal, urgida por su ex marido, que le cuenta que tiene una enfermedad terminal y que desea conocer a su hija. La confusión se apodera de ella al volver a los lugares que fueron su vida anterior, y aunque nota el resentimiento de sus compatriotas para con todos aquellos que lograron salir, Perla toma una decisión cruel por sentido de pertenencia, interpelándose a sí misma. Una película dura, con una notable fotografía, una estupenda banda sonora, y potentes actuaciones.
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