Festival de Lima: Entrevista con Mauricio Godoy, director de «Buenos días, wiraqocha» (2025)


El cineasta Mauricio Godoy Paredes (Lima, 1975) estrena en la sección Galas del Festival de Cine de Lima, su tercer largometraje documental titulado Buenos días, wiraqocha (2025). A partir de la rica experiencia que el realizador tuvo al participar de la devolución simbólica del film sueco Agripino (1977) a su lugar de origen, una película realizada en las alturas de Cusco, en el contexto de la problemática que buscaba resolver la reforma agraria iniciada a fines de los años 60, es que nace en él y su equipo la certeza que había ahí una nueva historia por registrar.

Es así que los realizadores viajan a Paucartambo, provincia de Cusco, entablan una relación con los pobladores de la zona, sobre todo con familiares y allegados de aquellos campesinos que aparecían en las antiguas películas devueltas, y les proponen ayudarles a crear una nueva película. Para contarnos sobre el origen de su obra, y el proceso de investigación y realización de su nuevo largometraje, conversamos a continuación con Mauricio Godoy:

Laslo Rojas: Mauricio, ¿qué te inspiró a realizar Buenos días, wiraqocha después de conocer el documental Agripino ? ¿Cómo se dio esa ‘posta’ para que ustedes se encarguen de llevar la película del sueco Jan Lindqvist a Churo?

Mauricio Godoy: Todo se inicia con la comunicación de Pedro Órdenes, un cineasta chileno que vive en Suecia. Me manda un mensaje diciendome que Jan Lindqvist, un cineasta sobre el cual viene haciendo un documental sobre su paso por Latinoamérica (1969-1973), quería venir al Perú. Me preguntó si podía recibirlo y quizás, organizar un ciclo sobre los documentales que realizó durante ese periodo.

El cineasta sueco Jan Lindqvist en un conversatorio en la Casa de la Literatura, en Lima en el 2019.

Luego de contactarme con Jan, me pasó los enlaces para descargar sus documentales, y organizamos el ciclo «Latinoamérica despúes del Che: el cine de Jan Lindqvist» en el 2019, que se complementó con una mesa en donde conversamos de su experiencia. Entre esas, y otras, conversaciones Jan comentó que tenía una deuda pendiente con Agripino, el documental se había filmado en la comunidad de Churo, provincia de Paucartambo, Cusco. El objetivo del documental era, luego de montarlo, ser llevado a Lima y mostrárselo al entonces presidente Juan Velasco Alvarado, para que este supiera los abusos que aún se vivían en la comunidad, en donde el hacendado todavía se mantenía.

Por cuestiones políticas, Jan se va de Latinoamérica en 1973, pero recién puede montar la película en 1976 y nunca regresó al continente. Así que, me comentó que regresaba con ese pendiente, devolver la película a la comunidad, pero lamentablemente unos días antes de viajar a Perú su médico le prohibió, por temas de salud viajar a una zona a más de 3000 msnm, por lo que era imposible que fuera a Cusco.

En paralelo, mientras organizábamos estas proyecciones en Lima, un colega cineasta que vive en Cusco, Marco Panatonic, va a la comunidad de Churo, se contacta con un nieto de Agripino, y le comenta de la película, planteando la posibilidad de que vayamos a proyectarla. Conversando con Marco, vemos la importancia de devolver la película a la comunidad, proyectarla, que sea conocida por los familiares de sus protagonistas. Es así, que en julio del 2019 hacemos las primeras proyecciones en Churo.

La experiencia fue muy intensa, ver cómo hijos, hijas, nietos, nietas, veían a sus familiares por primera vez, escuchaban de primera mano los testimonios de estos, contando los abusos por los que pasaron, una historia que en gran parte desconocían. Pero la imagen que me impactó, y que me hizo sentir que ese era el inicio para un nuevo filme, fue cuando niños y jóvenes, sacaron sus smartphones y comenzaron a grabar toda la película. Sentí que era un querer recuperar una memoria perdida, olvidada o quizás, dejada intencionalmente de lado.

Jóvenes grabando durante la primera proyección de la película Agripino, en la comunidad de Churo.

Laslo Rojas: ¿Cómo influyó la respuesta inicial de la comunidad de Churo al ver el documental Agripino en el enfoque y desarrollo de tu propio proyecto?

Mauricio Godoy: La verdad el inicio fue complicado, había una parte de la comunidad que no estaba de acuerdo en que proyectemos la película, dudaban de nuestra intenciones, del por qué estábamos ahí, se preguntaban quien nos estaba financiando para poder ir a proyectar el documental. A pesar de ello, y pensando en el proceso documental y la idea de serendipia que plantea Sarah Pink como metodología de trabajo, seguimos adelante con la idea del proyecto. Lo presentamos a la Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (DAFO – 2020), y ganamos el fondo para largometraje documental, con un guion muy diferente a la película que pueden ver, y es que en el camino fueron surgiendo otros temas, enfoques, personajes, dispositivos.

Entre el 2021 y el 2022, cuando comenzamos a grabar con una idea más clara de guion, se dieron algunos momentos claves que nos permitieron seguir con el proyecto, ir definiendo el enfoque y ver las posibilidades reales de por donde podríamos hacer la película. De esos momentos destaco, a) en marzo de 2021 un nieto de Agripino, se contacta conmigo por Facebook, había visto la publicación de cuando ganamos el premio y nos dice que le gustaría ver la película y nos pregunta por cuando regresamos a la región, b) en junio del 2021 vamos al distrito de Huancarani, y nos reunimos con él y comenzamos con la propuesta metodológica de elicitación, es decir vemos la película con él y vamos conversando al respecto. En dicho viaje conocemos a Segundina Condo, locutora radial de Huancarani, la cual nos ayudará más adelante, informando en todas las comunidades quienes somos y porque estamos ahí, y c) en febrero de 2022 conocemos a la familia Huillca, a Balbina y Carlos Huillca, lo cual nos permite ampliar las películas que devolvemos a las comunidades, ya no era solo Agripino, sino incluimos en las conversaciones e historia la figura e importancia que tuvo Saturnino Huillca, como líder campesino. Luego su hijo, Carlos Huillca,  termina siendo protagonista del filme.

Laslo Rojas: ¿Podrías compartirnos más detalles sobre la metodología de elicitación de video que utilizaron en este proyecto, y cómo impactó en la narrativa del documental?

Mauricio Godoy: Como les comentaba, nosotros empleamos la foto elicitación y el video elicitación, es decir a partir de fotos o las películas realizadas entablamos el diálogo con las personas, se rompe esa formalidad de la entrevista clásica, y vamos conversando sobre lo que sucede, a quienes identifica, qué cosas le contaron de aquel periodo o cómo se vincula ese momento con el presente.

Esta propuesta surge orgánicamente, desde la primera proyección en julio del 2019. Mientras proyectamos siempre se escuchaban murmullos, conversaban entre sí, comentando la película. Así que si veíamos la película a solas con ellos, sería con nosotros con quien la comentarán.

Al inicio, la elicitación fue parte de la investigación, es decir al ver las fotos y películas con las personas, fuimos conociendo las memorias que existen alrededor de aquellos años y comenzamos a registrar estos momentos, pero con fines informativos, sin pensar aún en una propuesta audiovisual definida. Conforme se fue estableciendo el camino a seguir, estructurando el filme, nos dimos cuenta que la metodología empleada era un dispositivo muy potente y que podría ser parte de Buenos días, wiraqocha. Pero, a diferencia de los primeros registros, se desarrollo un storyboard, se trabajó el arte y la luz. Estas grabaciones se realizaron con el equipo técnico completo, en agosto del 2022.

Laslo Rojas: ¿Cómo fue el proceso de incorporación de las comunidades locales en la realización del documental, particularmente en la actuación y representación de sus historias? En especial de la familia Huillca, y del hijo de Saturnino como hilo conductor del relato.

Producción de la película en la feria en Huancarani, recogiendo información de los visitantes (febrero de 2022).

Mauricio Godoy: Para conocer más historias, a la comunidad, y aún sin haber contactado con la familia Huillca, fuimos en febrero del 2022 con la idea de hacer un taller de capacitación audiovisual y de proyectar varios filmes vinculados al tema de la reforma agraria y la lucha campesina. Para ello la Municipalidad de Huancarani nos cedió su auditorio, lamentablemente la convocatoria fue muy escasa, así que viendo que el domingo era el día de feria y que todas las personas iban al pueblo, le pedimos a la municipalidad un toldo y durante cuatro domingos nos pusimos en medio de la plaza, como un puesto más. Mostrábamos en una laptop Agripino y Runan Caycu, imprimimos fotogramas con los rostros de los protagonistas de los filmes, para que las personas pudieran identificarlos y así fuimos conociendo y conversando con varias personas de diferentes zonas de la región, así fueron apareciendo las historias y sus protagonistas.

Como ya se comentó, durante nuestra estadía a principios del 2022, además de Huancarani íbamos a las comunidades aledañas, Ninamarca, Huata Grande, Churo, Huacapunco, precisamente en esta última, un día proyectando Runan Caycu, el presidente de la comunidad nos dice que Balbina Huillca, la hija de Saturnino vivía ahí. Al día siguiente fuimos a conversar con ella, al finalizar la charla nos dijo que su hermano Carlos vivía en el Cusco y que debíamos ir a conversar con él. Unos días después fuimos a la casa de Carlos en el Cusco, y le mostramos fragmentos de todas las producciones en donde sale su padre, le acompañaba ese día su esposa y sus tres hijas, además había ido Balbina también. Vimos fragmentos de Runan Caycu, Kuntur Wachana, El enemigo principal, La revolución que nunca fue y Tupac Amaru (en donde aparece unos segundos al inicio del filme).

En esa conversación vimos muy entusiasmado a Carlos en ser parte de la película, rápidamente aceptó pero solo ”si las cosas se hacían bien, ordenadas”, como él mismo dice dentro de Buenos días, wiraqocha. Los siguientes meses nos fuimos frecuentando, conversamos sobre el guion, las escenas, el texto que él diría, fuimos a las diversas zonas en donde vivió la familia, hasta que a mediados de 2022 comenzamos el rodaje, en donde estuvo presente en gran parte, interviniendo en diversas escenas en donde él no era el protagonista. Yo siento que para Carlos ha sido una posibilidad de retomar el legado del padre, conectarse con él, desde lo cinematográfico.

Carlos Huillca (izq.) junto al cineasta Mauricio Godoy, durante el proceso de escritura del guion
(julio del 2022).

Laslo Rojas: La película incluye escenas de ficción basadas en experiencias reales. ¿Cómo decidiste qué historias contar? En particular, sobre la escena del abuso del hacendado, en otras escenas otra persona interpreta ese personaje. ¿Por qué decidiste hacerlo tú en esa escena en especial, que es tan intensa y violenta? 

Mauricio Godoy: A partir de la investigación realizada, la elicitación, el ser parte del mercado del domingo, comenzaron a surgir diversas historias y al comenzar a pensar en cómo contar dichas historias, considere importante ir más allá del cine testimonio, que si bien cumple una función, creo que es limitante, sobre todo para llegar a un público acostumbrado a escucharlo en la televisión, en internet, en apps, e incluso generarlo y difundirlo en sus redes. Considero que la fuerza que tenía el testimonio en las décadas de los 60 y 70 ha mermado considerablemente, y, ante esta situación, complementarlo con la ficción suman esfuerzos para llegar al espectador del siglo XXI. 

Ante esta situación surge la idea que ficcionalizar ciertas historias, aquellas que iban más allá de una experiencia, eran historias que varias personas habían vivido. Por ejemplo el caso del niño que debe irse para progresar en la ciudad, fue una constante, incluso el mismo Carlos dice que pasó por una experiencia parecida. En relación a los abusos que sufrían las mujeres, también, varias personas nos contaron diversas historias.

Sobre el por qué interpreto ese rol. Primero decir que de las cinco secuencias que filmamos, en tres había un hacendado, pero ninguna persona que hizo el casting o que conocíamos quería interpretar ese rol. Así que, prácticamente supe desde un inicio que tendría que hacer ese papel, sobre todo por lo duro de la escena, el vínculo con Esmeralda que interpreta a Kukuli. Ahora le podríamos sumar una capa más: en varias de las películas de la época, con un enfoque político social de denuncia, en muchos casos los directores interpretan un pequeño rol antagónico, de misti, hacendado, cura. Ahí hay un guiño también.

Finalmente decir que optar por la ficción también nos permite reescribir la historia, darle otro final, hacer que el grupo de hacendados logré rescatar a la niña Graciela por ejemplo, cosa que no sucedió en la historia que nos contaron.

Laslo Rojas: ¿Qué desafíos encontraste al filmar en las comunidades quechuas y cómo los superaste para asegurar una representación auténtica? Vemos que la participación del cineasta Marco Panatonic en ese sentido fue importante, ¿no es así?

Los cineastas Marco Panatonic (izq.) y Mauricio Godoy (der.) conversan con Eustaquio Juska (centro),
durante el rodaje del documental.

Mauricio Godoy: Para mí es importante el tema de la representación, quién representa y cómo representa. Desde mi perspectiva, hacer una película sobre esta temática es muy complejo, con memorias en disputa, con interés económicos de por medio, con diferentes historias de vida y realidades del campo que se desconocen (y creo la mayoría de veces no se quieren conocer). Creo que realizar esta película me ha permitido entender de primera mano las tensiones que diferencias que existen en nuestro país, y cómo hay una falta de empatía, entendimiento y comprensión desde la capital, sobre todo, para generar un diálogo y tratar de entender porqué parece que la historia se repite. Esta idea de lo cíclico también es algo que se busca representar en el filme.

Llegar a una comunidad quechuahablante como un limeño cineasta académico sin saber su idioma, buscando generar un nexo a través de una película, no es sencillo, sobre todo si lo que se busca es una relación horizontal, no digo que se haya logrado, digo que se busca. Así que fue un proceso largo y complejo el tratar de construir un vínculo con las personas, comuneros y comuneras. Es más, diría que con muchas personas siento que establecí dicho vínculo, por ejemplo con Luis Tecsi con quien todavía conversamos por WhatsApp, y lo conocíamos como parte de los talleres que hicimos dentro de la metodología.

En relación a Marco Panatonic, su presencia desde un inicio fue clave, como ya mencione. Él se contacta con el nieto de Agripino y coordina las primeras presentaciones. Para realizar los talleres a comienzo de 2022 incorporamos a la mamá de Marco, Guadalupe Cuba, la cual da los primeros talleres de capacitación en quechua, para luego Marco y yo hacer los de cámara y sonido. La labor de Guadalupe fue muy importante, ella trabaja como defensora de derechos de mujeres campesinas, asi que ya era conocida en la zona. Además, como ya mencioné, el apoyo de Segundina y el estar en la plaza de Huancarani cada domingo ayudó a que se nos comenzará a ver diferente.

Ahora, todo esto no significa que todas las personas estaban de acuerdo con nuestra presencia y aceptaron salir en el documental. Varias personas decidieron no hacerlo y eso también implicó un cambio importante en el guion. 

Laslo Rojas: ¿Qué nos puedes comentar del resto de tu equipo de realización? También vemos que incluyes a la cineasta Natalia Maysundo, Illari Orccottoma en la producción, Carlos Cárdenas en la edición, entre otros.

Rodaje de Buenos días, wiraqocha, en agosto del 2022.

Mauricio Godoy: En relación al equipo y su importancia en el proceso, podría dividir el proceso en cuatro momentos. Como ya les decía, al inicio, cuando devolvimos las películas de los años 70 y comenzamos a pensar en la posibilidad de hacer una película propia y como podría ser esta, el trabajo con Marco fue clave.

Luego surge la postulación del proyecto y, tras ganarlo, vino el inicio de la investigación. El proyecto lo ganamos con la productora Willay Audio & Video con Paula Chávez como productora ejecutiva, mientras Illari Orcottoma asume la producción general. El proceso de investigación creación lo comenzamos a trabajar junto a Fernando Bonilla  (asistente de dirección) y Sara Lucía Guerrero (co investigadora), las cuales fueron unas cómplices perfectas para acompañarme en todo el proceso y tensión entre lo cinematográfico y lo antropológico. Fueron enriquecedoras discusiones, que ayudaron a ir dándole forma al proyecto y llegar con un guion al rodaje.

La siguiente etapa es el rodaje en sí, que podríamos decir que tuvo dos subetapas y entre una y otra se fue armando el equipo. Lideradas en la producción por Illari y el apoyo de Sara y Marco. Al inicio,  la cámara y el sonido la podía hacer Marco, Fernanda, yo o cualquiera del equipo. Pero ya con el equipo compuesto para el rodaje de agosto, la dirección de fotografía y cámara la hizo Natalia Maysundo, con la cual revisamos las películas antiguas realizadas previamente en la zona, para que nos sirvan de referente, Mirella Bellido en sonido directo, muy proactiva y siempre aportando propuestas sonoras. Además en luces como gaffer Giulianno Gallo y como asistentes Luis Tecsi y Orlando Machuca.

En relación al arte, y específicamente al vestuario, no quisiera dejar de mencionar el trabajo de Amaru Cárdenas. En nuestro cuestionamiento alrededor de la representación, y el vínculo con la comunidad, el trabajo con el vestuario fue clave. Si bien para un ojo foráneo un poncho es un poncho o una montaña es una montaña, cuando veíamos las películas con los locales, inmediatamente reconocían de dónde era una persona por su ropa, o identificaban qué parte del Cusco era por el apu (montaña). Así que el trabajo que realizó Amaru, para conseguir el vestuario adecuado para representar la época, ambientada en los 70 y la zona, fue muy importante.

Finalmente, la etapa más complicada y solitaria. La post producción y la distribución. Para esta etapa asumo la producción ejecutiva y junto a Paula Chávez, vemos de conseguir fondos, apoyos y colaboraciones para poder terminar la película. El primero en entrar en esta etapa es Carlos Cárdenas, con el cual hemos estado casi dos años trabajando el montaje, con mucha diálogo, compresión, muy abierto a probar cosas nuevas y con paciencia, buscando llegar al mejor puerto posible. Ya con un primer corte, entra Jorge Pablo Tantavilva Cocompi, con la propuesta musical, inspirándose en las películas referenciadas, y a la par Paula comienza a trabajar el diseño sonoro, en diálogo con la propuesta del filme. Sobre la etapa final, Amaru realiza la traducción del quechua al castellano y Ricardo Bross, se encarga de la colorización y conformado del filme. Ya para la etapa de distribución y difusión, Renzo Godoy realiza el diseño gráfico de la película y Nicolas Carrasco se encarga de la distribución.

Un proceso muy largo de 6 años, en donde cada miembro del equipo fue importante y clave para que seguir avanzando, pero siento que sin el apoyo de mis amigos y colegas, Carlos y Paula difícilmente tendríamos ahora la película que tenemos

Laslo Rojas: Finalmente, ¿cómo esperas que Buenos días, wiraqocha contribuya al diálogo y comprensión sobre las repercusiones de la reforma agraria en Perú, en las mismas comunidades, y en los centros de poder como Lima?

Mauricio Godoy: En los últimos años el tema de la reforma agraria ha vuelto a estar en boga, así como el gobierno de Velasco, pero siempre la discusión se centra en si fue efectiva o no a partir del impacto económico que tuvo, dejando de lado a las personas. En este filme no se habla de la propiedad de la tierra ni de su impacto económico, acá nos centramos en las personas, en cómo era su vida antes, cómo cambió por la reforma y cómo es el presente. A mí me interesa que la película sea vista en comunidades, en centros poblados, en el sur andino, en lugares en donde se luchó por la recuperación de la tierra, y que los jóvenes sepan y valoren todo lo que sus antepasados hicieron, lo cual les permite vivir el presente que viven.

Entrevista realizada el 4 de agosto de 2025, vía correo electrónico.

Fotos: producción de Buenos días, wiraqocha.


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