Fantastic Fest: «Bad Haircut» (2025): la peluquería infernal


A veces es necesario pasar por situaciones emotivas o hasta traumáticas para madurar, crecer, o simplemente animarse a actuar. Sin embargo, idealmente dichas situaciones no deberían involucrar secuestros, violencia o hasta muerte, pero eso es precisamente lo que le pasa al personaje principal de Bad Haircut. Lo que tenemos acá es un sólido thriller con toques de comedia negra que obliga a su universitario protagonista a lidiar con una situación que no podría ser más ajena a lo que está acostumbrado. El resultado es una experiencia que debería apelar a un público amplio gracias a su mezcla interesante de géneros y tonos.

Bad Haircut comienza con un atractivo plano secuencia que nos muestra al tímido Billy (Spencer Harrison Levin) en una fiesta en la casa de un compañero de la universidad. Lamentablemente, el chico sufre de ansiedad social, por lo que le cuesta hablar con chicas, y es fastidiado por gente como el antipático Harper (Michael Bonini). Es por eso, de hecho, que los amigos de Billy lo obligan a ir a donde un barbero conocido a que se corte el pelo; tanto el apuesto Sonny (Beau Mintiera) como el gracioso Dee (RJ Beaubrun) consideran que un nuevo peinado podría ayudar a mejorar la vida social del incómodo chico.

Es así que el trío llega a la peluquería del excéntrico Mick (Frankie Ray), quien cobra poco, trabaja bien, pero parece carecer de habilidades sociales. Convencidos de que estará a salvo, Sonny y Dee dejan a Billy solo con el peluquero en su local, lo cual termina siendo un grave error. Primero, llega un supuesto matón (el también doble de acción Eric Linden), a quien Mick asesina; luego, aparece el supuesto ayudante del peluquero, Wimp (Martin Klebba, de Piratas en el Caribe); y por último, Mick lleva a Billy a su sótano secreto, donde además esconde a una chica desaparecida, Sam (Nora Freetly). Es así que Billy se ve obligado a trabajar con Sam para escapar de este terrible lugar, lo cual evidentemente termina siendo todo un reto.

Si Bad Haircut funciona, es porque nunca pierde de vista a Billy como el protagonista de la historia. Se trata de un personaje interesante porque es la representación de cualquier chico tímido y bonachón que siempre ha tenido problemas socializando, pero que a la vez no es un estereotipo andante. Después de todo, no es que Billy sea socialmente inepto, o que carezca de amigos, o que sea demasiado nerd. Simplemente necesita armarse de valor y agarrar confianza, actitudes que, nuevamente, son impulsadas por los eventos que transcurren en la película. Al final del día, el conflicto con Mick es desarrollado únicamente para que Billy pueda madurar y, porqué no, tener una primera relación con una chica.

Ahora bien, el que la película sea narrada casi exclusivamente desde la perspectiva de Billy sí trae consigo algunos (no tan serios) problemas. El personaje de Nora, por ejemplo, está escrito de forma muy simplista, haciendo que sus interacciones con Billy no sean muy creíbles. Nora Freetly intenta otorgarle algo de carisma y urgencia a la chica, y hasta cierto punto ayuda a que no se sienta demasiado plana, pero en términos generales, me hubiese gustado saber más de su personaje. Saber de dónde vino, cuáles son sus intereses, y por supuesto, qué tipo de personalidad tiene. Al final del día, Sam termina siendo la clásica «damisela en peligro», lo cual le resta algo de complejidad al film.

Felizmente, sucede lo contrario con el Mick de Frankie Ray. Claramente inspirado, aunque sea parcialmente, en Mick Jagger, el peluquero se convierte en el personaje más intrigante y colorido del filme. Ray lo interpreta como un cuasi rock star venido a menos; como un tipo que en todos sus años de vida nunca aprendió a amar o ser amado, y que ahora quiere obligar a que la gente lo ame (razón por la cual, por ejemplo, le dice «te amo» tanto a Sonny como a Dee cuando estos llegan a su local). Lo más interesante, además, es que Ray no interpreta a Mick de forma exagerada, sino otorgándole algo de credibilidad a un papel que muy fácilmente podría haber sido una caricatura delineada a trazo grueso.

Es a través de los personajes de Billy y Mick, entonces, que Bad Haircut se va llevando a cabo como un thriller suficientemente tenso con toques de comedia negra. Hay sangre y mucho suspenso —especialmente cuando vemos a los chicos haciendo de todo por intentar escapar del sótano del peluquero—, pero también hay momentos de ligereza. Consideren, por ejemplo, el tipo de camioneta que Mick maneja y la “cita” a la que lleva a Sam, o el personaje de Dee, que lamentablemente se siente como el estereotípico “amigo afroamericano” de las comedias gringas de los años 90 y 2000. No toda la comedia funciona, entonces, pero en términos generales, la película hace un buen trabajo balanceando lo serio con lo cómico; lo violento con lo absurdo.

Disfruté, además, del trabajo del director de fotografía Reid Pietro quien, junto al director-guionista Kyle Misak, logra darle una identidad visual muy particular a la película. El sótano de Mick, por ejemplo, luce apropiadamente sucio y oscuro, pero también incluye un buen uso de luces primarias, intensas, como para que se sienta como un ambiente ligeramente surrealista. Y una vez que la historia nos lleva a otros ambientes, Misak y su equipo logra presentarnos un pueblo (o ciudad) lleno de luces de neón, personajes secundarios memorables (como Gus, el trabajador del restaurante de comida rápida, interpretado por Larry Hankin) y situaciones absurdamente tensas. Bad Haircut luce muy bien, y se nota que el equipo de producción logró aprovechar bien sus recursos relativamente limitados (tanto así que hasta logran incluir una explosión).

Esta película me sorprendió gratamente. Lo que muy bien podría haber sido un simple thriller barato, de pocas locaciones, personajes planos y situaciones estereotipadas, más bien ha terminado siendo de las películas independientes más interesantes que he podido ver este año. Sí, es verdad que el único personaje femenino del filme no está tan bien escrito, y que el epílogo de la historia es un poco muy largo, haciendo que el espectador se canse un poco hacia el final. Pero en términos generales, lo que tenemos acá es un buen filme de suspenso que combina tonos con sorprendente consistencia, y aprovecha al máximo el trabajo de su talentoso reparto. Así como Billy se anima a cambiar de peinado, el público cinéfilo debería animarse a darle una oportunidad a esta excéntrica y entretenida película.

Nota: Vi este film gracias a un screener cortesía de Film Seekers.


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