“Estados generales” del peruano Mauricio Freyre en el IDFA 2025


Estados generales, primer largometraje del artista audiovisual y cineasta peruano Mauricio Freyre, ha formado parte este año del Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam (IDFA), en los Países Bajos. Una película que abre interrogantes, hace reflexionar y encierra algunas sorpresas.

Reseña del IDFA: En su ingeniosa ópera prima, Mauricio Freyre combina conversaciones con expertos en archivos del jardín botánico de Madrid con un viaje imaginario de regreso a casa. El tema: semillas. O, más concretamente, semillas que fueron traídas de las antiguas colonias españolas. La identidad de algunas de ellas ya no se puede determinar, pero al ser propiedad del estado no se pueden tirar. Acaban en la sala S.59, en cajas posiblemente auténticas de los siglos XVIII y XIX con la inscripción «Frutos sin nombres». En la primera mitad de Estados generales, la cámara de 16 mm de Freyre explora este archivo con encuadres rigurosos y un diseño de sonido preciso y minimalista. A través del océano llegamos al valle peruano de Chincha, cuando Freyre imagina cómo algunas semillas regresan desde España a su lugar de origen. Pero no se trata de un regreso paradisíaco. Mientras que las escenas nocturnas parecen representar el punto de vista de un fantasma errante, percibimos cómo el colonialismo sigue vivo en Sudamérica en forma de un capitalismo tan destructivo como el de entonces.

El director Mauricio Freyre y el productor peruano Nicolás Carrasco compartieron con Cinencuentro sus experiencias. Esta entrevista ha sido editada y resumida, por motivos de longitud y claridad.

¿Cómo nace la idea de creación de Estados generales?

Mauricio Freyre: Pues fue un poco a ciegas, casi. Yo tenía una idea relacionada con botánica, porque venía de un proyecto anterior que hice en Taiwán y que tenía que ver con arquitectura y la dimensión tropical. Eran arquitecturas que se mezclaban con el bosque tropical de Taipéi y que no sabías cuándo empezaba el proyecto de arquitectura y cuándo empezaba el bosque. Eran como capas de arquitectura que se iban desintegrando. Y cuando volví a Madrid, después de estar en Taiwán, me interesé por el jardín botánico (Real Jardín Botánico de Madrid) que estaba cerca de donde yo vivía. Fue automático, el buscar como una conexión con Perú, porque casi todos mis proyectos tratan de encontrar como un vínculo. 

Yo siempre iba mucho al jardín como visitante. Me atraía mucho la exuberancia de cómo está construida la parte tropical, los invernaderos, pero me interesaba mucho lo que estaba detrás. Y de casualidad fue algo un poco a ciegas; una amiga estaba haciendo un proyecto ahí y busqué el contacto con quien ella trabajaba en el Jardín Botánico. Era un botánico y profesor que estaba por jubilarse (Ramón Morales). Él fue un poco la llave de acceso para entrar al recinto. Lo entrevisté primero, le conté que quería hacer un proyecto relacionado con las colecciones coloniales, botánicas, relacionadas con Perú y fue a partir de conversaciones con él (inicio del proyecto). Él estaba muy abierto a hacer proyectos como muy interdisciplinares. 

Entonces postulé a una residencia en Matadero de Madrid (centro cultural, en el que las artes escénicas, visuales, la literatura, la filosofía, el cine, la música y las actividades transmedia se interconectan en un programa interdisciplinar). Entonces a partir de la residencia investigué más el archivo.

¿Qué tipo de residencia era? 

Mauricio Freyre: Era una residencia de investigación, que fue separada de la película, pero que me abrió un poco la vía a meterme más en ese “no archivo”. Porque en el guion original, que había pensado, yo estaba trabajando solamente las colecciones botánicas y el archivo oficial. 

¿De qué años son esos archivos?

Mauricio Freyre: Entre 1700 y 1800 hay distintas expediciones botánicas a Perú. Y si no recuerdo mal, en 1790 es la expedición de Hipólito Ruiz y José Antonio Pavón (botánicos españoles de finales del siglo XVIII que lideraron expediciones científicas en América), que es la que más me interesaba. Un poco a partir de esa investigación y la residencia en Matadero es que yo investigo a fondo la expedición. Parte del material que está en el sótano viene de esa expedición de Ruiz y Pavón y de José Celestino Mutis. Y entonces así nace un poco la película.

Der. a izq.: Nicolás Carrasco (productor) y Mauricio Freyre (director), presentaron su film Estados generales (2025), en el IDFA.

Nicolás, ¿cuándo llegaste al proyecto?

Nicolás Carrasco: Mauricio y yo nos conocimos virtualmente a inicios del 2019 a través de un amigo en común que es Diego Cendra (luego asistente de dirección del proyecto). Entonces, a través de Diego, Mauricio y Tasio (productora española), me invitan a participar como productor peruano porque al tener un rodaje en Madrid y un rodaje en Chincha, se necesitaba una producción en Perú. Yo en ese momento lo acepto. Estamos hablando de antes de la pandemia, a inicios del 2019.

Trabajamos en la carpeta de proyecto para postularla a DAFO (al estímulo económico del Ministerio de Cultura de Perú) y ganamos al primer intento, en realidad. Entonces, a finales de 2019, nosotros ya teníamos financiamiento para poder pensar en el rodaje de Perú, específicamente. Lo que sucede es que cuando empieza la pandemia de covid-19, nosotros decidimos usar el financiamiento de Perú para filmar lo de España primero. Entonces, es un poco que lo hacemos cruzado. Y con el financiamiento de España que recibimos al año siguiente, filmamos en Perú tres años después, en 2023.

¿Cuándo se filmaron finalmente todas las secuencias, en Madrid?

Mauricio Freyre: Pues fue fragmentario. Primero fue hacer un rodaje en Madrid, como más grande, de ahí fue editar, grabar, escribir. Yo cuando descubro ese sótano, es que me interesa más que la colección oficial. Me interesaba más la idea de los puntos ciegos, los vacíos de la propia colección. Y yo en ese momento tampoco tenía claro qué parte de Perú quería grabar. Es a partir de esa investigación que encuentro de que Ruiz y Pavón habían viajado al valle de Chincha. Que tienen un diario, donde relatan el viaje. Así me comienza a interesar el valle de Chincha también por toda la relación con las haciendas, con el mundo afroperuano, con todas las capas del mundo precolombino. Alrededor de lo que ellos relatan también. Así voy construyendo el guion de lo que va a ser esa segunda parte.

En un principio en el guion yo tenía tres partes, pero descarté la parte inicial también por cuestión de producción y de dinero. Me quería centrar en el botánico y en una segunda parte, la agricultura. Cuando tenemos el fondo de ICAA (fondos para la industria cinematográfica española) del Ministerio de Cultura de España, es que grabamos la parte en Perú.

¿Ya tenías pensado el estilo, la narrativa?

Mauricio Freyre: Eso desde un inicio, yo ya venía con otras películas anteriores, donde me interesaba mucho lo sensorial, lo abstracto, y a partir de eso ir construyendo capas de narrativas. Entonces ya tenía una aproximación a cómo trabajarlo. Y la película se “va escribiendo” mientras se “va haciendo” también.

¿Tienes algún referente en el cine?

Mauricio Freyre: Sí, bastantes. Me gusta mucho Raúl Ruiz, pero referentes contemporáneos, estaba hablando ahora de Miguel Gomes como cineasta, porque mi película es muy distinta a una de Miguel Gomes, pero tiene como mucha relación. Justo en nuestro programa hay una cineasta que me gusta mucho también, que es Maureen Fazendeiro, que también estaba en la sección de Paradocs del IDFA. Y otra cineasta era Heddy Honigmann.

¿Por qué decides filmar en 16 milímetros?

Mauricio Freyre: Pues, yo ya venía trabajando con analógico en las películas anteriores. La de Taiwán no es analógico, es digital, pero las anteriores sí que son analógicas. Me interesaba mucho también por la metodología, el sistema de que tienes que trabajar como trabajos analógicos, estar restringido en material, no poder ver el material, y tener que trabajar con material como casi escultóricamente.

No tienes mucho material fílmico.

Mauricio Freyre: No, es one shot [una toma] casi todo, y entonces vas trabajando con ese material y vas construyendo. Me interesaban esas restricciones, también el trabajar con Marta Simões (la directora de fotografía), la aproximación hacia la imagen, hacia cómo filmar, tanto en el botánico como en Perú. La idea de que también el analógico suspende en el tiempo mucho el material, como que crea esta relación bastante particular, como temporal.

¿Haber tenido poco material fílmico, ha facilitado el montaje? 

Mauricio Freyre: No, qué va, es distinto, es encontrar un proceso. Es como un crucigrama. Tú tienes el material y tienes que encontrar como conexiones lógicas. Pero yo no sé otra manera de trabajarlo.

Y el resultado final, ¿es lo que esperabas?

Mauricio Freyre: No, no esperaba nada. Esperaba como algo que me sorprenda y me sorprendió.

¿En cuanto a la producción, cómo se saca adelante el proyecto?

Nicolás Carrasco: Como mencioné anteriormente, tuvimos la suerte de poder recibir el financiamiento de Perú (DAFO) al primer intento, que es algo que no siempre pasa. Claro, tuvimos esa primera noticia, pero con el tema de la pandemia tuvimos que cambiar el plan, cambiar la estrategia, y adaptarnos.

Entonces, ese paso dos que hubo que hacer, tomó un poco más de tiempo. No solo por el lado de conseguir más financiamiento, que es muy difícil en general, sino además estaba el tema de que en Perú era muy difícil filmar (en el confinamiento y/o con restricciones generadas por la pandemia). No recuerdo ahora exactamente hasta cuándo es que no estuvo permitido, pero recuerdo que para nosotros fue algo muy frustrante. Claro, no fue solo una dificultad para nosotros, estamos hablando de docenas de proyectos. En realidad, era la incertidumbre de no saber cuándo se podía terminar la película, porque el financiamiento del ICAA del Instituto de Cine de España ya lo teníamos.

En ese tiempo que pasa, el proyecto cambia de forma, muta, digamos. Al final, teníamos lo qué se quería hacer en Perú específicamente y eso lo planeamos y lo filmamos, en los primeros meses del 2023. Luego de eso sucede otra cosa, que es que el financiamiento que teníamos era solo para el rodaje. Había una tercera instancia de búsqueda de financiamiento para la postproducción, que finalmente se concretó el año pasado cuando ganamos el Hubert Bals Fund (fondo de ayuda a proyectos cinematográficos del Festival de Rotterdam, Países Bajos). Eso sucede un año y medio después de terminar el rodaje en Perú, entonces eso para mí es algo que define el proyecto. La película finalmente no es la que ganó DAFO [Concurso de Proyectos de Largometrajes de Ficción – Alternativo 2019], porque resulta siendo un documental. Creo que el tiempo hizo que la idea inicial mute a la película que finalmente tenemos. Es la película había que hacer.

Mauricio Freyre: Esa idea que va transformándose, que va mutando y que va siendo también. Va adaptándose un poco a todo lo que iba pasando (la pandemia). La idea de que vas encontrando cosas. Es un proyecto de investigación, entonces es algo que se va profundizando y que va construyéndose. También la película va encontrando esos vacíos en las propias categorías. La película, si bien está dentro de una categoría documental, es una película híbrida. La película para poder existir necesita la ficción, si no, no puede existir. La idea del viaje (la segunda parte del filme) solamente se construye a partir de la ficción.

¿Cuál fue el camino para llegar al IDFA?

Nicolás Carrasco: Antes de hablar del IDFA, quisiera mencionar lo de el estreno mundial de la película, porque me parece interesante. La película se estrenó en el Festival FIDMarseille, en Francia, en julio de este año. Durante la pandemia (en abril del 2021), la película participa del espacio de desarrollo de proyectos del FIDMarseille, el FIDLab. Y sucede que el año pasado, en noviembre, conozco a una programadora de FIDMarseille, le comenté del proyecto y que había participado del FIDLab. La película en ese momento no estaba lista, pero ya había esta primera conversación con FIDMarseille. Es a partir del estreno en Marsella que la película existe, en realidad, para el público, ya no es solamente algo que existe para nosotros como equipo.

Hablando específicamente del IDFA, nosotros aplicamos por convocatoria. Si dices que la película se estrenó en FIDMarseille, eso ya genera un interés en realidad. También la película recibió el año pasado el fondo Hubert Bals Fund, que es de los Países Bajos, y por supuesto eso ya generó de nuestra parte el interés que la película se vea en ese país.

Estados generales no sólo está en Paradocs (plataforma del IDFA para las mejores obras de arte documental experimental del momento), sino está también en la sección retrospectiva Dead Angle (Focus Program), que casualmente este año enfoca su atención en las instituciones, y la película encaja ahí de manera muy orgánica.

Mauricio Freyre: Este festival IDFA me gusta mucho, porque tiene una línea editorial bastante coherente, bastante clara. A mí me gusta mucho la sección Paradocs, pero también esta sección Focus Program, que es como una sección foco, donde han reunido películas que son de distintas épocas.

Nicolás Carrasco: Paradocs es una sección muy interesante, que tal vez tiene que ver más con vanguardia o tiene películas más arriesgadas. Pero también estar en el Focus Program, es para nosotros como equipo un gran orgullo, porque la película está con cineastas muy importantes. Cito un par, hay dos películas de Frederick Wiseman, que es un cineasta que aún vive, pero que es tal vez el documentalista más importante de Estados Unidos; hay una película de Abbas Kiarostami, Fellow citizen, que es tal vez el cineasta iraní más importante del siglo XX, y luego, la película más antigua del programa que es de Alain Resnais, Toute la mémoire du monde. Entonces en Paradocs todas las películas son de este año, pero en este Focus Program las películas van, digamos, desde los años 40 hasta la actualidad.

Estoy muy contento que Estados generales sea parte de la selección del festival. Algo que a mí me interesa de este festival es que es muy variado. Hay distintos tipos de películas, no solo documentales, sino distintos tipos de cine que responden a distintos tipos de cinefilias. Hay cosas que son más clásicas, pero también cosas más experimentales, y eso a mí me parece positivo, me parece estimulante, también es una de las razones por las cuales el festival tiene mucho público, porque atrae distintos -y aquí voy a usar la palabra en plural- públicos; esa palabra que se ha puesto de moda: audiencias.

¿Por qué hay que ver Estados generales?

Mauricio Freyre: Pues yo creo que te genera muchas preguntas, y creo que de alguna encuentras cosas que te sorprenden. Es un ejercicio de poner dos territorios distintos, dos tiempos distintos, y a partir de esa yuxtaposición se generan preguntas y dudas, también sobre un tema que es bastante contemporáneo.

De transitar por el colonialismo “desembarcamos” finalmente en el neocolonialismo.

Mauricio Freyre: Sí, la tesis de la película es cómo sistemas de poder desde el mundo colonial perviven hoy en día, se extienden y cambian de forma. Es la hipótesis de la película, y así quiere visibilizarla de alguna manera.

¿Ha habido tiempo para un siguiente proyecto, Mauricio?

Mauricio Freyre: Sí, ya empecé con un proyecto nuevo. Este año inicié con una residencia (estancia de investigación) en el Museo Reina Sofía con un proyecto que también está relacionado con el mundo botánico, es mucho con Perú, es sobre el árbol de la quina. Para ese proyecto hice un grupo de lectura en el Reina Sofía al que invité a distintos investigadores, activistas, biólogos, artistas, que tienen investigaciones alrededor de relatos fundacionales sobre este árbol. Relatos que fueron construidos como verdades, pero son ficciones, empezando con el relato de la Condesa de Chinchón que lo cuenta Ricardo Palma. Es una historia que fue considerada real, que yo la escuché en el jardín botánico, contada por botánicos, y es ficción, fue “marketing colonial” creado para introducir la quina en las farmacias europeas. Y como esa he reunido otras cuatro historias y estoy trabajando a partir de eso. En el Reina Sofía presenté una performance a partir de ese material y eso en un futuro será una película.

¿Cuándo se podrá ver Estados generales en Perú?

Nicolás Carrasco: En Perú nos gustaría que la película se vea el próximo año. En Chincha, en Lima y bueno donde se pueda, donde nos inviten, donde quieran que la película se proyecte.

***

Estados generales recorrerá distintos festivales en los próximos meses. La próxima escala, luego de su participación en el IDFA, es el Rencontres Internationales du Documentaire de Montréal, en Canadá.   

Entrevista realizada el 21 de noviembre del 2025, en el cine Rialto, Ámsterdam, una de la sedes del festival IDFA.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *