Mientras a la academia le toca el trabajo relativamente fácil de seleccionar y premiar las buenas producciones norteamericanas, la Fundación Frambuesa de Oro tiene la complicada tarea de seleccionar no sólo lo más malo, sino lo más malo de lo malo. Producciones sin corazón, ni alma ni cabeza, protagonizado por lo más desechable de la industria, o sea actrices y actores jóvenes del momento que necesitan esa película cómica, de horror o remake para darse a conocer, ganarse unos cuantos millones y salir en las portadas de las 10 más «a nadie le importa» de Hollywood.

Los filmes que lideran las categorías son Bajos instintos 2 (Basically, It Stinks, Too ), protagonizada por la femme fatale más vieja de la industria, Sharon Stone y Little Man, dirigida por los hermanos Shawn y Keenan Wayans (que se superan nuevamente con un storyline aún más absurdo que White Chicks), con 7 nominaciones (Peor película, Peor actriz, Peor actor de reparto, Peor director, Peor secuela, Peor guión y Peor duo).
Le siguen de cerca Bloodrayne, del director alemán Uwe Boll , (que sigue en su senda de convertir famosos juegos de video en asquerosas películas), Wicker Man (esta me duele porque considero a Nicolas Cage un excelentísimo actor), Santa Clause 2: The Escape Clause (Tim Allen no se rinde), La dama en el agua (el aburrido cuento de M. Night Shyamalan), Una navidad muy prendida (más porquería navideña) y Shaggy The Dog (Tim Allen nuevamente).

La lista completa, aquí.