Héctor Gálvez, ganador del premio CONACINE con su proyecto de largometraje Jardines del Paraíso, comenzó su paso por el audiovisual siguiendo cursos independientes en INICTEL, luego con un colectivo de amigos, empezó sus primeros pasos en la realización cinematográfica, hilvanando corto tras corto y ganando varios premios. Ahora está ad portas de su primer largo de ficción y además viene acabando un largo documental, Lucanamarca, junto con Carlos Cárdenas. Héctor nos regaló Escenas de Caza, un corto de 3 minutos que realizó durante su etapa colectiva con otros realizadores de la Universidad de San Marcos y el Instituto Orson Welles. Como él es además colaborador de Cinencuentro y gran amigo nuestro, entablamos una agradable charla en la cual hablamos de sus inicios en la realización y todo lo que lo ha llevado a estar a pocos días del rodaje de Jardines del Paraíso.
Escenas de Caza, de Héctor Gálvez
Héctor, ¿Cómo te inicias en el universo audiovisual?
Bueno, estudié producción de televisión en el Inictel. En ese tiempo el Inictel todavía no tenía una carrera completa de realización, tenía sólo cursos independientes de cámara, iluminación, edición y otros más; entonces seguí casi la mayoría de esos cursos. Yo hubiese querido seguir comunicación en alguna universidad pero no podía pagar la Católica o San Marcos, por lo menos en esa época no tenían la mejor infraestructura, pero igual me metía como alumno libre a algunas clases en San Marcos. Lo que pasa es que el Inictel estaba muy abocado a lo que es la televisión, y yo estaba con todo “el bicho” de querer hacer ficción, pero igual me sirvió por una cuestión de conceptos, de formación.
Y ahí haces tu primer corto: El colchonero.
Claro, pero ya había terminado, porque lo hice el 94 me parece. Ya había terminado el Inictel, aunque terminar es un decir porque no era consecutivo, eran cursos unitarios, entonces cuando se terminaba uno, me metía al siguiente.
Y ¿de qué trata El colchonero?
De dos amigos, chicos de 13, 14 años que pasan las tardes peloteando en la cuadra de su casa y siempre ven a un señor que llega con putas a una casa abandonada que esta al lado de la casa de uno de ellos. Entonces la historia trata de lo que buscan hacer estos muchachos para observar lo que hace este señor con sus acompañantes eventuales. Creo que como todo primer trabajo, este partía de una historia personal, biográfica; de cuando era chiquillo y veíamos con mi pata de barrio llegar a este señor -que hacía colchones por eso le decíamos el colchonero- con chicas a la casa. Entonces como nunca pudimos ver lo que hacia, decidí desquitarme haciendo este corto. Pero el detonante de todo viene de muchos años atrás y lo produjo leer La palabra del mudo de Ribeyro, leerlo fue una revelación para mi, sentía algunos de sus cuentos tan cercanos, tan cotidianos y como producto de esa lectura es que evoqué ese recuerdo de la niñez. Por eso El Colchonero nació como cuento, ya luego al tiempo cuando termino el INICTEL y veo todos los cortos de la movida independiente de esa época, es que me decido transformarlo en guión.
Y desde ese corto al que presentas en Cortocircuito, ¿cómo evolucionaste?
Bueno no se si haya evolucionado (Risas), para hacer una cronología: hice El colchonero, luego hice Circo de Arena, un reportaje que ganó el concurso de Video Joven que organizaba Calandria, que tenía que ver con un circo de barrio, lo bueno es que ya ahí la producción y la realización corrió por cuenta de Calandria, porque eso era el premio de Video Joven.
Y después hice Escenas de Caza, en ese tiempo tenía un colectivo de amigos, que eran gente de San Marcos, de la Orson Welles, con los que hicimos El Colchonero y el Circo de Arena y teníamos esta idea de hacer pequeñas escenas, que lo único que tenían que tener en común era que sucedían dentro de una casa y por eso el título. Aunque no recuerdo porque decidimos poner casa con “Z”. Bueno, hicimos una primera que era la historia de un pata que le bolsiquea a su vieja y luego ésta que presento en Cortocircuito, que es un plano secuencia de un pata despidiéndose de la casa de sus padres y que nos divirtió mucho hacerla.
Y ¿es experimental el corto?
Experimental, no creo. Pero si colectivo, era un tiempo en que casi la mayoría de los trabajos eran colectivos pero después de este trabajo nos empezamos a dispersar, claro, ya cada uno tenía prioridades, una de las chicas ya tenía su hijo. Como proceso natural ya nos fuimos separando.
Y el corto básicamente es acerca de un chico que se va de la casa de sus padres y antes de retirarse, decide dejarles un buen recuerdo, de eso va la historia.
¿Cuánto costó ese corto? ¿Destrozaron de verdad la casa?
(Risas) Bueno, fuimos consiguiendo cosas, como éramos un grupo, cada uno fue trayendo cuadros, espejos, yo traje los muebles de mi casa y la TV. Los platos, las tazas, las copas, todas las compramos en el centro de Lima, entonces no sé cuánto habrá costado. Hasta ahora hago eso, nunca saco presupuesto de lo que gasto en mis trabajos. Prefiero no saber cuánto he gastado, pero no fue muy costoso, la realización es totalmente sencilla.
Vemos que tienes una producción regular de cortometrajes.
Si pues, ahora que me doy cuenta he hecho varios, lo bueno fue que ni siquiera fue intencionado, ha sido por las mismas circunstancias como en el caso de los comerciales que hice cuando Fujimori se iba a lanzar a la re-reelección (Los muertitos y Taxistas), que eran una burla a esos comerciales que sacaba el Ministerio de la Presidencia, donde mostraban que todo supuestamente iba bien y que en ese tiempo bombardeaban la televisión. El hacerlos era mi manera de protestar contra lo que estaba pasando en esos años.
Trabajando de manera personal esas ideas
Si, todas eran trabajadas de manera personal y siempre echando mano de los amigos y familiares. Y como en esa época había una serie de presentaciones y movidas Anti-Fujimorí aproveche para colocarlos ahí. Uno (Los muertitos) incluso se pasó en el programa de canal 11 de Beto Ortiz. Por esas cosas de la vida, a la productora le gustó y decidió pasarlo, claro que por ese tiempo el programa de Beto le daba harto golpe al chino. Aunque ahora que lo veo a la distancia no lo distribuí tanto como lo hubiese querido.
Y tus otros cortos ¿tienen también una trayectoria de premios?
Escenas de caza no, el Circo de Arena, ganó como proyecto en el concurso de Video Joven de Calandria, después cuando estuvo realizado también ganó en la categoría de reportaje documental. Después hice una ficción pero ya no era un trabajo personal sino para una ONG en la que estaba en ese tiempo CEPRODEP. Este video que se llamó ¡Cállate niña! (Upallay Wawa) se hizo con gente de una comunidad ayacuchana en Vischongo. Una experiencia que a mí me gustó muchísimo porque era gente quechuahablante, no eran actores, era gente de la comunidad, como trabajo me gustó mucho y en la siguiente edición de Video Joven ganó el Premio del Público y de ahí, bueno el último corto Fotos de Familia, que estuvo en lo de CINECORP donde ganó el segundo premio y ganó además mejor actor en la FENACO de Cusco, por Germán Gonzáles, que hacía el papel de un guachimán.
Y luego de esos cortos, ya te has animado con el largo. Estmos hablando de Jardines del Paraíso.
Si, ya. De hecho que cuando veo mis cortos, los que tienen mayor relación con el largo son los primeros, El Colchonero y Circo de Arena. Los demás son distintos entre sí, pero era lo que me provocaba contar en esa época.
¿Ya empiezas el rodaje no?
Sí, estamos rodando a mediados de este mes, noviembre.
¿Cómo has conseguido los fondos?
Ganamos CONACINE, y hemos tenido la suerte de estar también en algunos festivales como proyecto, en Francia, Alemania y en el Festival de Guadalajara; pero todos esos festivales, salvo CONACINE, no eran premios en dinero, eran reuniones con productores, pero igual sirve para contactar gente afuera. Gracias a esos festivales ya hemos unido fuerzas con gente en Alemania y Francia que se están encargado de mover el proyecto por allá y con una productora española hemos postulado a IBERMEDIA, donde obtuvimos el premio a coproducción.
¿De qué trata la película?
Jardines del Paraíso es la historia de un grupo de 5 amigos jóvenes, unos han terminado el colegio, otros no, y están en esa etapa de la vida en que no saben que hacer. Entonces la historia va de lo que pasa en su día a día, y todo transcurre en ese barrio que está ubicado en la periferia de la ciudad de Lima y que tiene el nombre de la película.
Te has mantenido siempre en historias para jóvenes.
Si, es un tema que siempre me ha interesado, y es que lo del proyecto del largo me salió de los recuerdos que tenía con mis patas de barrio en el Callao, eso se mezclo con las experiencias de trabajo que tuve en el 2000 con chicos, algunos de pandilla, en la zona de Huachipa – Vitarte y además de cubrir parte del trabajo de la CVR. Es un poco la fusión de todo eso. Leí hace un tiempo una entrevista a Oswaldo Reynoso donde decía que uno “canibaliza todas sus experiencias…” bueno, eso es un poco lo que me ha pasado con Jardines.
Gracias Héctor y suerte.
Gracias a ustedes.
Entrevista: Miguel Piscoya y Luis Ramos
Fotos: Archivo Héctor Gálvez
Producción: Mary Panta
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