Con el Oscar que ganó en 1954 por La rosa tatuada

Un día como hoy, 7 de marzo, nació Anna Magnani, una de las actrices más representativas del neorrealismo y el cine italiano, que ingresó en la memoria cinéfila de todos los tiempos con el personaje de la mujer que cae heroicamente a manos de la soldadesca nazi en Roma, ciudad abierta, la notable obra de Roberto Rossellini que en 1945, en medio de los escombros de la aventura belicista del fascismo, fundó una de las corrientes y uno de los periodos más influyentes del arte fílmico.

Magnani, mujer de corpulencia física, explosión verbal y maciza belleza, casi tosca, fue la intérprete ideal para encarnar a Pina, la valiente viuda, madre de un niño de ocho años, que a punto de casarse nuevamente acoge en su casa a un líder de la resistencia, y que es fulminada de un disparo a quemarropa cuando corre desesperada por la captura de su novio.

Tuvo otra actuación memorable en Bellísima, de Luchino Visconti, como la modesta madre fascinada por la magia del cine, y obsesionada con la posibilidad de que su hijita sea estrella de la pantalla grande.

Luego, al igual que algunas de sus compatriotas, como Sophia Loren o Claudia Cardinale, Magnani llegó a Hollywood, y ganó el Oscar en 1955 por su rol de La rosa tatuada, de Daniel Mann.

En este video se puede ver el fragmento más famoso de Roma, ciudad abierta, con la energía a raudales de Magnani, quien siempre radicó en la capital italiana hasta su muerte en 1973.