Elvira Travesí, gran actriz de la escena nacional, ha fallecido en Madrid a los 89 años luego de sufrir un derrame cerebral. En marzo de este año había sufrido varias complicaciones que la llevaron a una cama de cuidados intensivos, lamentablemente no se pudo recuperar y ahora nos ha dejado.
Elvira nació en Argentina en 1919 de padres españoles, quienes la trajeron al Perú en sus primeros años, desde muy temprano participó en producciones teatrales, y posteriormente tuvo una intensa participación en el cine. Su primera aparición fue en De carne somos (1938), luego participó en Gallo de mi galpón (1938), El miedo a la vida (1938), Corazón de criollo (1938), Tierra linda (1939), Barco sin rumbo (1940), y en Los conflictos de Cordero (1940), en varias producciones estuvo acompañada de sus hermanas, quienes conformaban el trío Travesí, junto con Angelita y Gloria. Luego conocería a su futuro esposo Juan Ureta Mille.
Para 1940 daría el salto a la popularidad de la mano de Radio Nacional, en el formato del radioteatro y en 1959 entraría de lleno en la naciente televisión, cimentando su fama como mujer de carácter, alternando siempre el escenario teatral.
Ya en los años sesenta filmaría en producciones extranjeras con locaciones en el Perú, es el caso de Annabelle Lee (basado en un cuento de Edgard Allan Poe) y Boda diabólica de Gene Nash. Luego haría Estación de amor (1974) y Melgar, el poeta insurgente (1981), filme de Federico García. La mayor parte de sus películas no han sobrevivido el paso del tiempo e infelizmente no las hemos podido ver.
Sin embargo, para nuestra generación, dejó una huella imborrable caracterizando a la malvada doña Carmen en Maruja en el infierno (1983), tercer largo de Francisco Lombardi, donde se lució junto a Elena Romero. La película adaptaba la novela de Enrique Congrains, No una sino muchas muertes, con guión de José Watanabe.
En el año 2003 participó del Festival de Lima, recibiendo un merecido homenaje en vida. En ese contexto fue entrevistada por Ricardo Bedoya, rescatamos unas líneas que dan una idea de su visión de la actuación.
¿Se siente cómoda con la cámara de cine?
No. Le tengo terror, terror, terror. Estoy acostumbrada al escenario del teatro. Cuando estoy parada en un escenario no veo al público; lo siento pero para mi el público es una presencia oscura, a pesar de que me transmite sus sentimientos. En el cine no ocurre eso y la cámara impone una presencia distante que temo.
Descanse en paz, doña Elvira. Iremos actualizando esta información a medida que se vayan conociendo las reacciones ante esta sensible pérdida.
Más info en la red:
- La última entrevista con Elvira Travesí en El Comercio: “Me voy llorando. De tristeza, porque me voy, y de felicidad, por lo vivido.”
- Un homenaje fotográfico de Luis Gallegos que repasa la carrera de la actriz.
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