Loco por ella (2010)


El empleo de la inseminación artificial como recurso dramático y específicamente como una opción autónoma y unilateral de maternidad, vuelve a aparecer en una comedia romántica, y en la filmografía de noveles directores. Últimamente, en The Back–up Plan, opera prima de Alan Poul estrenada en el Perú, el nudo argumental consistía en que Jennifer Lopez procedía a quedar embarazada de ese modo ante la sostenida inexistencia de una pareja ideal y de inmediato conocía a un chico con el que aquella medida no habría sido necesaria. Otra cinta, Baby Mama (2008), también el debut de Michael McCullers, emplea la variante del vientre de alquiler: una exitosa mujer de negocios que es infértil (Tina Fey) busca ser madre a través de una trabajadora. Es decir, en los dos casos la criatura por venir queda en medio de situaciones de contraste y las acentúa.

Esta vez, Loco por ella (The Switch) se mueve en el terreno de la amistad duradera, la pérdida del anonimato del donante, la paternidad accidental y el triángulo amoroso tardío. Kassie Larson (Jennifer Aniston) supera los cuarenta años y opta por el procedimiento, decisión que comparte con su entorno más cercano, incluido Wally Mars (Jason Bateman), su neurótico mejor amigo cuya vida sentimental ha sido igualmente poco estable. Los realizadores Josh Gordon y Will Speck, que empezaron en el largo con la comedia deportiva Blades of Glory (2007), no logran hacer despegar la historia pese a sus elocuentes vueltas de tuerca argumentales. Ello ocurre en buena parte por el trabajo de Allan Loeb, que no tenía precisamente los mejores antecedentes, pues fue uno de los guionistas de Wall Street, el dinero nunca duerme, secuela tan fallida y dulzona que no hizo aporte alguno al filme original.

La secuencia crucial que altera el destino de los personajes es bastante inverosímil y forzada. Totalmente ebrio, Wally cambia la muestra seminal de Roland (Patrick Wilson) por la suya, como si un manejo tan doméstico de la sustancia fuera posible. Las consecuencias recién podrán notarse siete años después, cuando Kassie vuelve a New York y se reencuentra con Wally, habiendo continuado ambos con sus altibajos amorosos. Lo mejor de la cinta es la interacción de Bateman con el pequeño Sebastian (Thomas Robinson), en quien reconoce rasgos físicos y psicológicos, y va asumiendo lentamente la ligazón. Pero los mecanismos narrativos adolecen de frescura para profundizar las relaciones entre Wally, Kassie y Sebastian, quienes están rodeados de amistades como Leonard (Jeff Goldblum), Debbie (Juliette Lewis, completamente relegada a papeles nimios) y el propio Roland, que a pesar de ser encarnados por buenos intérpretes no pasan de ser satélites insulsos y prescindibles.

The Switch no pasa de ser, entonces, otro tibio intento de abordar dilemas femeninos contemporáneos en clave ligera, y un vehículo de lucimiento de la carismática Aniston, habituada a roles de mujer emprendedora y relativamente dominante, como los que tuvo en El cazarrecompensas y Nuevamente amor.

The Switch

Dir.: Josh Gordon y Will Speck

Intérpretes: Jennifer Aniston (Kassie Larson), Jason Bateman (Wally Mars), Thomas Robinson (Sebastian), Juliette Lewis (Debbie), Patrick Wilson (Ronald), Jeff Goldblum (Leonard), Todd Louiso (Artie), Scott Elrod (Declan).

Estreno en España: 3 de setiembre de 2010

Estreno en el Perú: 1 de enero de 2011


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