Una de las columnas cinematográficas de antaño que dejaron huella en el Perú fue «El cine en casa», que durante los años 90 publicó el crítico Isaac León Frías en la recordada revista TV+ del diario El Comercio.
Recientemente, la Universidad de Lima ha publicado una selección de aquellos artículos bajo el nombre de Imitación de la vida –parafraseando las películas de John M. Stahl y Douglas Sirk–, que los ha ordenado temáticamente y editado levemente para eliminar datos coyunturales.
Géneros, subgéneros, autores, cinematografías, procesos de la historia del cine, nos devuelven simbólicamente a la época en la que no teníamos acceso al cable ni al Internet. Al respecto, conversamos con León Frías sobre los antecedentes del libro y el modo de relanzar su contenido trece años después del fin de la columna.
Empecé a escribir esa columna a fines de 1990 y dejé de hacerlo a inicios de 1999. Es decir, fueron ocho años y pocos meses de existencia.
Sí, sin duda era eso: un panorama de lo que se veía en la TV peruana de señal abierta, escogiendo lo que me parecía mejor o más representativo de un género o una cinematografía. Los límites de la selección estaban marcados por el alcance de la programación y ésta, en buena medida, y como ha sido siempre, era de origen norteamericano.
No había una planificación pues escogía la cinta a comentar en el momento de redactar la nota, con los títulos de cada semana. Sólo en casos de viajes largos dejaba una serie (historia del cine peruano, problemas de la emisión de películas por televisión, etc.)
No tenía en ese entonces un vínculo electrónico con los lectores. Sí recibía algunas cartas y comunicaciones. De cualquier manera, pienso que nunca tuve tantos lectores como en esos años noventa con la columna «El cine en casa».
Fue hace unos cuatro años que se me ocurrió agrupar esas columnas porque pensaba que podían ofrecer un panorama valioso, no tanto del cine que se veía por la televisión, sino de una buena cantidad de películas, especialmente entre los años setenta y noventa y poco, que es el periodo donde está ubicado un buen porcentaje de las cintas comentadas.
Así es. Sólo se exhibían algunas películas mexicanas, más bien clásicas, y muy poco de otras partes. Ese nuevo cine argentino que se inicia en la segunda mitad de los 90 –no olvidar que el título que le da fuerza a esa corriente, «Pizza, birra, faso», es de 1997– no llegó a la TV peruana ni en esos años ni en el nuevo siglo.
Sólo comenté «Qué verde era mi valle» y «Mogambo» porque casi fue lo único de Ford que me tocó en esos años. Me hubiese encantado poder haberle dedicado otras columnas. No hay un solo western y, claro, un panorama fílmico que no incluya «La diligencia», «La pasión de los fuertes», «Más corazón que odio» o «Un tiro en la noche» es un panorama enormemente disminuido. Lo reconozco.
Sí, en efecto, luego de varios títulos que siguieron a Espantapájaros, la carrera de Jerry Schatzberg se fue espaciando y terminó por diluirse un poco. En perspectiva, creo que «Pánico en el parque» y «Espantapájaros» son sus mejores películas y en ellas Al Pacino hace dos de sus mejores actuaciones. Es un autor que armonizó con el tono de los filmes que en esos años hacían Bob Rafelson o el mismo Scorsese, pero luego, y progresivamente, da la impresión de que se desubicó un tanto debido en parte a los propios cambios en la industria norteamericana, que no favorecieron esas miradas críticas de la marginalidad en la sociedad de ese país.
Sí, retiré muchas referencias coyunturales, porque ya no se pueden leer esas notas como las columnas que adelantaban la exhibición de una película y daba cuenta, eventualmente, de datos contextuales, sino como parte de una especie de guía fílmica para lectores que ahora ven esas películas, ya no en la televisión, sino en un dvd o en internet.
Yo no escribía en esos años sólo en la revista TV+. Lo hacía también en la revista «Caretas», en «La gran ilusión» y en alguna otra publicación, y en ellas expresé con mayor extensión mis opiniones sobre los problemas del cine peruano. La columna de TV+ no era el espacio más indicado para hacerlo, pero lo hice en varias ocasiones, aunque de manera concisa.
Ya tengo dos libros terminados que están a la espera de publicación en las oficinas del Fondo Editorial de la Universidad de Lima: «Tierras Bravas (Textos sobre cine peruano y latinoamericano)», que es una selección de artículos y críticas de cierta extensión (no son las columnitas de TV+) que publiqué en revistas, y también libros, de diversos países y que fui organizando a medida que escribía el otro libro.
Este último, más ambicioso, es un trabajo orgánico que hice para el Instituto de Investigación de la Universidad de Lima y que se titula «Entre el mito político y la modernidad fílmica. El Nuevo Cine Latinoamericano de los años sesenta». Es un libraco de más de 500 páginas y bastante polémico, pues cuestiona la historia, digamos, oficial del nuevo cine latinoamericano de la década del sesenta y la primera mitad del setenta.
En la actualidad estoy preparando un libro sobre la cartelera peruana entre 1950 y 1970. No las películas peruanas, sino todas las que veían en el Perú. No es sólo el registro filmográfico, sino también el comentario y análisis de las líneas del cine que se veía y la relación de ese cine con la marcha del cine mundial. Es un tipo de trabajo que, hasta donde yo conozco, no se ha hecho en país latinoamericano alguno y no sé si en otras partes. Voy a trabajar más adelante la cartelera de los años veinte en el Perú y tengo en proyecto un libro dedicado al periodo clásico de la producción fílmica latinoamericana, básicamente México y Argentina. No se agota ahí lo que quiero hacer, pero creo que ya es suficiente como información y ojalá motive la curiosidad de algunos lectores.
Esta entrada fue modificada por última vez en 6 de septiembre de 2012 13:17
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Qué lástima que una entrevista tan interesante como esta no motive comentarios.
No se preocupe Max, porque muchos leemos y no comentamos... y solo disfrutamos. He tenido el honor de ser alumno de usted (supongo que es quien firma) y de Chacho, y en ambos casos se reconoce la calidad y el aporte de ambos. Chacho es en la crítica de cine un reconocido crítico y de lo mejor del Perú, a mi entender, junto a Ricardo Bedoya y Enrique Silva, otros dos grandes conocedores del cine que también da gusto leer.