Los directores de Perro guardián, Baltazar Caravedo y Daniel Higashionna, comentaron en una reciente entrevista diversos aspectos de su opera prima.

«Bacha» y «Chinón» conversaron sobre el desarrollo del proyecto, la elección de Carlos Alcántara para el rol protagónico antes del fenómeno de Asu Mare, las estrategias insólitas en el rodaje para esconderlo de la mirada pública, y el tratamiento de la temática, que sitúa la historia en el año 2001, post dictadura fujimontesinista, en cuyo contexto los sujetos que han violado los derechos humanos viven entre la libertad, la clandestinidad, el disfraz y el acecho.

Vean a continuación el diálogo:

¿Cómo afectó el estrellato de Alcántara al proyecto?
De todas las maneras posibles que te puedes imaginar. Para empezar, nosotros queríamos hacer esta película con él por su capacidad actoral, no tanto por su estrellato o su convocatoria con la gente, eso vino después. Salimos a rodar justo en la efervescencia del fenómeno de Asu Mare, lo que fue complicado. De hecho tuvimos que cambiar un poco la estrategia de filmación, porque cualquier lugar donde estábamos con Cachín era multitud segura.

Tenían que esconderlo…
Lo teníamos que esconder de las maneras más increíbles. La que mejor funcionó fue decirle a la gente, como estaba con la barba crecida, que era un doble que habíamos contratado para hacer escenas de acción en una película de Cachín, pero que él no estaba ahí. Y la gente se relajaba y se iba.

¿Y la gente lo creía?
Sí, algunos sí, también Carlos lucía diferente y no estaba tan hablador en el rodaje, tenía un polo que lo cubría para que no lo vieran y teníamos una camioneta con lunas polarizadas exclusivamente para trasladarlo a él.

El filme se ambienta en la época postfujimorista, que ya había sido tratada en «Ojos que no ven», justamente con un personaje parecido de Alcántara, un ex miembro del SIN. ¿Cómo se aproximaron a esta temática?
Teníamos claro que la ciudad era un personaje más. Como ahora hay cierto optimismo exacerbado por la situación económica, el éxito de la gastronomía, y todo es felicidad, hay luz clara al final del túnel, uno olvida rápidamente que hace muy poco tiempo hemos estado en un fuerte hoyo depresivo como sociedad. Al inicio de los 2000, lo recuerdo, Lima era una ciudad en que la mayoría de la gente se quería ir, que no veía solución de nada, nos golpeaba el terrorismo, el gobierno, todo. Entonces queríamos retratar esa ciudad dura, hostil, y que funcionaba mucho para este género. La búsqueda de locaciones iba por ese lado: la arquitectura que alguna vez fue bonita, tuvo una presencia importante, pero que luego ha estado en decadencia y refleja una ciudad deprimida.

La entrevista se presentó el 10 de setiembre en Cinema Paraíso, bloque que conduce Gabriel Quispe en el programa «Caras de la Cultura», que emite el Canal JN19. Asimismo, durante la emisión del espacio se recordó al reconocido crítico de cine Raúl Lizarzaburu, recientemente fallecido a los 49 años.

Actualización: 18 de setiembre. Vean cómo continuó la conversa con Bacha y Daniel, luego de finalizado el tiempo de la secuencia de Cinema Paraíso.