Crítica: «Mientras somos jóvenes», la adultez y la euforia de la juventud se dan la mano


La crisis de la mediana edad es un tema que ha servido de inspiración a grandes películas como Lost In Translation, American Beauty, Sideways, Groundhog Day, entre otras. En todas ellas podemos encontrar personajes cuarentones buscando darle un nuevo sentido a sus vidas, mientras enfrentan crisis existenciales.

A esa célebre lista podemos agregar la comedia más reciente del director neoyorkino Noah Baumbach, Mientras somos jóvenes («While We’re Young»).

Josh (Ben Stiller) es un documentalista de 43 años casado con Cornelia (Naomi Watts). A nivel profesional, se siente estancado: viene trabajando hace 8 años en una película que no tiene cuándo terminar. A nivel personal, su matrimonio también ha venido enfriándose por la falta de hijos. Su vida da un nuevo giro cuando conoce a Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried), una pareja de veinteañeros con una inagotable energía y espíritu aventurero.

Josh y Cornelia sienten que no encajan en su grupo de amigos, porque todos son padres de familia que acomodan sus actividades alrededor de los gustos y prioridades de sus hijos. Al conocer a Jamie y Darby, quedan fascinados por su contagioso entusiasmo y ganas de vivir el momento. Estar con ellos renueva sus energías y los hace sentirse jóvenes otra vez.

Al mostrar la interacción entre ambas parejas, la película presenta las dos caras de ambas generaciones. Por un lado, los dos cuarentones (la generación X) han vivido siempre preocupados por planificar, seguir las reglas y cumplir lo que se espera de ellos. Pero al sentir que la juventud se les escapa de las manos, intentan replicar algunas costumbres de los chicos 20 años más jóvenes que ellos, aunque terminen haciendo el ridículo.

Por otro lado, la pareja de millennials viven relajados, como si no existiese el mañana. Sus ganas de conquistar el mundo los empuja a no ponerse límites, pero también los lleva a creer que pueden tomar lo que deseen, sin pedir permiso ni disculpas.

El director y guionista Noah Baumbach, a quien le debemos las apreciables The Squid and the Whale, «Margot at the Wedding» y «Frances Ha», lanza así una crítica pertinente a aquellos documentalistas (o comunicadores en general) que pretenden convertirse en los protagonistas de la noticia y que no tienen reparos en manipular la realidad para hacerla parecer espontánea o emotiva.

Ben Stiller y Naomi Watts logran transmitir bastante bien el miedo de envejecer, de ser intrascendentes, de no haber logrado nada en la vida. Por su parte, Adam Driver y Amanda Seyfried les inyectan a sus personajes hipsters una actitud aparentemente despreocupada, pero secretamente calculadora.

Mientras somos jóvenes tiene ecos del mejor Woody Allen. Es una comedia en la que la melancolía de la adultez y la euforia de la juventud se dan la mano, para luego estrellarse juntas. Sin idealizar ninguna etapa de la vida, Noah Baumbach nos muestra que cada una tiene sus propias ventajas, pero también sus propias frustraciones y desencantos.

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