Desde que hiciera su debut en los cines hace 15 años, la franquicia de los X-Men ha sido una de las más lucrativas e interesantes en el mundo de los superhéroes, gracias a que sus realizadores siguieron al pie de la letra los personajes e historias que conocíamos del cómic. A la cabeza de esta saga estaba Bryan Singer, quien por entonces era un joven realizador con gran talento al que se le confió este ambicioso proyecto antes que explotara el subgénero de los superhéroes, aprobando el examen con creces con «X-Men» y luego con «X-Men 2».

En el 2014 Singer regresa a la franquicia luego de once años, entregándonos la que tal vez sea la mejor película de toda la saga, X-Men: Días del futuro pasado. Siendo así, estaba más que descontada su participación para esta última entrega que llevaría por título X-Men: Apocalipsis, haciendo alusión al famoso villano del universo de los mutantes. Pero ahora que ya pudimos ver este film, lamentablemente debo decir que este ha sido un paso en falso para la franquicia, la película cumple solo con las expectativas en cuanto a espectáculo se refiere, sin embargo decepciona en el desarrollo de la historia.

«X-Men: Apocalipsis» inicia en el Antiguo Egipto, con la reencarnación de En Sabah Nur, mejor conocido como Apocalipsis, cuando se da inicio a una revuelta contra el falso dios dejándolo enterrado por siglos debajo de su pirámide. Este despierta en el año de 1983 y se encuentra con un mundo distinto donde “los débiles” (los humanos) controlan a los “poderosos”. Como es de esperarse, él no está de acuerdo con esta blasfemia y lo primero que hace es reclutar a cuatro mutantes que harán las veces de “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” y así poder empezar un nuevo mundo a su imagen y semejanza.

Las comparaciones, como se dice, son odiosas. Pero alguien debe hacerlas: en esta cinta, la acciones que lidera Apocalipsis (gobernar y hacer un nuevo mundo) se asemejan a las de Ultrón en Los Vengadores: La era de Ultrón, y la función de Los Cuatro Jinetes es la misma que ejecutan “La Bruja Escarlata” y “Quicksilver” (el de Marvel). Estas semejanzas deber haber puesto de cabeza a los guionistas, quienes de seguro habránn hecho todo lo posible por darle un enfoque distinto a esta resolución, sin embargo por más que hayan tratado de encontrarle nuevos ángulos, sabemos que al final el resultado iba a ser el mismo.

Uno de los puntos fuertes que había tenido la franquicia X-Men a lo largo de sus 16 años de existencia, era una sólida historia, acompañada por supuesto de unos atractivos efectos especiales. Sin embargo en X-Men: Apocalipsis prima lo segundo por sobre lo primero. Si bien el trasfondo del relato está más o menos bien desarrollado, la participación de algunos personajes no han sido bien llevada como en anteriores entregas. Para esto, basta compararla con «X-Men: Primera Generación» o a la ya mencionada «X-Men: Días del Futuro Pasado».

Por ejemplo, James McAvoy como Charles Xavier y Michael Fassbender como Magneto siguieron la misma línea que en las anteriores entregas. Evan Peters como “Quicksilver” esta vez tuvo más actividad que en «X-Men: Días del Futuro Pasado», desmarcándose del resto de personajes secundarios, a pesar que aún es uno de ellos. Por ultimo, están los nuevos integrantes como Tye Sheridan (Ciclope), Sophie Turner (Jean Grey) y Kodi Smith McPhee (Nightcrawler) que han entrado con buen pie, destacando más la segunda, su participación resultó una muy buena elección.

Por otro lado, actores que no dieron la talla en esta entrega fueron la ganadora del Oscar Jennifer Lawrence. No demostró el mismo entusiasmo que en las dos entregas anteriores, a pesar que aquí su personaje tiene más relevancia para la historia. Oscar Isaac como “Apocalipsis” hace lo justo, pero al conocer el rol de su personaje en la trama, como lo he mencionado líneas arriba, vemos que se asemeja mucho al de Ultron en Avengers. Es casi como tener a un “Ultrón convertido en un ser humano (o en mutante)». Personalmente, aún tengo en la mente aquella figura de Apocalipsis de la recordada serie animada de los años 90, pensé que algo de eso veríamos en esta película, pero al parecer no existen aún los recursos técnicos para llegar a esos extremos.

Algunos personajes se merecen un comentario aparte, ya que generaron mucha expectativa: empezando con “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”, mucho se dijo de ellos pero que llegado el momento resultaron siendo meros acompañantes. Con algunos de ellos, como el caso de “Tormenta” y “Angel”, hubiera ayudado saber un poco de su origen, de su historia previa. Eso sí, la decepción más grande sin dudas fue la de Olivia Munn como Psylocke, un personaje que se hizo esperar por mucho tiempo y cuya presencia en esta película no dejó mayor huella, limitándose solo a mostrarla luchando en la batalla contra los X-Men, porque de su origen se supo poco o nada. El personaje de Munn casi no tuvo diálogos, lo que al parecer se quiso compensar mostrándola en un sugerente traje. Igualmente, se puede decir de Lana Condor (Jubilo) y y Rose Byrne (Moira Mactaggert), resultaron siendo prácticamente figuras decorativas.

Si bien X-Men: Apocalipsis compartirá los últimos puestos de la saga junto con «X-Men: La Batalla Final», aun confío en Bryan Singer. Y es que esta debe ser una muy dura lección para él, algo que ya le sucedió en la también muy cuestionada Superman Regresa, con el añadido que él es responsable de crear la saga cinematográfica de X-Men, así que ahora la carga es mayor. Se habla de que de todas manera habrá una cuarta parte, no se sabe si Singer la dirigirá, pero de ser así tendrá ahí su gran revancha, con el público y consigo mismo.