[Entrevista] Festival de Lima: Javier Fuentes-León, director de «Las mejores familias»

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«Crecer en una familia acomodada es un gran privilegio, pero también lo es ser hombre o heterosexual, sobre todo en Latinoamérica». Los privilegios, los prejuicios, la discriminación, las diferencias de clases en nuestra sociedad, son algunos de los tópicos que Javier Fuentes-León (Lima, 1968) decide abordar en tono de sátira en su tercer largometraje «Las mejores familias», una comedia coral que ha tenido su estreno en Perú en el 25° Festival de Cine de Lima, donde participa de la competencia de ficción.

Con un numeroso reparto, encabezado por la dupla formada por la española Gracia Olayo y la argentina Grapa Paola, las jefas de familia de sendos clanes de la clase alta limeña, que en su reunión celebratoria de cumpleaños reciben una explosiva sorpresa que terminará de contaminar el ambiente familiar, incluyendo al de sus empleadas domésticas.

En esta entrevista que presentamos a continuación, el director Javier Fuentes-León nos cuenta sobre el proceso de creación del proyecto, su génesis y posterior desarrollo, su paso por festivales como Roma o Busán, y también sobre sus futuros proyectos, que incluyen una nueva miniserie con Netflix a filmarse en Perú en las próximas semanas:

JC Ugarelli: Javier, «Contracorriente» era un drama romántico, mientras que «El elefante desaparecido» fue un thriller. ¿Por qué decidiste cambiar de registro a la comedia para tu tercer largometraje? ¿Puedes contarnos sobre el origen del proyecto, y tus motivaciones para sacarlo adelante?

JFL: En realidad no escojo el género de mis proyectos de antemano. No es que yo diga “bueno, ahora quiero hacer una comedia”. Es al revés, lo primero que se me viene a la cabeza es una semilla de idea que me entusiasma lo suficiente como para trabajarla y convertirla en un proyecto. Esa semilla generalmente ya viene con su género o registro incluido. Así que «Las mejores familias» fue una sátira desde un inicio. Pero a pesar que escoger el género no es el punto de partida, me gusta que mis películas me hagan saltar de uno a otro porque me parece genial poder explorar diferentes géneros, y que mis películas vivan en universos, tonos y registros diferentes, a pesar que todas son personales y tienen temas en común. «Las mejores familias» nace de una conversación que tuve con un amigo peruano en Los Ángeles acerca del Perú y la sociedad acomodada limeña en especial, en la que crecimos ambos. La trama de la película fue muy diferente por un montón de tiempo (se centraba en otros personajes, incluso), pero conforme fue pasando el tiempo me empecé a interesar más por contar una historia que pusiera en el centro a los de “arriba” y los de “abajo”, y que con la ayuda del humor pudiera construir un espejo en el cual mirarnos a través de la risa para reflejar lo que nos une y lo que nos separa. Así que seis meses antes del rodaje reescribí el guion desde cero y fue así como aparece el personaje de Merche, la casita entre las dos casas y las marchas de protesta, por ejemplo.

JCU: «Las mejores familias» tiene distintas lecturas sobre las relaciones familiares, sentimentales, sociales y laborales. Las diferencias de clases, de género, los estereotipos sobre las opiniones políticas y sociales de uno y otro. ¿Cómo lograste balancear todos estos elementos en la escritura del guion?

JFL: Uno de los temas más importantes de la película para mí es el prejuicio, y por eso me interesaba presentarlo en varias de sus formas y a través de diferentes personajes. Porque en la película (al igual que en la realidad) prácticamente todos son prejuiciosos. Inclusive los supuestamente más “iluminados” o los que han sido víctimas de discriminación en el pasado revelan sus prejuicios en el presente. Para mí era importante mostrar que todos tenemos prejuicios, algunos más que otros, claro, y algunos intentamos hacer algo al respecto y otros no, pero el prejuicio es muy democrático todavía desafortunadamente, no es exclusividad de nadie. Y por eso quería mostrarlo en sus diferentes expresiones, salpicándolo entre todos los personajes, y tratando de asegurarme a la hora de escribir el guion que estuvieran presentes de manera orgánica y en su justa medida, evitando que le quiten protagonismo a la diferencia de clases, que es el tema central en la película. Una tarea difícil, sobre todo con tanto personaje, pero espero haberlo logrado.

JCU: La película expone las tensiones entre dos familias y sus respectivos empleados, mientras una revuelta social explota en las calles. ¿Consideras que después de unas polarizadas elecciones en Perú, el filme se ve desde una perspectiva diferente a cuando la escribiste y filmaste?

JFL: La idea de la película nace a inicios de los 2000, y la fui escribiendo de a pocos durante muchos años, mientras trabajaba en mis otros proyectos. Se rodó a fines del 2018 y estuvo lista a inicios del 2020, justo antes de la pandemia. Así que nada de lo que ha pasado en el Perú en el último año y medio influyó en la creación de la película. Entiendo que es imposible evitar las comparaciones con la situación actual, pero no sé si la película se verá desde una perspectiva diferente a cuando la escribí y filmé. Es decir, es claro que ahora el tema de la división social está increíblemente presente debido a las elecciones polarizadas, pero este es un cáncer con el que venimos viviendo desde la colonia, así que no es nada nuevo, ni reciente… y nos seguirá acompañando siempre a menos que realmente hagamos algo para combatirlo. Mientras eso no pase, los temas que toca esta película seguirán siendo relevantes en un futuro, como lo han sido relevantes durante siglos. Y no solo en Perú, sino en todo Latinoamérica y más allá. «Parásitos» es un ejemplo claro de la división de clases en Corea del Sur, y creo que es parte de la razón de por qué le fue tan bien a «Las mejores familias» en Busán, el festival de cine de ese país. Justo en estos días estoy haciendo entrevistas para el estreno de la película en salas colombianas y todos los entrevistadores de allá me preguntan sobre la gran coincidencia entre la película y lo que está pasando en ese país. Lo cual refleja que películas que toquen el tema del privilegio y la diferencia de clases tendrán coincidencias con la realidad siempre, hasta que logremos cambiarla.

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Laslo Rojas: En la historia prácticamente todos los personajes que dirigen el relato y tienen poder de decisión son los personajes femeninos. ¿Qué te llevó a decidir que los protagónicos sean dos hermanas, la abuela, las nietas, las empleadas, etc.?

JFL: Es interesante que me hagas esta pregunta, porque si fuera al revés no creo que me preguntarías: “¿Qué te llevó a decidir que los personajes con poder de decisión fueran hombres?». Creo que la pregunta es una señal de que aún nos sorprende ver a mujeres en la pantalla dirigiendo el relato. En el caso de «Las mejores familias» se dio de manera natural, y me alegra que haya sido así, pero creo que refleja mi admiración por las mujeres, y sobre todo por la mujer latinoamericana, y peruana en particular, que tiene que lidiar con tanta adversidad (machismo, conservadurismo, misoginia, violencia doméstica) y a pesar de todo eso son el alma de sus familias, las que sacan adelante a sus hijos, y las que al final de cuentas hacen y deshacen, y crean comunidad. Y en una película sobre clanes familiares, es lógico que las mujeres estén a la cabeza de la historia. Además, uno de los temas importantes en la película es el privilegio, y la ceguera de los privilegiados a darnos cuenta de las ventajas que vienen con ese privilegio. Y el privilegio es de varios tipos. Obviamente que crecer en una familia acomodada es un gran privilegio, pero también lo es ser hombre o heterosexual, sobre todo en Latinoamérica. Y por esa misma ceguera, el hombre en general (estoy generalizando, obviamente) está acostumbrado a su privilegio, y a no tener que preocuparse o lidiar con las consecuencias de sus actos en base a él. Y me parecía importante mostrar eso. Por eso en esta película, los hombres meten la pata, y las mujeres son las que tienen que lidiar con las consecuencias y solucionar la embarrada.

JCU: El reparto es encabezado por la actriz española Gracia Olayo y la argentina Grapa Paola. Siendo extranjeras, ¿cómo trabajaste junto a ellas el retrato de dos señoras de la clase alta limeña?

JFL: Son actrices con muchísimo talento y muchísima capacidad de observación, y pudieron absorber rápidamente a personajes que son muy distintos a ellas. Hubo un casting muy largo y vi a muchas actrices peruanas y de otros países, y aunque muchas tienen un gran talento, la combinación y química entre Grapa Paola y Gracia Olayo fue instantánea e irremplazable, y eso pesó mucho a la hora de escogerlas, a pesar que no son peruanas. Parte de mi trabajo como director fue responder cualquier pregunta que tuvieran sobre el mundo de Alicia y Carmen, y corregir lo que no se sintiera orgánico a ese universo. Además, ellas hicieron su tarea como buenas actrices que son y se reunieron con personas que les pudieran servir de inspiración para sus personajes.

JCU: Tatiana Astengo ha tenido personajes importantes y muy distintos entre sí en tus tres largometrajes. ¿Cómo así se ha convertido en tu musa y presencia recurrente en tu filmografía?

JFL: Tatiana es una excelente actriz, de las mejores de su generación, y con un rango muy amplio porque tiene muchos dotes para la comedia y el drama. Además somos muy amigos, así que tenemos una muy buena comunicación a la hora de trabajar. Ella capta muy rápido lo que trato de decirle, y sus instintos son muy buenos, así que muchas veces lo que ella me presenta como personaje es incluso mejor a lo que me había imaginado. No me siento a escribir pensando en crear un personaje para Tatiana, necesariamente, pero hasta el momento siempre ha aparecido uno que me deja convencido rápidamente que nadie puede hacer mejor que ella. Y como es camaleónica, entonces ella se zambulle en sus personajes y logra que desaparezca la verdadera Tatiana y aparezca el personaje siempre.

JCU: El reparto en general es diverso y numeroso. ¿Cómo trabajaste primero el proceso de casting, y luego de dirección de actores? Siendo tantos, muchos con manejo del humor y del dramatismo en tonos distintos.

JFL: El casting fue un proceso largo y variado. A algunos actores les ofrecí el papel sin necesidad de hacerles ninguna prueba porque estaba convencido que lo harían muy bien. A otros sí les hice casting, no tanto porque dudara de su talento, sino porque quería evaluar la química que tendrían entre ellos, como fue el caso de Grapa y Gracia. Pero creo que tuve mucha suerte de poder encontrar un elenco tan acertado que pudiera darle vida y tridimensionalidad a los personajes para alejarlos del estereotipo a pesar que muchos son arquetipos. Y cuando uno cuenta con un elenco tan bueno, entonces el trabajo es mucho más fácil, y se convierte en un ejercicio de ajustar el tono y la intensidad de cada personaje para que todos encajen en el mismo registro de comedia.

LR: El Festival de Lima cumple 25 años. Presentaste tu ópera prima en la edición de 2010. ¿Qué recuerdos tienes de ese estreno, y del festival en general?

JFL: Tengo recuerdos muy bonitos de la presentación de «Contracorriente» en el Festival de Lima del 2010, porque fue la primera vez que presentaba una largometraje mío en Perú. Y además fue muy bien recibida por el público, cosa que siempre es un bonito regalo. Además fui miembro del jurado en el 2015, y es una experiencia muy diferente, pero muy enriquecedora también, así que le estoy muy agradecido al festival, y me alegra que mi nueva película sea parte de él. 

JCU: «Las mejores familias» ha estado en los festivales internacionales de Roma, Busán, Málaga. ¿Cómo evalúas la experiencia de presentar tu película en plena pandemia, en festivales que ahora se adaptan al formato virtual?

JFL: Aunque no voy a negar que ha sido un poco triste tener una película lista justo cuando el mundo entero se vio tan afectado por la pandemia, sobre todo una película que se beneficia tanto de la energía de un público en una sala, tampoco creo que puedo quejarme de nada considerando que la pandemia ha sido tan nefasta para muchísima gente, en todo sentido. Así que estoy muy agradecido de poder compartirla ahora, y de haber tenido la suerte de haber sido invitados a varios festivales presenciales alrededor del mundo, incluyendo los que mencionas. Es una pena que no haya podido ser presencial en Perú, pero sé muy bien que se hizo el esfuerzo y desafortunadamente no se logró. Esperamos poder estrenar en salas de cine pronto, y ojalá el público se anime a verla así. 

LR: Por último, ¿qué nos puedes contar sobre tus siguientes proyectos? En cine, en la música…

JFL: Estoy a punto de empezar a rodar una miniserie para Netflix en Perú y otros países. Además estoy escribiendo el guion de mi siguiente película, la cual espero poder rodar en la selva peruana, y en inglés, y a su vez estoy desarrollando dos proyectos que mezclan el cine con la música. Un musical rock y una película sobre una banda de rock. Además de eso, estoy lanzando junto con mi banda de rock indie «Left Avenue Joiners» (también conocida como «L.A. JOI») nuestro primer disco («Altivo Way»), pero lo estamos haciendo sencillo por sencillo. Es una banda formada por músicos peruanos y de EE UU, muy influenciada por el rock inglés de los 80 y 90, y ya hemos lanzado dos canciones («Awful» y «Close your eyes and run») con videoclips codirigidos por mí, que los pueden encontrar en YouTube. Pronto estaremos por lanzar una tercer sencillo que se llama «Living outside», y ojalá podamos hacer algún concierto antes que termine el año, si la pandemia lo permite.

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Javier Fuentes-León dirigió anteriormente «Contracorriente» (2009) y «El elefante desaparecido» (2014)

Entrevista realizada por Juan Carlos Ugarelli y Laslo Rojas, el 23 de agosto de 2021, vía email.


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