¿Cuáles son los verdaderos límites éticos de la ciencia? ¿Puede utilizarse vidas humanas (sin su consentimiento) en aras de solucionar problemas médicos de gran alcance poblacional, como la epilepsia o el Parkinson, que afectan a millones en todo el mundo? La cinta estadounidense “Old” (2021), de M. Night Shyamalan, genera múltiples preguntas de orden moral en el espectador.

El largometraje cuenta con un elenco multiétnico, liderado por el mexicano Gael García Bernal (Guy Cappa) y la luxemburguesa Vicky Krieps (Prisca Cappa). La historia es acerca de un grupo de veraneantes que sufre un proceso de envejecimiento sumamente acelerado en una extraña playa, de la que no se puede escapar, porque todo aquel que lo intenta muere, de una u otra forma. A esto habría que agregar que, previamente, algunos de los veraneantes ya venían con serios problemas de salud (mental o física).

El manejo del suspenso está muy bien llevado por Shyamalan, puesto que de la aparente calma y sosiego de la familia protagonista (los Cappa), se va pasando a un miedo progresivo, en la medida que se van relacionando con los otros veraneantes, como la pareja Carmichael o el esquizofrénico doctor Charles (muy buena actuación del británico Rufus Sewell) y su frívola esposa Chrystal.

Cabe destacar una escena realmente antológica: cuando Chrystal (la australiana Abbey Lee Kershaw), la madre de Kara, empieza a deformarse cada vez más mientras lanza piedras y pide a los hermanos Trent (convincentes las escenas dramáticas del estadounidense Alex Wolff) y Maddox Cappa que no la vean y que apaguen la luz del cerillo. Impresionantes y perturbadores los efectos especiales realizados sobre el cuerpo mutante de Chrystal. Es un momento del más puro terror.

Además, no hay descanso para el espectador. La dirección de fotografía de Michael Gioulakis está constantemente persiguiendo a los veraneantes, que no saben cómo escapar de la mortal playa y entran en shock o se desesperan mientras intentan sobrevivir unos minutos más. Sin duda, los trepidantes movimientos de cámara se convierten (casi) en un personaje más del film.

Pero más siniestra que la playa misma resulta lo que la empresa farmacéutica Warren & Warren realiza con este grupo de veraneantes, al utilizarlos cruelmente como conejillos de indias. Por todo esto, “Old” es una reflexión ética muy oportuna y acertada en estos dolorosos tiempos de pandemia, donde los conglomerados mundiales de la salud parecen haberse beneficiado (y se siguen beneficiando) económicamente con millones de indefensas vidas humanas en todo el mundo.