[Crítica] Festival de Toronto: “Historias para no contar”


Historias para no contar (España, 2022) es una irregular comedia antológica que reúne cinco relatos breves que narran encuentros y desencuentros de parejas que empiezan o terminan una relación sentimental; o amigos que comparten confesiones que pueden tener algo (o nada) de cierto.

El director y guionista catalán Cesc Gay (Truman, Sentimental) compone un retrato sarcástico, pero ocasionalmente superficial de un grupo de personajes burgueses de mediana edad. A partir de distintas situaciones, expone sus prejuicios, su hipocresía, su anhelo de ser aceptados por la pareja o los amigos, su miedo a expresar sus verdaderas emociones. Los protagonistas de las cinco historias esconden algún secreto que está a punto de ser revelado y que puede desestabilizar su entorno.

Como en la mayoría de antologías, algunos episodios inevitablemente destacan y otros se quedan a medio camino. Mientras que algunos relatos presentan de forma más convincente a sus personajes y desarrollan sus conflictos en pocos minutos, otros quedan como un esbozo o una idea cruda que salió del horno antes de tiempo.

Alexandra Jiménez, Maribel Verdú y Nora Navas en Historias para no contar.

El primer episodio es el mejor de los cinco, porque es el que saca mayor provecho del subgénero de la comedia de situaciones. Además, tiene una espontaneidad y un sentido del ritmo que no logran los capítulos siguientes. Álex (Chino Darín) y Laura (Anna Castillo) son dos vecinos que se han hecho amigos en el parque, paseando a sus respectivos perros. Tras una serie de enredos que es mejor no revelar, Álex queda atrapado en varias habitaciones del departamento de Laura, lo que genera los momentos más divertidos de la película.

También consigue arrancar algunas sonrisas el tercer episodio. A diferencia de los demás, pone el foco en la amistad femenina y no en las relaciones de pareja. Tres actrices (interpretadas por Maribel Verdú, Nora Navas y Alexandra Jiménez) se encuentran en un casting y gradualmente se revela que cada una le ha estado ocultando algo a las otras dos, exponiendo así esa necesidad (no solo de las mujeres, sino bastante recurrente en los hombres también) de crear una versión idealizada de sí mismas, con tal de impresionar a sus amigas.

Aunque el segundo episodio tiene, en apariencia, las buenas intenciones de romper el molde y presentar una historia de amor entre Luis, un hombre cisgénero (Alex Brendemühl) y Sandra, una mujer transgénero (Eva Reyes), cae en clichés desafortunados al intentar que la comedia provenga de los prejuicios y rechazos de Carlos (Antonio de la Torre), el amigo de Luis, hacia Sandra. Por un lado, Cesc Gay se muestra supuestamente inclusivo y benevolente hacia el personaje de la chica trans, pero también la utiliza para la sorna.

Aunque el guion de Historias para no contar tiene desniveles de inspiración y originalidad entre un episodio y otro, un elemento que destaca de manera más uniforme es el trabajo del elenco integrado por estrellas del cine español que, además de los ya mencionados, incluye a María León, Javier Rey, José Coronado, Javier Cámara, Verónica Echegui, Quim Gutiérrez, entre otros. En especial, los experimentados Maribel Verdú y Alex Brendemühl logran transmitir en pocas escenas y con un preciso uso del lenguaje corporal y las entonaciones de voz, las motivaciones y temores de sus personajes.


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