[Crítica] «Condenado» (2022): cine de terror cusqueño

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Alex Flores y Alexander Accostupa, productores de Quilla Teve, ofrecen en la plataforma Vimeo On Demand su largometraje de terror Condenado (2022). De entrada, se felicita la motivación y todas las ganas que tuvieron para desarrollar este proyecto, considerando, además, que este equipo estuvo conformado por jóvenes apasionados por lo audiovisual. 

El interés del grupo fue brindarnos una historia popular que en varias regiones de la sierra, con diferentes matices, hemos escuchado: la aparición de un ser que regresa de la muerte para cobrar venganza. Es así que nos encontramos con dos jóvenes -Valeria y Gonzalo- que, por tareas de su universidad, tienen que grabar los atractivos turísticos de su región: Quillabamba, Cusco. Estos, junto con Manuel (quien hace de guía), conformarán el tridente que se topará con narcotraficantes durante su trayecto. Es ahí que veremos las apariciones de este condenado con ansias de dar muerte a quien se le cruce en el camino. 

Si bien es cierto que los visual effects (VFX) aún se mantienen como una posibilidad de desarrollo para potenciar la narración de historias dentro del cine peruano, creemos en lo que, por ejemplo, señalaba el realizador Marco Castro, director de Humano (2016): “los realizadores podrían ser aficionados de la perfección, enfocándose más en los efectos especiales que en hacer una buena historia”. Lo que ocurre con Condenado es que, a pesar de que percibimos en los realizadores una buena intención, el haberle dado fuerza a esta técnica hace que la verosimilitud caiga. Agreguemos a esto las actuaciones -con esos momentos de humor bien ceñidos al guion y no a la espontaneidad-, cambios de planos, fallas ortográficas en un cintillo scroll o ese intento de product placement que se puede ver en cierta secuencia. No olvidemos, además, que la conexión del pasado con el presente podría fácilmente romperse, puesto que no se ahonda mucho en la buena trama de crítica social con la que iniciaba la cinta. La película pudo haber empezado desde el tiempo actual en el que transcurren las acciones de los tres jóvenes amigos. 

Estamos seguros de que estos elementos señalados anteriormente -subjetivos, al fin y al cabo- podrán permitir a esta productora continuar mejorando. Sin embargo, queremos mencionar, también, los detalles que funcionan bien dentro de esta propuesta: si bien es cierto que la historia se encuadra dentro de un proyecto audiovisual turístico, como lo mencionan los personajes, en ningún momento se percibe que los encuadres o planos sean utilizados con el único fin de dar a conocer los lugares de la región en la que se encuentran. Esto, por lo tanto, no corta la narración. Por otro lado, mencionamos el vínculo entre lo sobrenatural -el condenado- con el mundo del narcotráfico, representados por los hombres con los que se cruzarán en el camino. Esto se destaca por la alta carga realista que tenemos en la tradición. Aquí también es necesario apuntar, una vez más, el entusiasmo que hay detrás de este proyecto. 

Hacer cine de terror en el país puede parecer descabellado. Aún estamos evaluándonos, pero, el solo hecho por el cual unos jóvenes cineastas hayan decidido adentrarse en este género los posiciona como unas promesas de las que esperamos otros próximos proyectos. 


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