“Soltera, casada, viuda, divorciada” (2023): Amigas de por vida

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Dentro de la cartelera comercial, el cine peruano ha demostrado tener especial interés en la realización de comedias sin mayores pretensiones que las de entretener al público general. No obstante, el caso de Soltera, casada, viuda, divorciada (2023) llama la atención al sumarse dentro del grupo de producciones nacionales dirigidas por mujeres, esto considerando la gran presencia masculina en el ámbito. 

De la mano de la directora Ani Alva Helfer, la película nos introduce de lleno a sus cuatro protagonistas quienes, tras un acontecimiento devastador, deciden realizar un viaje hacia su pueblo natal, dando forma así a una road movie entretenida y con cierto encanto pero con demasiadas inconsistencias que terminan por hundirla en la mediocridad. Por mencionar alguna, está claro que el punto dramático del filme no es su mayor fuerte, buscando casi siempre la lágrima fácil por medio de una ejecución artificial y torpe durante gran parte de su metraje.

En términos generales, esto se debe a lo pobremente definido que se encuentra el tono del filme, habiendo así escenas e ideas tan distintas unas de otras que o no terminan por complementarse o provocan cierta sensación de redundancia. En sí, esto también se debe al estilo que maneja, siendo una producción que resbala ante todo en el apartado de la musicalización. En este caso, la manera como la música busca implementarse a fuerzas en ciertas escenas provoca que estas pierdan naturalidad, afectando así la potencia de las mismas y la de los actores incluso si la banda sonora original de por sí no está mal realizada. Por último, vale la pena hacer mención a la edición misma y el como implementa transiciones diversas en otra muestra del ya mencionado déficit de estilo.

Dejando de lado la torpeza del apartado técnico, la cinta se maneja de forma ágil una vez atraviesa su apresurado primer acto y pone inicio al viaje en carretera. Es aquí donde las cuatro actrices principales dan rienda suelta a la contagiosa química que comparten, dotando de credibilidad a la relación de amistad gracias a la camaradería y confianza que transmiten las cuatro comediantes en pantalla. Incluso si los personajes no pasan de ser arquetipos ya conocidos como la madre de familia desesperada o la workaholic iracunda, estas no dejan de ser disfrutables debido a su caracterización y a las distintas dinámicas que ofrecen dentro de las desventuras que encuentran en el camino.

Por su parte, una vez llegadas a su destino, la cinta empieza a tornarse inacabable y a hacer uso de sus ideas más flojas, siendo una de ellas el conflicto que nace del malentendido entre las cuatro amigas con una resolución casi inmediata. Sin embargo, el reencuentro que se da en Pacasmayo en un inicio sigue presentando la ternura y sinceridad que amerita, siendo el abrazo entre la reciente viuda y su antigua nana un momento que se aleja completamente del universo bullicioso del filme. Agregar también como el filme termina por cerrar su bienintencionado mensaje respecto a los caminos de la vida y valida cada uno de estos por medio de una analogía bien implementada encarnada en el calzado de las protagonistas.

Otro punto a tomar en cuenta es el manejo del humor, siendo este el principal atractivo de la película a merced de un guion que, más que novedoso, aprovecha las oportunidades de su cast principal dándole una sensación de improvisación y cotidianidad. Por otro lado, cabe mencionar el balance presente, siendo Katia Condos y Patricia Portocarrero quienes se desenvuelven más en el apartado cómico debido a las posibilidades que sus personajes les ofrecen. Con algunos chistes mejor implementados que otros, como tragicomedia la película se mantiene a flote gracias a la recurrencia de situaciones e interacciones disfrutables a lo largo de su metraje.

Se podría decir que la experiencia de visionado de la película es disfrutable y bastante entretenida durante un segundo acto tan bien llevado. Más allá de eso y su apartado visual competente, la película se derrumba en sus intentos melodramáticos debido a la implementación de recursos que no encuentran su lugar dentro de las escenas. En sí, se entiende el éxito que está teniendo el filme y, a comparación de otras comedias nacionales, esta es lo suficientemente correcta como para merecerlo.

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