Berta Saldaña, directora de noticieros de gobierno durante tres presidentes enemigos entre sí: Velasco Alvarado, Morales Bermúdez y Belaunde Terry

Berta Saldaña

Escribe: Nelson García Miranda

Introducción

Hacia la década de 1950, el noticiero cinematográfico en el Perú era lo único que existía como cine nacional. Era como una vela que nunca se apagaba. Se podía dejar de hacer el único largometraje de ficción que se producía por año o por años en nuestro país, pero nunca dejaba de salir el noticiario mensual con las imágenes de las principales obras de gobierno, actividades de la alta sociedad, eventos populares y festivales deportivos, en películas de blanco y negro.

Aún en las épocas más difíciles de hacer los noticieros por la carencia de película virgen, como ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), el gobierno del Perú autorizaba a sus embajadas para que colaboren con los productores cinematográficos del país que viajaban a Brasil o Méjico —países a los que EE. UU. sí proveía de negativo virgen de 35 mm— para que los ayuden a conseguir esto que era la materia prima para filmar el informativo nacional, aunque fuera el producto de una empresa particular.

Para producir estos noticiarios no existía en el Estado una oficina de comunicación cinematográfica. Por esos años, era seleccionada una empresa del sector privado cercana al gobierno, a la que se avisaba sobre la apertura de una carretera, la inauguración de una represa, la construcción de un colegio, etc., obras que debían ser registradas en imágenes. Tampoco había muchas empresas particulares productoras de cine; y las cámaras, luces y equipos de sonido no eran nuevos, por lo general eran viejas herramientas heredadas de la época llamada “la edad de oro del cine nacional”, en la que la empresa Amauta Films (1937 – 1940) produjo y realizó películas peruanas de éxito popular como Gallo de mi galpón (1938), Palomillas del Rímac (1938), Tierra linda (1939), Barco sin rumbo (1940), y algunos títulos más.

Entre 1940 y 1970, los productores cinematográficos que hacían noticieros nacionales, fueron Víctor León, Manuel Trullen, Franklin Urteaga, José Dapello y Eduardo Tellería. Por lo general se turnaban en hacerlos. La alternancia dependía de los contactos con los políticos de turno, sea presidentes de la República, ministros o congresistas, con los que los cineastas entraban en amistad durante la campaña electoral.

Dichos informativos eran productos de corta duración, máximo diez minutos, en los que se incluía algunas notas de publicidad comercial, para pagar por la exhibición. En todos se escuchaba una voz en off, masculina, que narraba los sucesos. Tampoco eran los únicos productos de prensa que circulaban por las salas de cine del Perú. Ya desde la Segunda Guerra Mundial, tanto el gobierno de EE. UU. como el de Inglaterra contrataban las principales salas y pasaban informativos con los avances del conflicto internacional. Superado el evento bélico, llegaron los noticieros de España y Alemania, interesados en establecer contactos comerciales con Latinoamérica.

Estos noticiarios cinematográficos extranjeros sirvieron de modelo para los nacionales, en especial para mostrar solo el lado bueno de los gobiernos, tanto de los presidentes de la República como de los ministros. Eso gustaba a los aludidos y trataban de congraciarse con los realizadores cinematográficos. Estos contactos políticos permitieron a los productores conseguir legislación a favor del cine nacional.

En 1944, el cineasta Manuel Trullen, de larga trayectoria en la Amauta Films como camarógrafo, y que luego ocupara el mismo cargo en los noticieros, había seguido muy de cerca la campaña electoral del candidato Manuel Prado. Luego que este fuera elegido presidente del Perú, lo apoyó para conseguir una ley por la cual los informativos debían ser exhibidos en todos los cines del país y se beneficiaran con un 5% del precio del ticket de entrada. Los dueños de las salas protestaron, pero la ley se cumplió porque se les permitió el aumento del boleto en un 10%, para que los propietarios de cinematógrafos también recibieran el mismo porcentaje de ganancia por la exhibición.

Esto permitió la sobrevivencia del noticiero cinematográfico y de las empresas que lo producían, pese a que los propietarios de las salas se demoraban —como siempre— en pagar el porcentaje correspondiente a los realizadores cinematográficos.

Las obras de gobierno muchas veces se hacían en medio de la aridez del desierto costeño, en las cumbres heladas de los andes o en un pantanoso rincón de la selva amazónica. Por eso, los técnicos que integraban el equipo de producción y realización de un noticiero cinematográfico siempre fueron del género masculino… Esto es, hasta que, en 1968, durante el Gobierno Revolucionario del general Juan Velasco Alvarado, se creó la Oficina Central de Información (OCI) a la que ingresó a trabajar Berta Saldaña Tejada. Ella es la primera mujer a la cabeza de una producción cinematográfica nacional, y estuvo a cargo del primer noticiario de gobierno producido por el Estado. En un expediente judicial que ella misma me entregó, cuando yo ya la había convencido para escribir su biografía, se define como “directora, productora y distribuidora a nivel nacional del noticiario para cine titulado Nuevo Perú y, posteriormente, Noticiario Andino, durante 17 años ininterrumpidos.” (Imagen 1).

Cabe destacar que es una tarea que ella realizó, inexplicablemente, durante gobiernos tan disimiles como el del dictador general Juan Velasco Alvarado, el dictador general Francisco Morales Bermúdez y el arquitecto Fernando Belaunde Terry, elegido por segunda vez como presidente. Durante estos tres gobiernos, ella estuvo siempre en la dirección de esos noticiarios, siempre mostrando el lado positivo de cada presidente y del gobierno que comandaba.

Imagen 1 (Izquierda) / Imagen 2 (Derecha) – Documentos relacionados a Berta Saldaña.

Berta, periodista (Primera parte)

Conocí personalmente a la Sra. Berta Saldaña Tejada hacia el final de su vida y fuimos amigos. Todos los cineastas la conocíamos, pero no teníamos una buena relación con ella, porque éramos muy críticos con sus noticieros parcializados con cada gobierno —tan distinto uno de otro, hasta enemigos entre sí— en los que nunca cambiaba el tono de aprobación con el gobierno de turno, ya sea este de procedencia militar o de gestión civil.

Por lo general, el jefe de informaciones de gobierno era un incondicional, y para este cargo se designaba a la persona de más confianza de cada gobernante. Siempre esperábamos que en el nuevo gobierno echaran a la “antipática de doña Berta” de la dirección del noticiero; sin embargo, ahí se mantenía, llegara quien llegara. Nunca entendíamos cómo lo hacía. Yo, personalmente, tenía una obsesión con ese tema.

La oportunidad para conocerla se presentó cuando, en la filmación para su informativo, el camarógrafo contratado tuvo un serio accidente durante el rodaje. La señora Saldaña inmediatamente hizo que trasladaran al técnico a un hospital y lo atendieran. Este percance ocurrió en el interior del país. También logró que trasladen al camarógrafo mediante un helicóptero a un hospital de Lima, en el que quedó guardando cama y en observación. Porque, eso sí, ella era muy solidaria con los trabajadores.

Un día que estaba visitando a mi amigo camarógrafo en el hospital, llega la señora Berta Saldaña a saludarlo y es ahí cuando fuimos presentados, e inmediatamente comenzamos a conversar sobre diversos temas, porque ella era muy buena conversadora, amena y bien informada sobre la situación política, social y económica del país. Era una mujer mestiza, de rasgos faciales fuertes, inquieta, de voz enérgica, y con un innato don de mando. Era, como se dice hoy en día, “una chola power”. Mientras conversaba con ella, me decía a mí mismo, “a esta señora solo le falta vestir un uniforme de general del Ejército”. Era de tamaño mediano, gruesa de cuerpo y de hombros cuadrados. Sin embargo, tenía también una gran sonrisa y reía de una manera muy femenina. (Imagen 2).

En el expediente judicial señalado anteriormente, tenemos información de su formación profesional, dada por ella misma: “La demandante Berta Saldaña Tejada, es periodista profesional, egresada de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el 16 de setiembre de 1966, con título firmado por el Dr. Luis Alberto Sánchez e inscrita en el Colegio de Periodistas del Perú con el N° 567, así como en la Asociación Nacional de Periodistas del Perú con el N° 0349…”. (Imagen 1).

Ella me contó que había nacido en 1933 en Barrios Altos, Cercado de Lima, distrito popular habitado por obreros y provincianos. Era un reconocido espacio de bohemia y tradiciones de la capital; de ahí han salido los grandes bardos de la música criolla y se celebra la gran fiesta de culto por la Virgen del Carmen. La gente que nace y crece en Barrios Altos es reconocida por su viveza, picardía y proactividad, características que, quienes conocimos a Berta Saldaña, identificábamos perfectamente en el perfil de su personalidad.

También me relató que ella, siendo hija única, pierde a sus padres en la adolescencia y queda en manos de un familiar. Apenas termina la educación secundaria, ingresa a trabajar en la Compañía Peruana de Teléfonos (CPT), en donde desarrolla una intensa y activa vida sindical, luchando por mejores condiciones laborales para los trabajadores, y realiza anualmente una encarnizada pugna por alcanzar los consabidos pliegos de reclamos para aumentar los salarios de todos.

Luego ingresa a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, y realiza sus estudios de periodismo sin dejar de trabajar en la CTP, en la que escala a un liderazgo sindical latinoamericano, lo que es reconocido en 1964 por el Sindicato de Trabajadores de Telecomunicaciones de Argentina, y es invitada a visitar ese país. Se queda en Argentina ejerciendo el periodismo en diferentes diarios y como agente de prensa de empresas de publicidad. En Argentina nace su única hija y en 1966 regresa al Perú.

Ya en nuestro país, Berta trabaja como redactora de textos publicitarios de comerciales para televisión de la empresa Walter Thompson, labor que le da experiencia para combinar imagen y texto.

En 1968, ocurre en el Perú el golpe de estado al gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry, acusado de corrupción por las fuerzas armadas comandadas por el general Juan Velasco Alvarado, y se instaura el Gobierno Revolucionario que va a remover la estructura social, política y económica del país. Esta junta militar va a defender y propagandizar estas acciones a través de la poderosa institución llamada Sinamos, apócope de Servicio Nacional de Movilización Social. La inquieta y enérgica Berta Saldaña, experimentada luchadora social, se integró al Sinamos como pez en el agua, y por su habilidad en la redacción periodística y su paso por la publicidad —esa píldora para dorar la realidad—, llenaba de más el perfil para hacerse cargo de la dirección del noticiero del gobierno, para lo cual se creó la Oficina Central de Información (OCI), primera institución estatal para la comunicación con la ciudadanía.

El Noticiario Nuevo Perú

La Comisión de Promoción Cinematográfica (Coproci), fue una institución creada por el Estado para la administración de los beneficios de la Ley de Promoción y Producción Cinematográfica Nacional (D.L. 19327), dada por el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, en 1972, y su Reglamento en 1973. Esta importante norma es la que va a dar impulso a la realización de películas peruanas, gracias a la obligatoriedad de que la exhibición sean cortometrajes, largometrajes o noticieros, aunque cada producto cinematográfico debía recibir la aprobación de su contenido por la Coproci, luego de lo cual recibía el Certificado de Exhibición Obligatoria (CEO).

En la investigación de la producción cinematográfica peruana hecha durante la Ley de Cine 19327 (1972-1992), —realizada por Nelson García Miranda, autor de este artículo y publicada en el libro Cuando el cine era una fiesta— he contabilizado que durante las dos décadas que funcionó la Coproci otorgó 1250 CEO. El Certificado de Exhibición Obligatoria (CEO) 0002, fue entregado el 14 de agosto de 1973 al Noticiario Nuevo Perú 0003, bajo la dirección de la Sra. Berta Saldaña Tejada.

La posesión de un CEO permitía al producto fílmico, sea cortometraje, largometraje o noticiero, circular por todas las salas de cine de Lima (200 salas) y del interior del país (600) durante dieciocho meses. Y los dueños de las salas estaban obligados por el mandato de la ley a exhibirlos y otorgar el porcentaje del impuesto al ticket, de acuerdo con la dimensión de la obra, lo que permitía al productor-realizador recuperar la inversión y disfrutar de una buena utilidad.

Al noticiero le correspondía, por ley, el 2.5 del 10% del impuesto a los espectáculos en cada boleto vendido. Los propietarios de estas salas renegaban de la obligatoriedad de la norma, pero la cumplían puntualmente, porque la Ley de Cine Peruano también establecía multas económicas a los infractores.

Para 1970 ya existía el antiguo Noticiero Sucesos Peruanos, al que le es otorgado el 4 de octubre de 1973 el CEO 0005, en su edición N° 393, producido por la empresa particular del mismo nombre y bajo la dirección de Franklin Urteaga. Asimismo, estaba el Informativo Nacional, beneficiado con el CEO 0035, a la edición N° 21, producido por la empresa particular Lima Films y dirigido por el cineasta alemán radicado en el Perú, Ernesto Leistenschneider.

La OCI había sido creada exclusivamente para contrarrestar la imagen crítica de las acciones y obras del gobierno militar, desarrollada no tanto por la prensa escrita que también estaba tomada por la junta militar, sino por la televisión que era muy crítica del gobierno, sobre todo en sus informativos diarios.

Por tanto, el tono de información del Noticiario Nuevo Perú tenía que ser un panegírico a las acciones del gobierno del general Juan Velasco Alvarado, ya sea en las acciones personales del jefe de Estado, los ministros y las obras que inauguraban.

Al comienzo, los técnicos en imagen, sonido y edición a cargo del Noticiario Nuevo Perú resolvían los problemas del lenguaje cinematográfico desconocido por la Sra. Berta Saldaña —sin ninguna experiencia en la realización cinematográfica todavía—, aunque ella se encargaba de la redacción de los textos que acompañaban la imagen y supervisaba la grabación de la locución, así como el montaje de las bandas de imagen y sonido sin que se quede de lado ningún ditirambo de elogio al gobierno militar de turno.

Hay que tener en cuenta que el general Juan Velasco Alvarado, asumió mediante golpe de Estado la presidencia de la República el 3 de octubre de 1968. Vacó al arquitecto Fernando Belaunde Terry, cerró el Congreso, y se mantuvo en el gobierno hasta el 29 de agosto de 1975. Dos años antes, el 14 de agosto de 1973 sale a exhibición el primer Noticiario Nuevo Perú N° 3, bajo la dirección de la Sra. Berta Saldaña, aprobado por la Coproci y al amparo de la Ley de Cine 19327.

Desde la edición N° 3 a la N° 27, este informativo se difundió aclamando el gobierno del general Juan Velasco Alvarado (Cuando el Cine era una Fiesta pp. 77-89).

La edición del Noticiario Nuevo Perú N° 27 se exhibió el 24 de junio de 1975. Luego de eso, inesperadamente la producción de este informativo se suspendió. La crisis política, social y económica del país se desencadenó, y eso no podía aparecer como información en el noticiario del gobierno. A esto se sumó la grave situación de salud del general Juan Velasco Alvarado, que era el que indicaba la ruta por la que debía andar o desandar el Perú. Ante esta inercia, el general Francisco Morales Bermúdez derroca del gobierno al general Juan Velasco Alvarado el 29 de agosto de 1975, y va a permanecer como jefe de Estado hasta el 28 de julio de 1980. Es decir, cinco años.

La llegada del nuevo dictador fue como si lloviera en el desierto, pues inmediatamente se reactivó la producción del noticiero de gobierno. Así, el 31 de agosto de 1975, la Coproci extendió el CEO 0158 al Noticiario Nuevo Perú N° 28, siempre bajo la dirección de la Sra. Berta Saldaña, quien ahora resaltaba la figura del nuevo mandamás militar.

De la edición N° 28 del informativo a la edición N° 41, se hizo el Noticiario Nuevo Perú con la supervisión de la OCI. (Cuando el Cine era una Fiesta pp. 90-96).

Pero el gobierno del general Francisco Morales Bermúdez, había llegado para desmantelar las medidas sociales dadas por el gobierno anterior. Y lo primero que hizo fue cambiar a los periodistas que trabajaban para el Estado, menos a la Sra. Berta Saldaña, que siguió en la dirección del Noticiario Nuevo Perú, sin dar ninguna explicación a nadie.

Otro cambio fue que la entidad a cargo de la información oficial, ya no se llamaría OCI sino ESI PERÚ (Empresa de Servicio de Informaciones del Perú). Con el auspicio de esta entidad continuó largamente el Noticiario Nuevo Perú. El 22 de setiembre de 1976, la Coproci entregó el CEO 0247, al Noticiario Nuevo Perú N° 42, que gozó de buena salud por largo tiempo y lavo perfectamente la cara del nuevo dictador, el general Francisco Morales Bermúdez hasta la edición N° 84. (Cuando el Cine era una Fiesta pp. 27-123).

Al Noticiario Nuevo Perú edición N° 84, la Coproci otorgó el CEO 0541 con fecha 25 de julio de 1980. Para ese año, el panorama político del Perú era otro. Con la presión de una huelga nacional, la ciudadanía peruana había obligado al gobierno de Morales Bermúdez a fijar una fecha para convocar elecciones generales ese mismo año y elegir democráticamente al nuevo presidente del Perú, después de más de una década de recambio militar prepotente.

En efecto, el 28 de julio de 1980, el arquitecto Fernando Belaunde Terry es elegido, mediante votación, presidente del Perú por segunda vez, cargo del que había sido vacado por el golpe militar de Velasco Alvarado.

Recambio por todo lado, menos en la conducción del Noticiario Nuevo Perú que continuó en la dirección de la Sra. Berta Saldaña Tejada, que ahora recitaba loas al nuevo mandatario civil y sus ministros, en los informativos cinematográficos siguientes: desde la edición N° 85 hasta la edición N° 90, estuvo bajo la supervisión de ESI PERÚ. (Cuando el Cine era una Fiesta pp. 124-125).

Pero que el Perú fuera “un nuevo país” —como clamaba el título “Noticiario Nuevo Perú”— era un cuento militar, así que la edición N° 90 fue el último informativo cinematográfico de los dictadores golpistas de nuestro país. Con el nuevo presidente civil llegaron nuevos cambios.

El primer cambio fue en la productora oficial ESI PERÚ, que sería llamada ahora Agencia Peruana de Noticias y Publicidad, en la que hubo cambios de personal de todo tipo. Ahora la nueva burocracia pertenecía a Acción Popular, el partido de gobierno. El segundo cambio, fue que el nuevo informativo cinematográfico se llamaría, de ahora en adelante, Noticiero Andino. Lo que no cambió fue que la dirección de este producto de prensa seguía, imperturbable, en manos de la Sra. Berta Saldaña Tejada.

La cineasta Berta Saldaña junto al también cineasta Gregorio Li Rosi, juntos formaron la empresa cinematográfica BERSA Films.

El Noticiero Andino

El 15 de febrero de 1981, la Coproci autorizó con el CEO 0578 la difusión del Noticiero Andino N° 1, en el que se exaltaba la figura del nuevo presidente de la República del Perú, Fernando Belaunde Terry y de sus ministros, y se hizo así hasta la edición N° 27 (Cuando el Cine era una Fiesta pp. 126-183)

Pero el 28 de julio de 1983, el Noticiero Andino N° 27 se exhibió por última vez en las salas de cine del Perú. El público lo pifiaba en masa y rompía las butacas de las salas cinematográficas, por las ínfulas demagógicas del presidente Belaunde.

Nunca más se volvió a producir un noticiario de gobierno. Así se acabó para siempre el reinado de la Sra. Berta Saldaña en la conducción principal de estos productos de prensa cinematográfica y política.

La clave para la permanencia de Berta Saldaña en la dirección del noticiero de gobierno podría ser porque este producto cinematográfico salía a exhibición con un CEO, lo que le permitía recibir dinero por la taquilla (boletos vendidos) y con este fondo podía producir otro noticiero, sin ningún costo para el Estado. Así lo manifiesta ella misma (Imagen 1), y así lo hizo automáticamente durante 17 años y en tres gobiernos distintos, siempre mostrando el lado positivo de cada gobierno, gratuitamente.

Doña Berta (Segunda parte)

Percibiendo que el trabajo se le acababa, doña Berta Saldaña había creado ya la empresa BERSA Films, con la que produjo y dirigió varios cortometrajes documentales que también tuvieron exhibición obligatoria gracias a Ley de Cine 19327, Estos le permitieron sobrevivir sobriamente como productora independiente hasta 1992, año en el que el presidente Fujimori derogó la Ley de Cine.

Fue por esa época en la que tuve la oportunidad de tratarla más, cada vez que nos encontrábamos en diversos eventos cinematográficos. Ahí me contaba anécdotas y entretelones tan interesantes y divertidos de los tres gobiernos a los que había estado estrechamente vinculada, que yo le pedí que me permitiera hacerle una entrevista detallada por cada gobierno.

Ella estuvo de acuerdo, porque se sintió mal pagada por estos, pero desgraciadamente falleció el año 2010, a los 76 años, y no pude concretar ese proyecto. En su homenaje puse la foto de doña Berta en la portada de la sección Cine, de la Agenda de Medios Audiovisuales del Perú 2012, publicación que yo había creado y dirigía. (Imagen 2).

Mucho antes de fallecer, el 3 de agosto de 2005, Berta Saldaña había iniciado un proceso judicial al Estado porque no le reconocían los 17 años de trabajo en la dirección del noticiero de gobierno. Fue un juicio de larga duración, el que siempre perdió en diversas instancias; pero fiel a su carácter obstinado y batallador, siempre apeló a una instancia superior, hasta que el 10 de agosto de 2009, el Tribunal Constitucional emitió una resolución declarando improcedente la demanda (Imagen 3). Al parecer, se sintió tan decepcionada —y con razón por tan injusta sentencia—, que sus males neurológicos se agudizaron y, al año siguiente, falleció.

Imagen 3 (Izquierda y centro) / Imagen 4 (derecha) – Documentos relacionados a Berta Saldaña.

La Sra. Saldaña era una mujer de trabajo; era como una obrera de la producción cinematográfica. Al comienzo dependía de los técnicos, pero luego podía desempeñarse en todo: producción, dirección, guion, cámara, edición, sonido, distribución, pero siempre prefería dar trabajo a los técnicos, y hacía que les pagaran bien y puntualmente.

La exigencia de desarrollar el oficio de producción cinematográfica en medio de un Estado burocrático militar —que es la peor de las burocracias—, le alteró la conducta; era hiperactiva, exigente y tenaz. Debía conseguir permisos para ingresar a helicópteros, tanques, buques, tractores, submarinos, trenes, aviones, transatlánticos, etc., en los que viajaban los jefes de Estado. No había nada que la pudiera apartar de su misión de hacer cada semana, o cada quincena, el noticiario de gobierno.

Era una madre soltera con una hija por criar, educar, amar, alimentar, velar por su salud, vestir; en fin, darle la mejor calidad de vida. Ese era su estímulo vital, y a esa niña nunca le faltó nada.

Berta Saldaña nunca se dio ínfulas de realizadora cinematográfica; sabía que lo suyo era un trabajo impersonal. Un noticiario de gobierno se considera un producto descartable, un estorbo en la cartelera de exhibición; pero ella hizo su trabajo con devoción suprema y se sentía orgullosa de hacerlo.

Cuando yo le hable de mi preocupación por la carencia de una cinemateca en el Perú, me alcanzó una copia del documento dirigido al Ministerio de Cultura por el cual, el 12 de diciembre del 2006, ella entregó 129 rollos de película conteniendo cada rollo una edición del Noticiario Nuevo Perú y el Noticiero Andino, para su conservación. O sea, había tenido el cuidado de guardar, uno por uno, cada noticiario durante 17 años. Los dos informativos constituyen hoy documentos históricos de primera mano. (Imagen 4).

Desgraciadamente, por carecer nuestro país de una Cinemateca Nacional, no podemos revisar aún estos informativos con los que podríamos trazar la trayectoria social y política de cada gobierno. Y están ahí, guardados, inmóviles, deteriorándose por la falta de mantenimiento y restauración, sin que nadie los defienda, despreciados por todos por representar el poder gobernante, reseñado y testimoniado por una mujer cineasta desde una perspectiva interior. Y la misma autora, la Sra. Berta Saldaña, postergada y olvidada.

Por último, en mi libro Cuando el cine era una fiesta – La producción cinematográfica peruana de la Ley de Cine 19327: años 1972-1992, en el que estudio más 1200 películas hechas en el Perú con sus respectivos autores, la Sra. Berta Saldaña es la primera mujer peruana que aparece como directora de un producto cinematográfico. El informativo a su cargo tiene el CEO 0002, con fecha 14 de junio de 1973, antes que cualquier otra cineasta nacional. En otras palabras, ella es, legalmente, la primera mujer cineasta del Perú.

***

Texto ganador en la categoría Mejor Perfil del Primer Concurso Nacional de Artículos sobre mujeres en la cinematografía peruana, organizado por Wikiacción Perú. Cinencuentro acoge la publicación de este artículo como aliado estratégico en la visibilización de los aportes de las mujeres peruanas al campo cinematográfico.

Licencia del texto: Creative Commons Atribución – No comercial – No derivadas 4.0 Internacional (CC-BY-NC-ND 4.0).


Una respuesta

  1. Avatar de Roger Neira
    Roger Neira

    Hola querido Nelsón acabo de leer tu interesante artículo sobre la obra de Berta Saldaña. Afirmas en tu artículo que :” Berta Saldaña es la primera mujer peruana que aparece como directora de un producto cinematográfico. El informativo a su cargo tiene el CEO 0002, con fecha 14 de junio de 1973, antes que cualquier otra cineasta nacional. En otras palabras, ella es, legalmente, la primera mujer cineasta del Perú. Hemos restaurado el primer cortometraje de Nora de Izcue, del año 1967 que filmó en 8mm , pero que no tuvo CEO ( certificado de exhibición obligatoria) de la ley de cine 19327. Es urgente visibilizar el rol de las mujeres en el cine peruano.

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