Entrevista con Juana Burga, actriz de «La piel más temida»

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Se ha estrenado este jueves 25 de abril la película peruana “La piel más temida”, cuarto largometraje del director, guionista y productor cinematográfico Joel Calero Gamarra. Es la segunda pieza de un corpus temático de filmes de memoria histórica que el realizador dedica al conflicto armado interno, a partir de un abordaje de diferentes aristas. En el film, desde el punto de vista de Alejandra, joven hija de un ex militante de Sendero Luminoso que retorna a su natal Cusco, tras veinte años viviendo alejada del Perú, en un viaje que se convertirá en una búsqueda familiar e identitaria.

Quien interpreta a Alejandra es la modelo de fama internacional y actriz peruana Juana Burga Cervera (Lima, 1991). Ahora ya con dos protagónicos en el cine latinoamericano, Juana tuvo la amabilidad de concedernos una extensa entrevista apenas llegando de Nueva York, ciudad en la que reside. Sentados en un café de San Isidro, en Lima, conversamos con ella, entre otros temas, sobre la construcción de su personaje en “La piel más temida”, su vinculación con el director y el elenco, así como su percepción de la película y la aproximación desde sus propios orígenes a la historia de Alejandra.

Conversamos a continuación con la actriz Juana Burga. Esta entrevista ha sido editada y resumida, por motivos de longitud y claridad.

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Laslo Rojas: Juana, tu personaje Alejandra y tú de alguna manera comparten algunos rasgos en sus biografías. Ambas son jóvenes mestizas que siendo muy chicas dejaron el país, y vivieron una peruanidad digamos a la distancia. ¿Podrías contarnos sobre tus orígenes en Perú?

Juana Burga: Bueno, yo crecí en el centro de Lima, en Barrios Altos. Nací y crecí ahí hasta los 11 años y luego estuve mudándome de distrito en distrito. Pero ese barrio inicial marcó mucho mi vida, mis primeros pasos, mi primera razón de ser fue en esos lugares. Eso me llevó a siempre seguir adelante y tener la frente muy en alto, porque realmente el lugar de donde provienes no es el lugar que te hace, sino es más bien la unión familiar que puedas tener y la enseñanza que te dan tus padres. Eso es muy importante, tener un padre o una madre que te puedan guiar y ayudarte a tomar decisiones en la vida. Esa es la bendición que he tenido, de contar con unos padres que me dieron enseñanzas que me han ayudado, no solamente a mí sino también a mis hermanos, a seguir adelante y triunfar en esta vida. Somos cinco hermanos, yo soy la del medio.

Laslo Rojas: ¿Tus papás también son de Lima?

Juana Burga: Sí, son de Lima. De hecho, ellos me adoptaron desde muy chiquita. Yo fui abandonada por mi padre biológico, nunca lo conocí, y mi madre biológica también en algún momento nos dejó. Entonces, fui criada por los que ahora son mis padres y llamo mis padres. Creo que esa es una relación súper imponente para mí. Cuando recibí el guion completo [de “La piel más temida”], leí sobre la vida de Alejandra, sobre esa ausencia paternal que tuvo, y pensé: este es uno de esos personajes que quiero interpretar. Porque sé que mi labor de actriz es tratar de contar historias, y también tocar temas que impacten y que sean reales, historias que conecten mucho con el peruano común. Durante el rodaje, conociendo y hablando con muchas personas del crew, me decían: “yo tampoco conocí a mi padre”, o “mi padre estuvo ausente”, “nos abandonó a cierta edad”. Creo que conocer eso, después de haber trabajado en “La piel más temida”, me ayudó mucho a tener un orgullo de contar esas historias y ser como la vocera de estos temas. Pienso que se debería hablar más sobre eso, en las familias, con personas que han vivido este tipo de experiencias como Alejandra, y tomar conciencia de eso.

Laslo Rojas: ¿Nos puedes contar brevemente cómo fue tu paso de Lima a vivir en el extranjero? ¿Eso se da a raíz que te conviertes en modelo?

Juana Burga: Sí, me descubrieron como modelo aquí en Lima. No fue la típica historia, de que me descubrieron en la calle y qué lindo, un sueño hecho realidad (risas). No fue así. Sucedió que una de mis mejores amigas, cuando vivía en San Miguel, estaba loca por ser modelo. Yo en cambio estaba en los Boy Scouts y era muy ‘tomboy’ [niña poco femenina]. De físico siempre he sido delgada, alta, y no estaba al tanto de temas de moda, por ejemplo nunca había visto Fashion TV. Así que cuando esta amiga me comentó que había un casting buscando modelos internacionales para desfilar en el extranjero, me dijo: “mira Fashion TV y te vas a dar cuenta a qué modelos me estoy refiriendo”. Cuando vi a esas niñas modelando en las pasarelas de alta costura de París, dije: “vaya, se parecen a mí, tienen mi mismo físico, voy a tratar de tomar esta oportunidad”. Esa es una de las cosas más importantes en mi vida, que es siempre tomar riesgos, me gusta salir de mi zona de confort, siento una necesidad de aprender, de conocer el mundo, sentir que mi vida no se limita a un cuadrado. Mis padres no tenían los recursos para pagar un boleto para irme a Nueva York, así que fue una bendición tener esa oportunidad y pues la tomé. Esa era la primera vez que viajaba, y que saqué un pasaporte.

Allá al inicio fue muy difícil porque yo no hablaba inglés, no tenía dinero, creo que fui con 200 dólares en el bolsillo y tuve que adecuarme a nuevas culturas, nuevos idiomas. Y ahora hablo cinco idiomas, vivo en Nueva York, fui una de las primeras entre mis hermanos en tener su propia casa. A veces uno piensa que porque viene de lugares que son de bajos recursos o no tienes las oportunidades, piensas que no podrás lograr cosas a futuro. Eso es totalmente falso, porque yo soy vivo ejemplo de eso.

Laslo Rojas: Entrando a hablar ya sobre la película que nos convoca, ¿cómo fue ese primer encuentro con Joel Calero, el director, y con tu personaje de Alejandra? ¿Cómo fue que decidiste interpretarla?

Juana Burga: Por lo que Joel me comentó, fue que él vio la película “Los últimos” [del argentino Nicolás Puenzo, el debut de Juana en el cine], como la esposa de Joel es argentina entonces ahí de alguna manera tuvo una conexión inicial. Y bueno, esa es una película de los Puenzo, producida por el gran Luis Puenzo, él fue quien me descubrió [como actriz]. En el cast tenía grandes actores, Natalia Oreiro, Peter Lanzani, Alejandro Awada, Germán Palacios. Entonces Joel vio esa película, vio mi perfil, le gusté y me contactó. En ese momento él todavía no estaba haciendo las audiciones, y me lo dijo: “quiero hacerte un casting para este papel, pero probablemente una vez que hagamos esta audición contigo, no vas a escuchar nada de mí porque todavía no estoy empezando”. Le dije que no había problema, justo me encontraba aquí en Lima así que aprovechamos y audicioné en una de las escenas.

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Laslo Rojas: Sí, Joel nos contó en una entrevista previa, que cuando él empieza su proceso de casting, y a buscar la actriz principal, rápidamente se da cuenta que ya la había encontrado meses atrás. Ya te tenía en su cabeza.

Juana Burga: Es muy gracioso saber que Joel pensaba de esa manera, mientras yo no tenía ni idea de lo que iba a pasar. Yo estaba en mi casa pensando que no iba a pasar nada con ese casting que hice, ya había tirado la toalla. Porque así es la experiencia actoral, haces audiciones y al final no escuchas de ellas, o te responden pero luego de varios meses.

Luis Vélez: Quería profundizar en la construcción del personaje de Alejandra. Mencionaste recién que hay también un vínculo personal que de alguna manera hace que empatices con el personaje. Como parte de la preproducción de la película, en las lecturas del guion, ¿diseñaste o construiste el personaje empleando alguna técnica en particular?

Juana Burga: Sí, hubo todo un preparamiento muy arduo. Tuve que recopilar muchísima información especialmente de mi personaje Alejandra, para entender cómo se sentía como mujer ahora, siendo una mujer en un país totalmente ajeno para ella, y ver cómo enfrentaba esas adversidades una vez que llega a Cusco. También para descubrir cómo era ella antes de llegar acá, entender por qué ella decidió venir y no la madre, tomando esa responsabilidad de su madre. En sí, Alejandra quiere encontrar y conocer sus raíces, creo que muchas personas a una cierta edad necesitamos saber de dónde venimos, conocer el pasado para poder enfrentarlo, sea este positivo o negativo, y tratar de crear un perdón. Para mí fue arduo el trabajo, para tratar de armar cronológicamente ese personaje, y lograr que para cuando Alejandra llegue a Cusco, sea completamente esa chica que no se espera todo lo que se le viene.

Tuvimos un tiempo de ensayo, durante dos semanas estuve aquí en Lima, antes de ir a Cusco a grabar. Estuvimos practicando y haciendo muchísimas pasadas [al guion] con Lucho [Cáceres], con María Luque, para lograr tener una conexión muy cercana y muy natural, para que eso se vea en la película. Espero que se vea así, porque fue mucho trabajo que se puso en cada escena.

Luis Vélez: Respecto a eso, a cómo te gustaría que el público perciba a tu personaje, ¿cómo describirías tú a Alejandra?

Juana Burga: Alejandra es una chica muy independiente, segura de sí misma. Una de las cosas que puedo rescatar de ella, como mujer, es que cuando se le presenta un problema, no se queda en eso, sino que inmediatamente piensa en resolverlo: qué es lo que puedo lograr, cómo lo puedo cambiar y cómo lo puedo solucionar. Eso es algo muy importante, que aplico también en mi vida ahora. No enfocarme y encerrarme en ese problema, en algo que a veces nos atormenta y del cual no salimos. Eso es algo que se pueden llevar muchas jóvenes de este personaje, cómo reacciona cuando a veces dudamos de nosotras mismas y no sabemos quiénes somos. La motivación especial de Alejandra, que es conectar con sus raíces, con su cultura, con su pasado, pienso que eso es lo más importante que nos podemos llevar como peruanos.

Laslo Rojas: Hay un aspecto que conversábamos con Joel, que nos resuena, es el contraste entre tu presencia como modelo, siempre en ambientes glamorosos y de mucha ostentación, versus este otro trabajo donde interpretas a una joven que transita más bien espacios modestos, humildes. Pero en ambos vemos siempre la misma piel, la misma “marronidad”, como le gusta decir a él. ¿Cómo sientes tú ese tránsito que puede tener una joven mestiza peruana entre ambos mundos tan disímiles, en su trabajo profesional?

Juana Burga: Desde mi punto de vista lo interesante es tratar de abrirte a esos dos mundos, el no cerrarte a pensar de que simplemente puedes estar en uno. A veces nos enfocamos en solamente uno y no vemos lo otro. Yo por ejemplo vengo del centro de Lima, no de una familia adinerada de muchos recursos. Teníamos lo necesario para vivir y para estar bien pero no vivía en un mundo de lujos, y de ir a las mejores escuelas, tuve lo que mis padres me podían dar. Recuerdo esas primeras experiencias que tuve cuando pisé Nueva York o París, claro que me deslumbraba, me llamaba mucho la atención el lujo y todo lo glamoroso que era, y a veces, como no lo conoces, te pierdes en ese mundo de lujo. Lo anhelas tanto y es lo único que piensas. Siendo más joven quieres vestir ropas de marca, tener las cosas más lujosas, y con el pasar del tiempo te das cuenta de que los lujos no hacen a la persona, al final los lujos son cosas materiales que nadie se lleva a la tumba. Yo veo a la gente de ciudades más adineradas, cómo pagan miles de dólares para hacer viajes a lugares como los pueblitos de Mara o Cusco, para tener una conexión con la tierra. Pagan mucho dinero para hacer esta nueva acción que se llama “earthing”, que es quitarte las medias y poner los pies descalzos en la tierra (risas). Me da risa, veo cómo ahora pagas el triple por comida orgánica en ciudades como Nueva York o París, y pienso, pero si todo lo que yo compro en el mercado es orgánico, viene de la madre tierra.

Entonces sí, es interesante ver estos dos mundos, eso me ha ayudado mucho a crecer como persona y también a valorar todo lo que tengo, a mi país, con sus pros y sus contras. Estoy muy ligada a empoderar a mi país, e ir a lugares que necesitan apoyo. Por ejemplo, tengo mi fundación con artesanas, donde empoderamos a las comunidades artesanales para que este legado ancestral textil no se pierda, como muchas técnicas que se están perdiendo, o muchos dialectos y lenguas que se están perdiendo. Siento que lo más importante para estas comunidades es el empoderamiento, y que realmente vean que hay una oportunidad muy grande, especialmente ahora con la moda sostenible, con la que pueden lograr una manera de superación y una conexión con otros países. Ahora yo lo puedo hacer, puedo conectar estos dos mundos, el del glamour con este mundo de una cultura tan rica, y que el mundo del glamour lo desea tanto. Así trabajamos en convenio para que todos salgan beneficiados, pero de la manera más justa.

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Laslo Rojas: Este es tu segundo trabajo en cine, en un largometraje. ¿Cómo ha sido en general esta experiencia, los días de rodaje, el trabajo con tus compañeros y con el crew?

Juana Burga: Fue maravilloso porque yo sí tenía muchos nervios. Ya había hecho “Los últimos”, y con actores muy renombrados; pero, de hecho, trabajar aquí con Lucho Cáceres, con Amiel Cayo, que son actores que he visto en muchas películas y admiro, poder trabajar con ellos en mi país, con un director y una producción peruana, era un orgullo y un honor poder ser parte de una producción así. Creo que lo más bonito que me llevo de cada proyecto fílmico es la familia que creamos con todos, no solamente con los actores sino también con los de sonido, los de luces, las que me hacen el maquillaje, los efectos, las vestuaristas. Hasta ahora nos comunicamos de una manera tan genuina y humana, somos una familia y es lo bello que logras haciendo unas producción de este tipo.

Laslo Rojas: ¿Cómo fue el rodaje, en qué locaciones se filmaron, cómo fueron esos días?

Juana Burga: Estuvo realmente increíble porque estuvimos grabando en la ciudad de Cusco. Pero lo más bonito creo que fue cuando comenzamos a grabar hacia las afueras de Cusco, por ejemplo en el pueblo de Maras. Claro, cuando uno escucha Maras piensa en las salineras, o piensas en Moray, Machu Picchu, Ollantaytambo, pero no te vas a estos pueblitos. Yo me enamoré del pueblo de Maras, de sus iglesias, de sus casonas, era súper bonito ver cómo la comunidad también nos aceptaba con la producción, estaban muy abiertos e incluso participaron como extras. Era todo un trabajo en comunidad, están muy orgullosos de que una producción venga a filmar en sus tierras. Eso es lo lindo que logra hacer este tipo de cine independiente, porque es este cine el que se adentra en estos lugares que a veces son olvidados, incluso nosotros ni siquiera vamos a verlos. Fue una muy buena experiencia.

Laslo Rojas: Claro, seguramente nosotros tres conocemos Cusco desde el punto de vista turístico, Machu Picchu y demás sitios históricos. Incluso la ciudad, recorremos la Plaza de Armas y el centro, todo muy lindo. Pero teniendo amigos cusqueños, nos dicen: sí, has conocido “Cusco” pero eso no es todo Cusco. En la película de alguna manera también vemos esa diferencia.

Juana Burga: La película definitivamente te va a mostrar lugares del Cusco original, donde se inicia Cusco realmente. Ahí van a ver ese Cusco más virgen, eso es lo bonito también, poder mostrar estas locaciones que no son vistas, que no son locaciones de turismo. Creo que eso puede ayudar mucho también a las comunidades, para que puedan tener más personas que visiten esos lugares.

Luis Vélez: Quería volver sobre “Los últimos” (que se puede ver en Perú en Prime Video). Es también una película políticamente comprometida, propia de los Puenzo, que tienen toda esa producción de películas sobre memoria histórica en Argentina. Esa película es una distopía, un drama distópico en clave de ciencia ficción, thriller postapocalíptico…

Juana Burga: Sí, exacto, postapocalíptica, de ciencia ficción, aunque yo diría que no tanta ficción porque se acerca mucho a la realidad. Es una locura cómo Nicolás [el director] pensaba en lo que podría ser una tercera guerra mundial y que sería por los recursos naturales, por el agua. De hecho, al inicio íbamos a hacerlo en el lago Poopó [en Bolivia], pero un tiempo después se declara que ese lago ya estaba completamente seco. La película también aborda otras temáticas, la minería ilegal, cómo se explota la tierra y la dejan completamente inhabitada. Grabamos en Bolivia, Chile y Argentina, y cuando estábamos en los altos de Bolivia a los dos meses ya no había agua, empezó como una guerra por el agua. Se había cumplido un poco la profecía de la película, fue una locura. A veces vemos películas y tú dices: “¡esto sí podría pasar!” o “esto ya ha pasado”. Es porque los cineastas realmente piensan en qué podría suceder, qué es lo peor que podría pasar, y para Nicolás fue esto.

Luis Vélez: Sobre eso, quisiera saber cómo estos proyectos, que tratan temas políticamente comprometidos, han llegado a ti. ¿Ha sido solo cómo se dieron las cosas, o tiene que ver más bien con algo inherente a tus propias preocupaciones?

Juana Burga: Sí, es una muy buena pregunta, siempre trato de enfocarme en hacer cosas que definitivamente impacten y que dejen un mensaje. Las cosas que hago o las luchas que tomo, en las que pongo mi presencia y apoyo, son definitivamente situaciones que necesitamos apoyar, como es la polución de plástico en los océanos, lo que pasa en el Amazonas, la minería ilegal, la protección de los niños en el tema educativo, el empoderamiento cultural, creo que todo eso para mí es muy importante. “Los últimos” era una película que acepté hacer porque en ese entonces yo no era actriz, no había estudiado actuación. Fue por eso, por contar la historia, ser la voz de este personaje, y que cuente las historias de esas mujeres que no son escuchadas, que no tienen una plataforma para poder hablar de estos problemas. En algún sentido son proyectos que yo decido tomar o que probablemente llegan a mí por esa cercanía que tengo con esos temas. Lo de “La piel más temida” también fue parecido, son sus temáticas: la ausencia paterna y también un homenaje a la memoria, para no olvidar lo que hemos vivido como país. Creo que son temas para poder tomar acción y tener conocimiento. Pienso que para Joel es muy importante dar la versión desde diferentes puntos de vista, y por eso está trabajando en esta trilogía.

Luis Vélez: Justamente con Laslo, y con otros colegas, conversábamos acerca de cómo “La piel más temida” toca desde un ángulo poco explorado el conflicto armado interno, el posconflicto en este caso, porque ya lo estamos viendo desde el presente. Lo vinculamos con nuestros referentes cinematográficos, hablábamos mucho por ejemplo de “Tempestad en los Andes”.

Laslo Rojas: Sí, nos venía mucho a la memoria esa película documental porque, de alguna manera, tiene unos puntos de contacto iniciales con tu personaje. [N.E.: una de las protagonistas del documental es una joven sueca, sobrina de Abimael Guzmán, quien viaja al Perú a conocer sus raíces peruanas]. 

Juana Burga: Sí, en Nueva York, hay una gran comunidad de peruanos, en Patterson especialmente, y muchas de esas comunidades, de gente que tiene 60, 70 años, todavía tienen memoria de esos tiempos de conflicto que hubo en Perú. Tienen miedo de regresar porque piensan que sigue pasando algo así aquí y viven con ese miedo. Entonces, esta película también va a ayudar a darles una versión distinta, y a enfrentar ese miedo para que puedan regresar a su país y vean que la situación ha cambiado.

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Laslo Rojas: ¿Cómo fue tu relación con Joel en cuanto a la dirección de los actores?

Juana Burga: Es interesante cuando trabajo con directores, porque siempre trato de conectar mucho, me gusta dejarme guiar y tomar la visión del director. Porque es muy importante conocer su visión y luego tratar de poner mis puntos de vista, para tratar de crear el personaje de su sueños. Al final es un personaje que él ha estado pensando por tantos años, y que se haga realidad… Creo que a todo director en algún momento se le escapa una lágrima al ver su película, porque son imágenes que estaban en su cabeza todo este tiempo. Para mí trabajar con Joel ha sido increíble, es un gran director y aparte es un gran guía. Me daba información, me contaba también su experiencia, cómo vivieron sus padres, sus abuelos. Una de las prioridades para Joel como director es la naturalidad, para él la naturalidad es lo más importante en un actor. Él no quiere que un actor “actúe”, la palabra “actuación” no existe en su vocabulario. Creo que eso es algo muy importante, no solamente para esta película, pero creo que para el cine peruano en general, de tener técnicas que sean mucho más naturales. Yo estuve estudiando en la escuela de actuación Lee Strasberg en Nueva York y trabajando mucho con el method acting. Eso me ha ayudado a desarrollarme, a seguir aprendiendo y a elevar mi trabajo como actriz.

Con Joel tuvimos mucha cercanía. Por ejemplo, no le comenté desde un inicio el tema de mi padre, porque no quería que eso influenciara mucho en el personaje. No puedo mezclar mi vida personal con la ficción, porque sino el personaje completamente se destruía. Eso es lo más difícil como actor, tratar de no dejarte llevar por lo personal, tratar de dividir eso. Mucha gente probablemente no se da cuenta, pero es muy muy difícil no dejarte llevar por tus emociones o tus vivencias personales, y que eso afecte la actuación o el desenvolvimiento de este personaje. 

Laslo Rojas: ¿Y eso se lo comentas a Joel a posteriori?

Juana Burga: Se lo comenté a días de comenzar el rodaje, y me dijo: “respeto mucho tu decisión, esa es tu vida, pero gracias por compartirlo”. Yo uso el method acting pero no al 100%, lo uso para tratar de encontrar memorias de mi vida personal y construir reacciones que pueda tener un personaje, con la mayor naturalidad posible. Esta historia es una perspectiva desde los ojos de Alejandra, ella en sí es el espectador. Esa era la manera en que Joel quería mostrar el personaje de Alejandra: que era tener el lente aquí [señala su hombro], al lado de Alejandra, seguirla, y que el espectador sea Alejandra, viva y experimente junto a ella. Creo que cada persona se va a conectar con cada problema que Alejandra tiene de una manera completamente distinta, eso es lo que quiero escuchar del público, saber cómo te conectaste, de qué manera.

Laslo Rojas: ¿Cómo fue tu relación en el trabajo con tus compañeros actores?

Juana Burga: Nos llevamos muy bien. Al momento que nos conocimos con Lucho, tuvimos una relación, literal, de sobrina a tío. Nos bromeábamos, nos jugábamos, era una relación familiar. Además había mucho respeto entre nosotros como actores. Me gustaba mucho que cada uno aportaba su idea de cómo podíamos hacer tal escena, y las hablábamos mucho antes de filmarlas. A Lucho le gusta mucho analizar el personaje antes de realizar una acción, eso es algo que aprendí de él. Y Amiel, me saco el sombrero por Amiel. Es un actor de muchos talentos, ya lo van a ver tocando su instrumento, y cantando, es un actor completo.
Sobre María Luque, yo soy muy apegada a mi abuela, así que me fue fácil tener una conexión con María. Fue increíble conocer su historia, y la oportunidad tan grande que tuvo ella, como una actriz con polleras de Bolivia, es una persona que ha sufrido mucho, que ha vivido muchos abusos como mujer y ha seguido adelante. Como mujer puedo decir que fue un orgullo trabajar con ella y conocerla. Tuvimos una relación muy bonita, cuando terminábamos de grabar, conversábamos, nos contábamos cómo nos sentíamos, porque ella sufre de diabetes así que teníamos que cuidarla mucho. Pero había momentos en que yo decía: “bueno ya, hay que montarnos en la cuatrimoto”, ¡y la subí en la cuatrimoto! Era la primera vez que se subía a una. Joel también se subió y gritaba como loco (risas). Yo trataba de crear ese ambiente en el que realmente éramos una familia, eso es lo bonito que me llevo de esta experiencia.

La entrevista con Juana Burga se realizó en la Librería Vallejo, en San Isidro.

Luis Vélez: Quería abordar esta relación que hay entre arte y activismo, porque además de la iniciativa de Joel con esta trilogía sobre la memoria, tú también a través de la fundación en la que trabajas con artesanos, vinculas activismo y arte. ¿Cómo relacionas esta idea del cine para hacer activismo, o en tu caso el activismo para con y por las artesanas?

Juana Burga: Una de las ideas con las que he crecido es saber que nunca te haces solo, sino que te haces con la gente, con apoyo. Y no creces solo sino creces en conjunto. Eso me parece muy importante, el saber amarme a mí misma, conocerme, saber qué es lo que quiero, cuál es mi misión como ser humano en este mundo, cuál va a ser mi huella. Esa es una de las cosas que siempre he anhelado, el activismo en todos los aspectos no solamente en uno. Por eso probablemente trato de no llamarme “activista”, porque a veces eso se refiere a solamente una causa, pero yo diría que soy más humanitaria, y apoyo a muchas causas. Estoy apoyando ahora a VidaWasi, estoy con Parley for the Oceans, que es una organización que se enfoca en la contaminación de plástico en los océanos. Estoy trabajando con ellos para traerlos al Perú, y abrir una sede en el norte, en el puerto de Pimentel (de ahí es mi familia materna). Y está mi proyecto de Nuna Awaq, que busca que nuestro legado cultural no se pierda, empoderando a estos grupos artesanales que han hecho tanto por nuestra cultura. Tratamos de seguir apoyándolos y luchar contra este sistema, hasta cierto punto, de abuso, porque ellos no tienen una ley que los proteja. Quiero ser esa vocera y ayudar a crear una protección hacia estas comunidades. Ellos son realmente artistas muy valiosos para el Perú.

Luis Vélez: Ustedes filmaron “La piel más temida” el 2022, en un rodaje que fue pospuesto por la pandemia el 2020. ¿Cómo te sientes ahora, ya ad portas de que la película se pueda ver en pantalla grande en Perú?

Juana Burga: Sí, hemos pasado mucho con esta película, sobre todo la pandemia. Efectivamente, íbamos a comenzar a grabar [en marzo del 2020], ya estaba a punto de montarme en el avión. En esos días estaba en Los Ángeles, y había ido a Nueva York para recoger mi maleta y venir a Lima. Pero no llegué a viajar. Ví que allá las cosas estaban empeorando mucho más rápido. En ese entonces había comprado una casa en el norte de Nueva York, a las afueras y, tal como hicieron muchas personas, en esos días nos fuimos a esa zona que es mucho más espaciosa. Cuando declararon la cuarentena, me dije: “esto no va a mejorar”, y luego cuando anunciaron que iban a cerrar las fronteras le dije a Joel que era mejor esperar a ver cómo se desarrollaba la situación. Fue una época muy dura para todos. Para mí, por no poder venir aquí a Perú, y tener familiares que fallecieron en la pandemia, fue terrible. Pero dentro de todo, algo bueno de eso fue que nos dio mucho tiempo, a Joel y a mí, de sentarnos, vernos en Zoom y trabajar con el personaje.

Laslo Rojas: Quisiera consultarte respecto a cómo se ve desde el exterior al cine peruano, o en todo caso la visión que tienen del Perú en general, desde las actividades a las que tú te dedicas.

Juana Burga: Eso siempre me enorgullece, que cada vez que voy a algún evento o trabajo y digo que soy de Perú, no es que me digan: “hemos conocido a mucha gente de Perú”, más bien suelo ser de las pocas peruanas que han conocido, pero todo el mundo me dice que está maravillado con el Perú. Con Cusco, Machu Picchu, una de las maravillas del mundo. Y en el exterior la gastronomía también ha logrado un posicionamiento grande. Desde el extranjero existe una estimación muy alta del Perú, por todas las riquezas que tenemos y creo que la gente de otros países valora eso, la fibra de alpaca, la comida, los lugares, la energía, la gente. Aquí se recibe muy bien al extranjero, entonces ellos se van maravillados. Ya lo que pase en el día a día, y todos los problemas que tenemos, son cosas que se nos escapan de las manos a los ciudadanos, pero no significa que por eso tengamos que tirar la toalla. Perú tiene las riquezas y puede seguir adelante, si comenzamos desde ahora en adelante a cambiar e informar a las nuevas generaciones. No dejar que los más jóvenes se olviden de los problemas que hubo en Perú, de esos tiempos de conflicto. Esa es una labor que tengo, no solamente como actriz y como modelo, sino también personalmente, de dejar una huella muy grande a las jóvenes que quieren incursionar en la moda, en la actuación.

Juana Burga junto a Ismael Cruz, protagonistas de «Mataron a Pedro». (Captura tomada de El Nuevo Día)

Laslo Rojas: Por último, ¿qué proyectos tienes a continuación? Me contabas que ahora vas a viajar al Festival de Cartagena…

Juana Burga: Sí, voy como invitada a Cartagena, al FICCI [que se realizó del 16 al 21 de abril pasado]. Luego, estuve grabando una película, con el director puertorriqueño Kristian Mercado. Mi personaje es la arequipeña Laura Meneses del Carpio, la primera mujer en recibir una beca en el Radcliffe College, de la Universidad de Harvard. En 1922 ella se casó con Pedro Albizu Campos, un líder de la independencia de Puerto Rico. La película se titula “Mataron a Pedro”, es como un biopic de este personaje, lo protagoniza Ismael Cruz Córdova [actor de “The Lord of the Rings: The Rings of Power”], y yo hago de su pareja peruana, quien apoyó y continuó la lucha de su esposo. Eso es lo que quiero hacer, contar historias de mujeres valiosas, que el público a veces no conoce. Yo también me enteré de ella cuando me dieron el personaje y comencé a investigar. Eso es lo que me atrae tanto de ser actriz, contar esas historias y representar esas mujeres notables.

Luis Vélez: Felicitaciones por todo eso Juana, y gracias por la entrevista.

Juana Burga: Muchas gracias a ustedes, muy amables.

Entrevista realizada por Laslo Rojas y Luis Vélez, el 9 de abril de 2024, en Vallejo Librería Café, en San Isidro.
Textos: Luis Vélez.
Fotos: Rolando Jurado.


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