Entrevista a Rosario García-Montero


Rosario García-Montero estudió Ciencias de la Comunicacion en la Universidad de Lima y luego continuó su aprendizaje de cine en la New School de Nueva York, allí dirigió sus primeros cortometrajes: Locked (2002) y Are You Feeling Lonely? (2003), con los que ganó muchos premios internacionales. Luego realizó Perfidia (2005). Ahora viene preparando su pimer largometraje: Las malas intenciones, proyecto por el que acaba de ser seleccionada entre cientos de postulantes para participar en el 4º Mercado de coproducción de Berlín, evento que se realiza paralelamente al Festival Internacional de Berlín. Conversamos con ella sobre su trayectoria y motivaciones.

Me atraen mucho más los personajes raros

 

Felicitaciones por la selección. ¿Cuál fue tu reacción al enterarte?
Me enteré a finales del año pasado. Recibí ese día un montón de emails de amigos que me decían “no entré, no entré”, y abajo, al final, uno que decía Berlinale-Congratulations. Así que me tuve que controlar y poner cara de pésame. La verdad que no tenia tanta idea del Talent Campus. Yo tenia como meta aplicar al market, pero era necesario entrar al Talent Campus para acceder a él…

Ahora ya mandé mi guión y tienen un mes para leerlo. Son sólo dos días, el 11 y el 12 de febrero. Luego te asignan un “coach”, alguién que ya leyó tu guión, que sienta afinidad con él y que me pueda dar unos consejos y aconsejar cómo hacer un pitch, una presentación. Ya el segundo día es el día de los tiburones y la Berlinale manda un catálogo con las once películas de los finalistas y asi los productores llegan con una idea de lo que quieren ver y a quien quieren entrevistar. Entonces ese segundo día es para lo cual has sido entrenado

¿Y nos puedes contar algo del proyecto?
Por el momento no puedo decir mucho. Hay una niña media oscurilla, medio distorsionada que es la protagonista y todo ocurre en el Perú de los años 80. Tiene una especie de humor negro. Es un drama, pero te ríes y nunca sabes realmente por qué. Te ríes por los motivos equivocados. Pero sigue siendo un drama… Un dramón.

¿Es tu primera comedia?
Bueno hice un corto que se llamó Are You Feeling Lonely?, que era sobre un hindú que trabajaba en una morgue. El fulano lo que quiere es casarse con una viuda y hace estas llamadas y les pregunta si se están sintiendo solas y obviamente el tiene al muerto allí pero no les va a decir. Súper negro el humor. A veces he estado en categorías en festivales como comedia y a veces como un dramón. Creo que es raro de clasificar.

Es este el corto que te abrió más puertas, ¿verdad?
Si. El primero era muy dark. Se llamaba Locked. Lo hice en el 2001 cuando llegué a New York. Sentía que New York era tan grande, que estaba tan llena de gente con el mismo plan que uno, que sentí que tenia que hacer algo que llamara la atención.

Sentí que tenia que exagerar. Todavía no tenía una idea clara de cual era mi estilo. Estaba experimentando. Era una historia que se basaba mucho en manejar la información de estos dos espacios cerrados y que luego te das cuenta de que son un mismo espacio. Era un poco experimentar con eso y con la claustrofobia, y temas así que me provocaban. Ese corto entró a muchos festivales, pero eran súper undergrounds. Estabas al lado de unas películas sobre el punto de vista del queso dentro del sandwich y me preguntaba qué estaba haciendo allí.

Pero en Europa ganó bastantes premios y entonces con el segundo me sentía más cómoda y me abrió muchas puertas. Entró a Sundance. Ganó como 8 premios del jurado en Kiev, en Corea, y viajé por ese cortito todo el 2003. Era un caos de pasajes y visas y resacas porque después del «ja ja ja» viene el bajón o la resaca emocional, porque entras en un ritmo alucinante, como un circuito, como un loop. Y si te sales del loop, te vas como de cara porque, mientras te das la gran vida en los festivales, hay otra gente, los verdaderos, que ya estan pensando en el siguiente guión. En cambio yo, seguía allí al igual que la fábula de la tortuga y la liebre que se toma la siesta, y ganaba festivales y seguía y seguía. Y en el año siguiente no tenia corto y te empezaban a llegar los emails para aplicar, y no tenia nada que presentar.

¿Y el último corto?
El ultimo es un experimento que hice para un festival en Madrid que pedían cortos muy pequeños. Entonces me puse a filmar una cosa que me pasó en el tren. La idea era jugar con atmósferas. Poner un plano de fulano que viene a la cámara y dice unas cosas y luego le pones unos mariachis atrás y pasa del horror a lo romántico. Una especie de serenata maléfica-perversa, y luego se van los mariachis y otras vez vuelves al terror. Pero ya no me provoca mandar a festivales porque sientes que se te va pasando el largometraje.

¿Sientes la necesidad de un largometraje?
Si ¡Ya!… La otra opción que también pensé es la transición de hacer cuatro cortos, juntarte con otros cineastas. Tenemos una idea con un amigo inglés de hacer cuatro cortos sobre amores obsesivos. Una en Francia, otro en Italia, en Inglaterra y yo en New York.

¿Tuviste siempre en mente ser cineasta?
Yo no creo que tuve muchas opciones. Creo que a los 15 años me interesaba ya el cine, aunque creo que tuve una etapa de tres meses con la arqueología, pero como tengo asma, por el polvo me dijeron que de ninguna manera. La Universidad de Lima era la única que daba esas clases y me presenté a Ciencias de la Comunicación, pero claro yo no quería saber nada de publicidad, ni de organizacional. Cine nomás, guión y dirección.

En la universidad me enteré del caso de Álvaro Velarde, al que no conocía. Él había estudiado en la New School de NY, así que junto con un amigo, Manuel Bauer, decidimos seguir sus pasos en la New School.

¿Cómo evalúas tu experiencia en Nueva York?
A mi me pareció genial. El New School no es esta especie de monstruo que es el NYU. En el New School estás ahí con una cámara y te tiran a la piscina a aprender y haces un poquito de todo… completamente diferente también a la Universidad de Lima. Porque por una cuestión de recursos en la universidad éramos 25 en una clase y hacíamos sólo dos cortos y la única manera de que hagan tu corto era que elijan tu guión, entonces me la pasaba pensando en historias. Pero en New York eras tu solo haciendo la cámara y después editas. Pero ya el segundo corto, el del hindú, fue un proceso más grupal…

Háblanos sobre el proceso creativo de tus cortos.
Lo que creo es que uno tiene que tener siempre como 4 guiones a la vez.
El guión del largo apareció primero como una especie de evento que empezó a crecer y a volverse como una especie de tumor y tomó vida propia. Y entonces dije esto puede ser un largo. Pero siempre uno debe manejar tres historias a la vez y seguirte metiendo en cursos. Hace poco me fui a Cuba a hacer un taller de guión. Sin embargo, una vez que tienes tu guión hasta hacer la película hay un proceso.

¿Cómo te relacionas con los actores y cómo trabajas con ellos el guión?
Uno de mis cortos, el del hindú, tiene bastante de esta combinación de persona que no sabe actuar y que se pega mucho a los diálogos, porque quería generar este efecto de distancia, como un humor medio tieso y eso generaba algo muy absurdo en el corto.

A veces me da un poco de miedo cuando ensayas demasiado. Tampoco te voy a decir que improviso, para nada. Y el problema es que mientras esperas que una película se haga te vuelves más necia con el guión y te dices le voy a dar una revisada y ya no puedes cambiar por nada del mundo ni dejar que nadie lo toque. Porque tengo un guión hecho en un 85 por ciento, pero que voy a filmar de repente en un año y medio.

Y sobre la fotografía, ¿cómo has trabajado con tus fotógrafos la elección de los planos?
Yo tengo la costumbre de dibujar todo. Entonces eso le das al camarógrafo como libertad entre comillas, porque el plano ya está demarcado. En luces sí. De repente vemos un par de películas juntos. Hablamos de la estética que quiero. Ha sido bien gracioso porque en el proceso del corto del hindú despedí a tres camarógrafos en un mes. Uno me decía por qué no la hacemos en blanco y negro y yo quería que fuera bien Bombay, bien rojo y súper saturado. Cuando no coinciden con el tono de la película pues hay que cambiar. Claro que me encantaría trabajar con uno así para siempre…

¿Cómo desarrollas al personaje? ¿Lo desarrollas en papel o lo improvisas en el rodaje?
¡Nooooo! el actor se aparece el día del rodaje y se acabó. Todo va en la cabeza. El actor es al final el que dice las palabras. El proceso de este corto fue que yo era una inmigrante en NY, tenia que escribir en inglés que era un problema horrible entonces dije: Vamos a escribir mal inglés hagamos algo que más o menos refleje mi situación. Claro lo de la morgue era buscar un poco la metáfora de la soledad, es casi incluso un cliché… de llamar a gente y hacer pasadas y a partir de eso seguir a un personaje.

Me gustan estas historias que son circulares que empiezan y terminan en el mismo sitio. Te hago creer que hay un cambio pero al final no hay nada y te llevo a este mundo rarísimo por 15 minutos. Y te identificas pero estás con esa duda de si debes o no identificarte porque el personaje en cuestión no es lo más ético del mundo.

Eso si yo siempre he tenido problemas para escribir guiones con estructura, esta especie de escaleta. Me atraen mucho más los personajes raros, y ya los sigues por donde ellos vayan. Es como una excusa para la historia. Pero la premisa es un personaje raro o medio humano. Cosas así son las cosas que me gustan. Hago guiones que más son de personajes; no donde la acción o la estructura determinan, sino al revés.

Enlaces relacionados:

Entrevista: Roberto Benavides
Fotos: María Panta y archivo Rosario García-Montero
Video: Luis Ramos
Edición: Antolín Prieto
Lima, 12 de enero de 2007

14 respuestas a “Entrevista a Rosario García-Montero”

  1. Espero que la cineasta Rosario reciba apoyo para poder continuar con sus proyectos y plasmarlos pronto en un largometraje. Al igual que los nuevos talentos Peruanos no dudo que su material sea un exito. No le deseo suerte ya que no la necesitará.

  2. Espero que grabe pronto su primer largometraje. Muero por ver ¨Las Malas Intenciones¨ en la pantalla grande. ¡Estoy segura de que será un exito!

  3. Esta chica tiene claras sus ideas! Estoy convencido que llegará lejos. Me gusta mucho su estilo y el humor negro que impregna en sus trabajos. Espero con ansias su largo.

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