Así como lo leen. Universal Pictures añade a la colección de esta era de saqueos a una de las películas más interesantes del canadiense David Cronenberg. Videodrome, como casi todo el cine de su autor, era una cinta experimental, arriesgada, de un gusto mórbido e inquietantemente profética. Su punto de partida era una incierta intriga en la que Max Renn (James Woods), el dueño de un pequeño canal de cable, se involucra poco a poco con un extraño programa de televisión clandestino en el cual se presentan solamente actos aberrantes de sexo, tortura y asesinato (el cóctel ideal). Esa premisa se convertía a nuestros ojos en todo un tratado sobre la introducción del mundo del video que se ha estado masificando desde entonces.
La nueva Videodrome solo tiene confirmada la participación -obvia- del guionista Ehren Kruger (sí, el mismo de El aro). Según el anuncio de la compañía hollywoodense, la historia “incluirá las posibilidades de la nanotecnología dentro de un thriller de acción a gran escala”. No podíamos esperar otra cosa en el empeño de adaptar una obra tan fronteriza. Por supuesto, este solo será un pretexto para que los admiradores de Cronenberg volvamos sobre esa brillante película. La visión de un mundo, o mejor dicho, de una especie trastocada por su propia evolución y ritos cada vez más sofisticados y desbocados a la vez. Y encima con la presencia de la diosa mediática de la época, Debbie Harry…Long live the New Flesh!
(Vía /film)
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