Festival de Lima 2009: La nana

Publicado por

La nana es el segundo largo de Sebastián Silva, quien debutara en 2007 con La vida me mata. Sorprendió en la ceremonia de clausura con dos premios importantes, el de mejor ficción en el jurado de la Sección Oficial y el de la Crítica Internacional. Este resultado lo interpretamos como consecuencia de la caída, por anulación mutua, de películas de mayores pretensiones y logros expresivos, como La teta asustada, Gigante y Excursiones, pero con las suficientes resistencias para no tener consenso en los jurados, que son por naturaleza subjetivos e impredecibles. Parece que cierta estética minimalista, con distintos niveles de atildamiento y cálculo, que ha dado laureles importantes y presencia mundial al cine de América Latina, especialmente a través de fondos de fomento y festivales internacionales, está gustando menos y que un sector de la crítica ya busca otras propuestas menos rígidas.

Creemos que La nana tiene menos méritos que las obras antes mencionadas, pero no significa que sea una película desdeñable. Por el contrario, es un producto valioso que se comunica honestamente con el público, no intenta genialidades y aprovecha dramáticamente los recursos no muy holgados de los que dispone en una eficaz realización. Silva no piensa en ganar fácilmente taquilla colocando cualquier imán grueso, sino que, en clave de comedia dramática, narra con limpieza y construye un universo verosímil que, a su modo, recrea con imaginación las fracturas de la sociedad chilena. Plantea la ambigua convivencia de una trabajadora del hogar con una familia que, por el peso de la costumbre y la total dependencia adquirida, ha caído presa de su inquietante habilidad manipulatoria, por lo que cada intento de colocarle una colega ayudante es desbaratado por las maniobras y humillaciones de quien se siente insustituible y un miembro clave del hogar.

Raquel es uno de esos personajes que, en manos de intérpretes competentes, imponen un ritmo y un tono vertiginosos y realzan una historia previamente bien concebida. La actriz Catalina Saavedra, que hace tiempo viene interpretando en su país este tipo de papeles, incluso en televisión, se luce en un tour de force que nunca pierde consistencia. El guión es práctico y ordenado en la exploración de la particular personalidad de la protagonista y de los conflictos domésticos que provoca. Silva emplea principalmente una sola locación, una residencia pródiga en ambientes que potencia sus maquinaciones y correrías, en un reflejo de la peor discriminación, la que se da entre pares, donde las más débiles, la joven inmigrante peruana y la señora mayor, son las sacrificadas. Raquel pivotea con el ama de casa, su esposo e hijos, las sucesivas empleadas que pasan por la casa y luego el entorno de una de éstas, Lucy (Mariana Loyola), la única que consigue penetrar la coraza de una mujer que cada vez se muestra más agresiva y a la vez vulnerable, diezmada por serios problemas de salud, que intenta ocultar, y traumas irresueltos que se difuminan en su hermético mundo personal.

Esta entrada fue modificada por última vez en 21 de agosto de 2009 13:11

Ver comentarios

  • Estimados:

    Un comentario muy breve para a lo mejor, traten de ampliar su visión:
    Juan José: si tu conclusión es que "(...) se han escogido sistemáticamente películas que omiten cualquier referencia a asuntos sociales, políticos y culturales (...)", mi pregunta es ¿acaso el cine no es hacer referencia a asuntos sociales, y/o políticos y/o culturales?.
    Rodrigo: Respecto a que "(...) a los jóvenes no nos interesa la política (...)" (en el marco de tus expresiones respecto al cine), debo recordarte que todos somos seres políticos ¿o no?
    John: Respecto a La Nana y el hecho que "(...) la historia es consabida y más afín a guión de novela televisada", ¿qué opinas de los largos silencios del filme? Seguramente son el elemento central de toda historia que se puede ver en la televisión actual, además ¿acaso mucho del cine pasado y actual no se ha transformado en novela televisada?.

  • Rodrigo,
    No es que no acepte tu percepción, sino que no tiene sentido darle más vueltas a un asunto tan sencillo.
    Créeme, más fácil me hubiera resultado recomendarte leer todos tus comentarios en esta entrada para que te des cuenta que no clarificas NADA.
    Tal vez lo que persigas es superar al maestro, y que de cansancio acepten tu capricho (sólo para seguir tu curiosa comparación). Es una suerte que el señor Beteta no se canse de ilustrarnos con su análisis crítico.

    En lo que a mí concierne, desisto continuar el debate sobre este tema, no solo porque no me guste repetir los argumentos insistentemente, sino porque percibo que no comprendes lo que se comenta. Lanzas comentarios adjetivando pero en el siguiente te retractas o tergiversas. Para muestra sólo un botón:
    "... Y sí la película es una comedia crítica, una sátira contrarrevolucionaria o muestra la tolerancia (¿?) del régimen castrista es algo que la verdad no interesa."
    Pero luego dices: "no es que no me interese la política ni lo social (hablando de lugares comunes: a los jóvenes no nos interesa la política. Ajá), y creo muy válido que una película toque todos los temas sociales y políticos que quiera."

    Pienso que adjetivas demasiado, y caes en el error de comparar películas disímiles y otorgarle visos de maestría de forma bastante subjetiva. Tienes una percepción muy cuadriculada de las cosas, y no se trata que una película sea mejor o más que la otra (como insinúas abiertamente contrastando a "La Nana" con "El cuerno...")

    Y por supuesto que el señor Beteta está convencido de su apreciación, él es crítico, sabe lo que dice, y su percepción no se limita a cánones, parámetros, o teorías del cine. Creo que nuevamente confundiste lo que quería decir.

    El cine, hasta donde yo sé, es una manifestación artística, y si bien es cierto se presta a múltiples interpretaciones y apreciaciones subjetivas, hay cosas que son evidentes. No te sientas mal cuando hablo de segundos visionados, tú mejor que nadie debe entender de estas cosas. Más vale ser humildes que andar criticando a medio mundo y desautorizando opiniones que no se ajustan a las nuestras.

    Tienes razón, a veces el abuso de nombres ilustres ayudan a entender mejor nuestras explicaciones. Es cierto aquello que mencionas, pero también es cierto que el lenguaje cinematográfico se nutre de cada uno de sus componentes y no es exclusividad de la puesta en escena, al menos no de la forma como lo argumentas. Finalmente todos son vehículos, porque tu magnífica puesta en escena con un argumento deslucido no salvará la película.

    Decir que algunas películas latinoamericanas presentan una “clara influencia externa, artificio y falsa profundidad” no es etiquetar; tampoco tiene un carácter peyorativo. Simplemente que a veces tendemos a pensar que siguiendo al milímetro influencias cinematográficas con una evidente estampa de intelectualidad estamos por encima del resto, cuando en realidad no comprendemos que esas fórmulas resultan en otras realidades diferentes a la nuestra.
    ¿Todavía quieres que te mencione nombres?
    Qué bueno que te guste el cine, eso es saludable. Mi recomendación sería, ya que eres crítico, tratar de no parcializarte y comprender que el cine se presta a subjetividades, pero que como entendedor deberás darle un caracter objetivo para informar y educar a quienes leen tus referencias.

    Y ya cambia de página!
    Saludos,

  • John:

    La primera parte de tu respuesta cae en lo más fácil, que es decir que el otro es ignorante. Gracias por decirme, como profesor que no acepta la respuesta del alumno, que me aseguras que con otra visión mi opinión va a cambiar. ¿Cómo? ¿Me devuelves el valor de la entrada?

    ¿Quién ha dicho que el señor Beteta que "asume caprichosamente todo aquello que reclamo"? Yo estoy seguro que Juan José está muy convencido de su argumentación: por algo la defiende. Lo que sí no sé es si Juan Jose tiene capacidad de Thundercat y vea más allá de lo evidente, como señalas, al comprender el mensaje oculto; como si las películas fueran criptogramas o acertijos con mensajes escondidos para la comprensión de los iluminados. El cine, hasta donde yo se, no es un juego de Waldo.

    Por otro lado, es cierto que el cine utiliza la psicología de los personajes. ¿Pero la forma de mostrar esa psicología en Bergman es la misma que en Antonioni? ¿la de Sebastián Silva es igual que la de Claudia Llosa? ¿la de John Ford a la de Howard Hawks? ¿La de Godard a la de Truffaut? Es evidente que no. Y ahí se aplica la puesta en escena: en la manera en la cual cada uno de estos directores nos muestran esa psicología, como la configuran, como la muestran y la trabajan para generar lo que quieren. No es lo mismo la angustia en los personajes en Bergman que en Antonioni: los diferencia su forma de filmar y encarar a sus personajes.

    De acuerdo en que no hay que etiquetar. Pero decir que hay un cine de "clara influencia externa, artificio y falsa profundidad" no es etiquetar? ¿Por qué no das nombres y enumeras para que quede más clara tu idea? No importa si soy de derecha, de izquierda, de arriba o de abajo: a mi me gusta el cine. No sabía que los gustos cinematográficos definen la tendencia política.Si el hecho que no me guste El cuerno...me pinta como un conservador, allá tú.

    Saludos

  • Rodrigo,
    Creo que debería zanjarse este tema respecto a "El cuerno de la abundancia", no sólo porque J.J.Beteta haya expuesto de manera concisa y rebatido metodológicamente las observaciones sobre la misma; sino porque estás desfigurando la esencia que dio inicio a esta controversia.

    Cuando uno no sabe de un tema, o no lo comprende a cabalidad, es bueno escuchar y leer a quienes sí lo manejan para aprender de ellos. De otra forma, estaremos desnaturalizando el asunto, desinformando.

    Como el señor Beteta explicó, lo rico de esta película está en esos subniveles de lectura. La inteligencia de esta comedia es lanzar una crítica política (a una ideología) con sutileza y en clave de comedia.
    El CCPUCP está invitando a una presentación especial para la próxima semana, dado que esta película fue la más votada por el público que participó en el Festival. No vendría nada mal hacer un nuevo visionado contemplando todo lo expuesto por el señor Beteta para tener un mejor entendimiento. Aseguro que luego harás una reinterpretación favorable.

    El señor Beteta NO le da una mirada, ni asume o interpreta caprichosamente a su antojo todo aquello que le reclamas, sencillamente ha entendido el verdadero trasfondo, ha decodificado el mensaje "oculto" de su particular "comedia".
    Algo que en La Nana no se observa, porque sus motivaciones son distintas y tampoco necesita hacer gala de todo aquello, si consideramos que la película gira entorno al personaje protagónico y todos sirven como vehículo para su lucimiento.
    Y lo dejo ahí porque evidentemente J.J. Beteta no necesita que lo defiendan.

    Por otra parte, muchas veces es mejor comprender sobre ciertos temas que involucrarse en ellos sin pleno conocimiento. De alguna manera, toda película hace apología de algo, y eso según entiendo, es una forma de política.
    La cinematografía no solo se vale de la puesta en escena (tantas veces sugerida por ti), muchas veces se explota la psicología del protagonista por sobre todo, con resultados elocuentes.
    Lo que verdaderamente importa es el enfoque, de cómo se transmite el mensaje. Y si éste llega de manera satisfactoria o fracasa en el camino, es pericia del director.

    Comparto tu idea, me gusta pensar que la gente es inteligente, aunque a veces no comprenda del todo las propuestas que se presentan a sus ojos o subestimen a aquellas que no exhiben ciertas etiquetas asignadas a lo que conocemos comúnmente como "cine culto" (sino, cómo explicamos tanta vuelta con "El cuerno de la abundancia, eh?). Y este mal aqueja principalmente a los nuevos críticos, a los jóvenes que saben más de Tarkovski o la Nouvelle Vague (sólo por ejemplificar) que de realidad nacional.

    Yo defino como "Cultura Latinoamericana" a la denominación que busca agrupar las diversas manifestaciones de nuestros pueblos, que aunque difieran en términos geopolíticos se mantienen unidos por un mismo sentimiento, por una misma idiosincrasia. De otra forma, no existirían denominaciones como "Festival Latinoamericano de Cine".

    Por qué etiquetar y caer en el engorroso tratamiento y comparaciones injustas entre fulano y mengano, como si uno tuviera mayor valía que el otro?. Comprendamos nuestra riqueza cultural y hagamos de nuestras diferencias la oportunidad para encontrar caminos de confluencia.
    Precisamente el problema está cuando ensalzamos propuestas con clara influencia externa, llenas de artificios o falsa profundidad. O me vas a decir que luego de enumerar títulos en tu comentario previo ahora reafirmarás tu lado "progre"?

    Lo peor de todo es que me temo que aquella expresión, "realismo mágico", tiene nombre propio. Será que estamos tan acostumbrados a temas comunes y propuestas vacías e intrascendentes que cuando vemos algo potente, reflexivo y cercano, se activan nuestras resistencias y caemos en la negación?

    Creo que deberíamos empezar a reflexionar sobre esto antes de iniciar algún otro debate.
    Saludos,

  • Hola Juan Jósé:

    Evidentemente, una cinta cubana no va a mencionar a Fidel Castro para criticarlo. Hasta donde sé, la isla no acepta muy bien las críticas que vayan en contra de Fidel (por algo hay partido único y no hay diarios de opisición), así que una película que lo haga probablemente no sólo no sea producida, sino que el director va a ver muy complicada la continuidad de su carrera.

    Efectivamente, son las acciones en "El cuerno..." aquellas que van marcando esa mirada que tú le das a la película, y que yo comparto. Pero esas acciones aparecen ilustradas y explicadas a partir de esquemas simbólicos, para que todo quede muy claro. Esto hace que la crítica aparezca como una evidencia, como algo que nace de la frase hecha. No es que el chiste me lo tome en serio: es el tipo de chiste que me puede divertir pero que sé que es medio monse. Cuando yo hablo de "La nana", no hablo de acciones solas: hablo de acciones expuestas a partir de un trabajo de puesta en escena que va gnernado todo un mundo, mundo que, de nuevo, no escapa del mero lugar común en "El cuerno..."

    Una respuesta para John: no es que no me interese la política ni lo social (hablando de lugares comunes: a los jóvenes no nos interesa la política. Ajá), y creo muy válido que una película toque todos los temas sociales y políticos que quiera. Excelentes películas (desde "A face in the crowd" de Elia Kazan hasta "Michael Clayton" de Tony Gilroy) hacen de la política su tema. Pero lo hacen a partir de un trabajo de puesta de escena, que es el único vehículo para comprender las motivaciones del director. Sino, todas las películas, por tratar un tema en particular o buscar pasar un mensaje, tendrían que ser buenas, y no es el caso. Me gusta pensar que la gente es inteligente, y que puede comprender las cosas sin necesidad de subrayados obvios ni de ir marcándoles el mensaje.

    Lo que mencionas sobre "cultura latinoamericana" (¿Hay una sola cultura?¿No es tan cultura Lisandro Alonso como García Márquez?¿O te refieres a que hay que seguir la senda que le gusta tanto a los europeos del "realismo mágico"?¿Esa es nuestra cultura?) es muy discutible y da para todo otro debate.

    Saludos

  • Hola Rodrigo

    1) No me parece sensato que utilices los mismos criterios (que tú llamas puesta en escena) con que juzgas a La Nana para juzgar El Cuerno de la Abundancia. Son dos películas distintas. Es obvio que la nana sea reticente, por sus condicionamientos laborales; pero no se puee pedir tal reticencia a los personajes de el Cuerno.

    2) Te molesta que en el Cuerno "todo esté dicho", se vocifere todo y que el espectador no se inmiscuya. ¿Todo está dicho? ¿Te has percatado que, para muchos (quizás millones), aparece Fidel Castro en la pantalla, que aparecen tensiones profundas al interior de dos grandes grupos sociales, que el Partido Comunista aparece allí nítidamente retratado.

    ¿Alguien menciona a estas personas o instituciones en la película? ¿alguien lo vocifera? ¿acaso hay algún debate político en estas historias? Y sin embargo, todo eso, NUNCA MENCIONADO, está allí presente todo el tiempo.

    Al igual que, como dices, en La Nana: "las acciones mismas van generando esa tensión a partir del trabajo de puesta en escena, que va haciendo entrar el lado más obscuro de Raquel en la cotidianidad, cosa con la que el thriller ha jugado siempre"; en El Cuerno "las acciones mismas van convirtiendo esas tensiones en humor, haciendo entrar en medio de todo el palabrerío la imagen de la situación de un país, cosa que con la que la parodia habitualmente juega".

    Por tanto, el público se inmiscuye mucho, muchísimo más allá dem lo que imaginas. Porque no se queda en lo enunciado (aunque lo disfruta), sino también en aquello que está mostrado por las imágenes y las acciones, aunque nunca está dicho explícitamente por nadie.

    Y esto se contruye también con procesos de significación que nunca se enuncian, en hasta al menos tres niveles que te señalé en mi post anterior y no repetiré. Esto también te niegas a mirarlo y lo confundes con los asuntos "temáticos", que en realidad son meros efectos de todo lo anteriorm (pero que también tienen su importancia).

    Por la envergadura de estos dos niveles, veo a La Nana muy limitada con respecto a El Cuerno. Y, aunque yo entiendo muy bien (y comparto) tu análisis sobre La Nana (aunque no me encandila tanto como a ti, porque son la viejas fórmulas del thriller y el drama bien manejados y bien light), lo que no entiendo es por qué tú te niegas a mirar los mismos procesos que ocurren en El Cuerno, aunque sean los de la comedia y la parodia.

    Es como si te contaran un chiste y te lo tomaras en serio. Obviamente la alusión irónica incluida en el chiste te la perderás.

    Finalmente, tienes razón al proponer una comparación de estas películas con las del pasado; pero no desde tu concepción estratosférica y limitada, sino desde un punto de vista integral, histórico y estético. Algunas de las recientes cintas cubanas hacen un juicio profundo, que va más allá del presente. Y aquí entraríamos a un análisis fascinante, aunque quizás algo sombrío. Pero ese es otro tema.

    Pienso, como dice John, que ya nos estamos repitiendo. Sobre lo del debate, no depende de mi. Lo consultaré.

    Saludos.

  • Rodrigo,
    Creo que le estás dando vueltas a lo mismo, pero con cada nueva réplica caes en mayores excesos.
    Asumo que por tu juventud no te interesan temas políticos y sociales que puedan encontrarse como subtextos o encubiertos por un tratamiento "convencional". Sin embargo, como crítico en ciernes, debes contemplar todas las motivaciones del director para enmarcarlos dentro de su propuesta y no limitarte a lo que aflora en la superficie o se hace más que evidente.
    Si lo que acusas fuera cien por ciento válido, entonces la cinematografía debería resumirse en docena y media de títulos, cada cual más complejo que el otro.
    Como se ha venido repitiendo, como ha quedado evidenciado en la premiación, Latinoamérica debe forjar su propia identidad y hacerla dejando las pretenciones culturosas que tanto nos gusta a muchos, porque no puede pretenderse generar cultura cinematográfica con un cine exigente que no conecta con el espectador promedio.
    No estoy diciendo que deba pensarse en películas ligeras y vacuas aptas para todos, por el contrario, debe promoverse un mayor acercamiento con la sociedad y culturizarla, permitirle que observe su realidad y la de los otros y a partir de estas experiencias transmitirle un mensaje que sea útil y replicable.
    En ese sentido, "El Cuerno de la Abundancia", aunque bastante convencional y extremadamente light para la mayoría, tiene el plus de cargar consigo un mensaje, una moraleja, a traves de situaciones que son fáciles de identificar como propias dentro de nuestra cultura e idiosincrasia latinoamericana.
    Ya que mencionas a "La Nana", nadie niega de su calidad, pero la historia es consabida y más afín a guión de novela televisada. El punto fuerte es la actuación de su protagonista y el trasfondo de su psicología, la idea de "humanizarla" a lo largo de la película aunque sea haciendo uso de argumentos por demás convencionales.
    Pero "la nana" no tiene el magnetismo ni la profundidad de Fausta; ni la película logra conectar o sensibilizar como La Teta Asustada.
    Saludos,

  • Hola Juan José

    Estoy de acuerdo con la idea de cosntrucción de sentidos. Toda película trata de construir sentido. Todo lo que tú mencionas (que son elementos temáticos) los puede ver alguien más o menos informado sobre la situación de Cuba. Y sí la película es una comedia crítica, una sátira contrarrevolucionaria o muestra la tolerancia (¿?) del régimen castrista es algo que la verdad no interesa. En todo caso, interesa como el director maneja todos esos códigos a partir de una puesta en escena y un apropuesta cinematográfica interesante.

    ¿Cual es la propuesta de "El cuerno..."? Ponernos a estereotipos distintos vociferando sus problemas y sus ideas, sin dejar que el espectador se inmiscuya de verdad. Los problemas de cada uno de los protagonistas quedan muy claros porque los dicen y los gritan. ¿Como me entero que les molesta no tener intimidad? Porque lo gritan. ¿Como me entero que la mujer con la que se va a la Habana lo desea? porque lo dice. No hay lugar para el erotismo ni para la frustración: todo tiene que ser dicho para el chiste fácil. Listo, mensaje recibido. Recibido a partir de una puesta en escena ilustrativa, de sainete, más cercano al teatro o a la televisión que al cine, donde la única forma de develar la que tú llamas "realidad" es a partir del dicho y no de la puesta en escena. En serio, no veo mucha creatividad cinemaotgráfica en eso.

    La nana es mucho mejor película. Vemos, es cierto, al personaje de Raquel trabajando, mientras vamos a entrando en una rutina. No vemos a Raquel diciendo: "Oh, tengo que trabajar todos los días con esta familia". La película se va metiendo en la cotidianidad de la protagonosta, una cotidianidad que nos hace, desde un primer momento, sentir cierta tensión. La vemos maltratar a las empleadas que la ayudan: la tensión aumenta. Nada está dicho: las acciones mismas van generando esa tensión a partir del trabajo de puesta en escena, que va haciendo entrar el lado más obscuro de Raquel en la cotidianidad, cosa con la que el thriller ha jugado siempre. Y, de pronto, llega esta nueva empleada, con la cual se crea una complicidad. Raquel no dice: "me cae bien la nueva nana": los espectadores lo descubrimos gracias a la mirada del director que nos revela un mundo, un mundo atado al que vivimos; mucho más apegada, en mi opinión, al mundo simplificado que nos muestra "El cuerno...", por más revelaciones que digas pueda tener sobre Cuba. Para mí la diversión está en que las películas me muestren y me alumbren un poco más el mundo en el que vivo, y no que me lo digan en base a esquemas, de los cuales siempre voy a desconfiar.

    Finalizo con los géneros. Un género no es un formato: es un modo de organización de la ficción. Y dentro de esa organiación, hay millones de formas de enfocarlo: no es lo mismo un policila de Jules Dassin que uno de John Houston, o que uno de Michael Mann. Y se puede encontar, es cierto, mucha originalidad en "las viejas formas": "Sin lugar para los débiles" de los Coe, "Petróleo sangriento" de P.T.Anderson, "El tren de las 3:10 a Yuma" de James Mangold, "Colateral" de Michael Mann o "Supercool" de Greg Mottola son películas que miran al pasado en el país más importante del mundo, pero encontrando cosas nuevas, ritmos y energías distintas. El género no necesariamente implica no ser original. "El cuerno..." no es original no porque sea comedia, sino porque utiliza elementos cinemaotgráficos muy primarios, con una puesta en escena considerada vieja hace 30 por lo menos, inlcuso dentro del cine cubano. Mira "Memorias del subdesarrollo" o "Lucía" para que veas la diferencia.

    Por último, Ricardo Bedoya (bah, mi viejo) propone transladar este debate en vivo y en directo el próximo jueves 27 de agosto, en el balance que se va a hacer del festival, en el británico de Miraflores.

    Saludos

  • Hola Rodrigo. No había terminado. Aquí siguen apreciaciones adicionales.

    Esta discusión sobre los formatos tradicionales y conservadores no es nueva.

    Mira que ya a medidados de 1800 un compositor llamado Johannes Brahms componía sus obras según formatos de casi dos siglos atrás. Y por supuesto que era considerado como un anacronismo vivo y atacado sin piedad por las nuevas corrietes lideradas por Liszt y Wagner, paladines de la "música del futuro".

    Pero incluso su archirrival Wagner, que era muy parco en elogios a terceros, hubo de reconocer que "es increíble cuánto se puede extraer de esas viejas formas cuando lo hace alguien que sabe manejarlas" (cito de memoria, pero esta es la idea).

    Naturalmente, Brahms y Wagner son pilares de la música occidental. Y hoy, fuera de gustos personales, a nadie se le ocurriría decir que Brahms es "menos" que Wagner, por usar los esquemas de barroco y el clasicismo; como se afirmaba en su época. ¿O si?

    Ambos usan estructuras diametralmente opuestas, pero NO EXCLUYENTES. Simplemente son distintas y obedecen a presupuestos estéticos diferentes. Pero las obras de ambos son, estéticamente, soberbias por igual.

    De igual forma, y salvando las distancias (que son muchas), el cine cubano sería como un Brahms del siglo XXI, pero no porque sus cineastas no hayan evolucionado, sino porque TODO UN PAÍS NO HA EVOLUCIONADO.

    Cuba está atascada, en algunos aspectos, en los años 50 y, en otros en los 60 y 70. Mientras buena parte del mundo ha cambiado, Cuba se ha quedado estancada. De allí que, de pronto, cosas que creíamos muertas y sepultadas (o que ni siquiera sabíamos que existían), son "redescubiertas" y se vuelven ORIGINALES y hasta populares. Ejemplo: Compay Segundo y similares.

    Algo parecido ocurre en el caso del cine. Las viejas formas se recrean una y otra vez, con mayor o menor éxito, hasta convertirse en una tradición única. Como decía Wagner, es increíble cuánto se puede extraer de estas viejas fórmulas cuando hay quien sabe hacerlo.

    Así, la originalidad de al menos algunas de la películas cubanas recientes surge del contraste entre la vieja tradición y las nuevas corrientes estéticas internacionales. Lo cual no deja de ser irónico.

    Naturalmente tú no verás ni la originalidad ni la ironía ya que estos son asuntos que ocurren en el planeta llamado Tierra y no son tomados muy en cuenta en tu enfoque restrictivo, alejado de los asuntos mundanos, y que te hacen perder buena parte de la diversión.

    Aún hay algunas ideas más sobre el cine cubano (no sólo sus luces, también faltan sus sombras), pero los dejo para mañana.

    Saludos.

Esta web usa cookies.