Llama la atención el conflicto que enfrenta al poderoso George Lucas con Andrew Ainsworth, el diseñador de los uniformes de los Stormtroopers, las tropas de asalto del Imperio en Star Wars. Uno de los aportes a la industria que significó el éxito de la primera entrega de la saga, en 1977, fue el merchandising, la comercialización de todo tipo de objetos alusivos a la película, que hizo millonario a su director, frente al escaso interés de la 20th Century Fox por ese aspecto, y ayudó a crear su propio imperio empresarial. Tres décadas después, cuando el concepto está consolidado en la actividad cinematográfica y es todo un estandarte de Hollywood, Lucas ha tropezado en el litigio que emprendió por la decisión de Ainsworth de explotar comercialmente sus creaciones, haciendo réplicas en su estudio inglés de los moldes originales de los trajes y los cascos de los soldados, y vendiéndolas por Internet.

La batalla empezó en el 2004 y favoreció al cineasta en la justicia de Estados Unidos, que en el 2005 prohibió a Ainsworth vender sus armaduras en ese país por vulnerar la legislación sobre derechos de propiedad intelectual. Sin embargo, la comercialización continuó y Lucas entabló en marzo pasado una demanda por diez millones de libras en Inglaterra, ante la cual un tribunal londinense ha señalado que los derechos de los diseños son propiedad de su creador. El director norteamericano ha anunciado que insistirá en sus demandas en instancias superiores, y ha encendido las alarmas en los predios hollywoodenses. «Esta sentencia supone un grave quebranto en la protección de los derechos de copyright que perjudica no sólo a Star Wars, sino que pone en peligro a cualquier otro éxito cinematográfico, desde Harry Potter hasta Dr. Who», declaró un portavoz de Lucasfilm al diario británico Daily Telegraph.

Yapa. Vean a los Stormtroopers en sus moldes y en acción en Star Wars.