César Vallejo y sus referencias en el cine

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En el día de su 120 aniversario, buscamos referencias a César Vallejo en el cine peruano. No encontramos -ni recordamos- mucho, más allá de un puñado de apariciones o menciones en películas hechas en nuestro país.

Lo que sí encontramos fue una película sueca inspirada en el poema «Traspies entre dos estrellas» del vate peruano. El filme titulado Canciones desde el segundo piso («Songs from the Second Floor» en inglés. «Sånger från andra våningen» es su título original) fue ganadora nada menos que del Premio del Jurado en el Festival de Cannes del 2000. Todo un hallazgo. Vean unos extractos de la película a continuación, con subtítulos en español:

Según la información en YouTube: «Esta película es una comedia-dramática surrealista, escrita y dirigida por Roy Andersson, que trata, entre otros, de la historia de un padre con un hijo que se volvió loco por escribir poesía (la poesía era de César Vallejo)». Aquí pueden leer el poema “Traspies entre dos estrellas”, y más comentarios sobre la película sueca.

En el cine peruano hay que mencionar La yunta brava (2000) de Federico García, película biográfica de José Carlos Mariátegui donde hace una aparición Vallejo. También hay una referencia a él en Diarios de motocicleta (2004), una producción argentina que se filmó, en parte, en Perú. Por cierto, en YouTube podemos escuchar al Ché, el firme, recitando «Los heraldos negros».

El mismo poema que Jason Day recita en la escena inicial de Máncora (una producción española-peruana del 2008), dirigida por Ricardo de Montreuil:

En YouTube también se pueden ver las únicas imágenes en video de César Vallejo en persona. Un cameo, que le dicen. Además, un cortometraje peruano basado en el cuento Paco Yunque.

Extra: César Vallejo también escribía sobre cine. Entre sus textos destaca su apreciación de «La quimera de oro» de Charles Chaplin. El encuentro de dos grandes.

Esta entrada fue modificada por última vez en 20 de marzo de 2012 16:34

Laslo Rojas Contreras

Editor de Cinencuentro.com. Miembro de la Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica, APRECI.

Ver comentarios

  • Más que una historia lineal, esta película es una serie de escenas, en efecto tragicómicas, que retratan una sociedad vieja y vacía que literalmente no sabe hacia dónde se dirige. Hay un atolladero de autos que, coincidentemente, van en la misma dirección, un atolladero que dura todo el filme. Hay un niño que es sacrificado por los adultos, quienes lo arrojan de un despeñadero después de explicarle lo necesario de su sacrificio. Hay un centenario y senil general ya sin memoria en un hospital que recibe un homenaje y que, en tal ceremonia, se revela como un nazi. Hay un fracasado vendedor de crucifijos que decide quemarlos ya que nadie se los compra. Salvo el niño, los personajes son viejos, inexplicables, anonadados y vacíos. La única lucidez que queda es la del poeta que va repitiendo una y otra vez los mismos versos de Vallejo.

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