[Crítica] «The Revenant», un festín visual para una travesía agobiante


El director mexicano Alejandro González Iñárritu parece tener una cierta fascinación por la miseria y el sufrimiento, como demuestran sus películas «Amores perros», «21 gramos», Babel y Biutiful. Cuando parecía que con Birdman le daba un bienvenido giro a su carrera, en El renacido (The Revenant) vuelve a retomar su obsesión con el dolor extremo como una forma de redención.

En 1823, el expedicionario Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) caza y recolecta pieles junto a un grupo de hombres en las profundidades más salvajes de Estados Unidos. Tras el brutal ataque de una osa, Glass queda gravemente herido, pero es abandonado a su suerte y dado por muerto, a la vez que su hijo adolescente le es arrebatado. Glass debe superar las más terribles adversidades para recuperarse y vengarse de quienes lo traicionaron.

The Revenant Leonardo DiCaprio

Lo más valioso de «El renacido» está en el festín visual que nos regala la fotografía de Emmanuel Lubezki. Es un espectáculo tan asombroso como estimulante, en el que los paisajes de ríos, bosques y nevados son filmados con una belleza sobrecogedora. Y el mérito es mayor si recordamos que Lubezki filmó toda la película con luz natural.

Por su parte, la escena del ataque de la osa es, de lejos, la mejor de la película. Los efectos visuales que han recreado digitalmente al animal son totalmente convincentes, tanto que es inevitable sentirse tendido en el bosque boca abajo, con la respiración de la osa en la nuca. Es una escena tan bien ejecutada que todo lo que viene después palidece en comparación.

Leonardo DiCaprio ofrece una actuación intensa y comprometida. Aunque él haya interpretado antes a incontables personajes que han sufrido grandes tragedias, se nota que este es el rol que le ha demandado más a nivel físico, por todas las vicisitudes que enfrenta Hugh Glass, muchas de ellas casi inhumanas. El inminente Oscar que DiCaprio recibirá por «El renacido» no solo será un premio al gran esfuerzo puesto en esta actuación, sino también será un reconocimiento a su trayectoria.

En el papel del antagonista, el actor inglés Tom Hardy logra una sólida réplica a DiCaprio. Su personaje, John Fitzgerald, es hostil, egoísta y manipulador, pero Hardy no lo interpreta como un villano, sino como un hombre resentido e inescrupuloso, al que solo le importa salvarse a sí mismo, aunque eso a veces le genere ciertos conflictos internos.

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The Revenant

Con 2 horas y 36 minutos de metraje, este relato de supervivencia se alarga mucho más de lo necesario. El director Alejandro González Iñárritu siente la imperiosa necesidad de estirar la historia con la inclusión de varias escenas que se sienten repetitivas y cuyo único fin parece ser el de subrayar una y otra vez el sufrimiento inenarrable que enfrenta Hugh Glass y todos los obstáculos que debe atravesar para ejecutar su plan de venganza.

De igual manera, otro elemento que no encaja tan bien son las alucinaciones que tiene Hugh Glass sobre su esposa fallecida, una india americana. Es un recurso que pretende ahondar en el drama familiar, pero en vez de presentar al personaje en un solo flashback que aporte la información necesaria sobre su pasado, aparece varias veces como un ángel que flota en el aire.

«El renacido» es como una travesía agobiante, en la que el hermoso paisaje no puede disimular que a veces el trayecto dé vueltas en círculos o que las incomodidades extremas lleguen a producir un inevitable agotamiento. Con sus aciertos y excesos, pasará a la historia no como la mejor película de DiCaprio, pero sí como aquella que le permitió ganar su ansiado primer Oscar.

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