Festival de Cannes 2017: «Rodin», de Jacques Doillon


Cuatrocientas personas en cola. Una hora y media de espera. Tres guardias de seguridad. No es la inauguración de una nueva discoteca ‘in’ de la ciudad de Cannes sino la cola para el estreno de «Rodin», una película sobre el célebre escultor francés del s. XIX.

En la cola: Piero, Gerard, Joseph; tres jubilados joviales haciendo los previos. A Gerard, robusto en camisa de jean, Mastroiani no lo impresiona tanto como Gassman y duda si Vincent Lindon, el intérprete de la película, es un buen actor o no. Sus amigos dan un salto. Joseph, cinéfilo bulímico, recuerda que Lindon ganó el premio a Mejor Actor aquí en Cannes el 2015 por “La ley del mercado”. Piero, escultor otoñal, explica que el actor se zambulló en la escultura sólo por el rol. Es un puro y duro, concuerdan.

Entramos luego de hora y media de cola (hemos exagerado, dijo Joseph). El azar y la falta de lugar hacen que me toque la primera fila justo al medio. Demasiado cerca para muchos, pero el protagonista americano de “Los soñadores” estaría encantado. La película comienza en el atelier de Rodin, con un primer plano de las espaldas masivas de Rodin en camisón blanco de trabajo. Este será el lugar privilegiado durante la película. El lugar de la pasión y del desgarro con su colega y amante Camille Claudel.

El Rodin de Lindon es, a su vez, el lugar de las contradicciones. Hercúleo contra el mármol, tímido contra sus críticos. Brutal contra la arcilla y enternecido por la huella de un caracol. Viril objeto de deseo resondrado la mitad del tiempo por Claudel y la otra por Rose, la madre de su hijo no reconocido, Auguste. Hijo predilecto de Francia pero acusado por sus críticos de métèque; mestizo, impuro.

Quizás la contradicción central y la más elocuente de todas. Quien fuera un escultor rockstar, adorado por sus modelos/amantes, ungido por la intelligentsia de la época también tuvo su dosis de rechazo y de incomprensión con su versión de Balzac. Quizás aquí está la clave para entender por qué al autor de “El pensador” se le acusaba de haber mostrado a la mujer carnal y libre, de “excitar la atracción por la proximidad de los cuerpos”, de amar a cuerpo más que los griegos llegando a autoacusarse de “poner demasiada vida en la escultura”. Si, tal parece que estamos ante un creador de problemas, en una época en que arte y política aún se agarraban a golpes. La nostalgia, que le llaman.

Rodin (2017)

Dirección: Jacques Doillon
Protagonista: Vincent Lindon
Productor2s:
Les Films du Lendemain
Artémis Productions
France 3 Cinéma
Wild Bunch
País de origen: Francia
Género: Drama biográfico

Conferencia de prensa de «Rodin», en el Festival de Cannes.

Miguel Lerzundi escribe guiones y dirige cortometrajes. Luego de haber realizado estudios de cine y filosofía en las universidades Paris 8 Vincennes Saint-Denis, Paris Ouest Nanterre-La Défense y la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de París, comenzó a colaborar con la productora Creatvspot México, cuyo cortometraje «Bajo la niebla» se mostró en el Short Film Corner de Cannes 2017. Ha escrito y realizado los cortometrajes «El baile del Checho» (2011) e «Interferencia/Indiferencia» (2010)


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