Se acaba la primera década del nuevo siglo, y llegan los balances de rigor. Uno que no podemos dejar de hacer es la revisión de las películas peruanas que a lo largo de los últimos diez años han pasado frente a nuestros ojos, citadinos o no, con ciertos picos y muchas simas. Tras una exhaustiva votación del equipo de Cinencuentro, encontramos las diez mejores cintas peruanas, en orden de preferencia:
- Días de Santiago (58 puntos)
- La teta asustada (55 pts.)
- Madeinusa (28 pts.)
- Chicha tu madre (19 pts.)
- El destino no tiene favoritos (15 pts.)
- Tinta roja (11 pts.)
- El caudillo pardo (8 pts.)
- Dioses (6 pts.)
- Paloma de papel (5 pts.)
Lo que dejamos constancia en nuestra elección es, probablemente, el resultado que más consenso tendrá entre la mayoría. Destaca notoriamente que, en general, los miembros de Cinencuentro consideramos como lo más importante del cine peruano a aquello que ha sido realizado por directores debutantes en estos últimos diez años. Así es como las primeras cinco posiciones son ocupadas por cintas con propuestas nuevas, e incluso insólitas, dentro del panorama local:
Días de Santiago, de Josué Méndez, nuestra favorita en conjunto, destaca como el primer acierto dentro de la nueva generación de cineastas nacionales, aquella que surgió luego de la sequía de la producción fílmica peruana que se produjo durante los años 90. Los temas no dejan de ser los mismos en este relato: juventud desorientada, desempleo, visiones personales de un extraño sobreviviente. Pero lo que la diferencia es la soltura a la hora de aplicar sus referencias. Esta es la película de alguien que ya no apela a seguir las tendencias de nuestros escasos autores hasta ese momento, sino que asume, con un abanico de mayores citas y guiños cinéfilos, avanzar más allá del habitual clasicismo practicado por cineastas como Lombardi, Tamayo, Huayhuaca o Durant, entre los más notorios de las décadas anteriores.
Pero es el nombre de Claudia Llosa el que se ha distinguido como el del más exitoso del cine peruano en estos años. Sus primeros dos largometrajes, Madeinusa y La teta asustada, dan cuenta de una de las opciones expresivas menos complacientes y más estilizadas que se haya visto desde la mejor época de Armando Robles Godoy, y los cortometrajes de Aldo Salvini. Su cine repleto de simbolismo y no poco misterio, ha sido también el que más polémicas viene desatando entre el público local. Con todo ello, esta década se cerró con su triunfo en el Festival de Berlín, y con su nombre ubicado entre los autores de mayor proyección internacional, y en ello no podemos dejar de mencionar el hallazgo que significó la actriz Magaly Solier.
Chicha tu madre y El destino no tiene favoritos, son dos opciones distintas pero igual de curiosas que intentan reinterpretar, a la realidad local, dos moldes también del cine de autor. En la primera hay una notoria tendencia por seguir la línea de esos retratos urbanos que se convirtieron, desde hace buen tiempo, en el primer estandarte del nuevo cine argentino. De hecho, el director Gianfranco Quattrini proviene de la producción audiovisual del país del sur. En el caso de la cinta de Álvaro Velarde, lo que tenemos es la interesante proyección de ese universo de gags que poblaron sus trabajos en corto, suerte de homenaje al tipo de humor que va de los reyes del cine mudo a Jacques Tati. Con todas las dificultades de producción en nuestro país, éstos siguen siendo nombres a los cuales seguir en sus próximos proyectos.
Para los anales de la historia del cine, estos son todos los filmes peruanos de la década. Son las películas que conocemos, de las que hemos escuchado, estrenadas comercialmente o de manera limitada en los años indicados. Muy probablemente existan algunas más, por lo que esta lista seguirá estando abierta a actualizaciones. Hasta ahora hemos contabilizado 170 películas en total, pueden revisarlas todas en esta página.
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