Entrevista con Héctor Gálvez, director de «NN – Sin identidad»: Una película de fantasmas


NN, el segundo largometraje de ficción de Héctor Gálvez Campos, es un nuevo estreno peruano que llegará a los cines este jueves 17 de septiembre, sumándose a esta saludable seguidilla de lanzamientos semanales de películas nacionales en el circuito comercial.

Habiéndose presentado previamente en el Perú, en el Festival de Lima 2014, con un auspicioso paso por festivales internacionales incluyendo un premio en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI), en Colombia, y su reciente elección como la candidata peruana a los Premios Oscar 2016, «NN – Sin identidad» se convierte en uno de los filmes peruanos más esperados del año.

Con la expectativa y el entusiasmo del pronto estreno a flor de piel, encontramos a su director Héctor Gálvez, con quien conversamos en extenso sobre su nueva obra:

Luis Ramos: Un concepto que parece definir bien la película es que se trata de «Una película de fantasmas» ¿Cómo surgió ese concepto?
Héctor Gálvez. Esa definición de una historia de fantasmas no salió de mi, fue de una de los jurados del World Cinema Fund, Marta Andreu, que fue jurado de documentales en DAFO en 2012. Yo fui a un taller que dictaba y en un momento una amiga en común, Fabiola Sialer nos presentó y Marta me dijo: «Ah sí, recuerdo bien tu guion, tu historia es una historia de fantasmas, ¿no?». Y claro, ella tiene más experiencia, es de esas personas que buscan definir una historia en algo muy concreto, un tagline, entonces me dije: «¿verdad, no? es una historia de fantasmas».

NN, Hector Galvez, Paul Vega, Isabel Gaona
Paul Vega e Isabel Gaona, protagonistas de ‘NN – Sin identidad’, de Héctor Gálvez.

Y sí pues, mientras iba haciendo una nueva versión del guion la historia se iba oscureciendo, se iba poniendo más densa, y también los personajes se iban apagando un poco, porque la labor que llevan estos antropólogos forenses es una cuestión con mucha carga. No solo es exhumar restos, es en qué contexto. No es que levantas el cuerpo de una persona que ha sido atropellada en la calle, son personas que están mucho tiempo desaparecidas y que han muerto de manera violenta. Y de una u otra manera te llenas de esa carga. Quizás sobrepasé la línea de ponerla muy oscura, muy densa, es algo que vengo pensando cuando veo la película un poco con distancia, porque ya ha pasado un año desde su primera proyección. Pero me salió contarla así en ese momento.

Luis Ramos. Aquí desempeñas la labor de guionista y de director al mismo tiempo. ¿Cómo fuiste tomando las decisiones?
Héctor Gálvez. Fue una mezcla de dos energías que iban siempre generando conflicto en mí. Yo me acuerdo que en las primeras versiones del guion habían más acciones, se verbalizaba más, era todo con mucha mayor vorágine. Tanto así, que el personaje de Paul Vega encontraba a la chica de la foto, y después saqué eso porque creí que iba a llevar el foco para otro lado que no era lo que me interesaba dejar como imagen final. Y te digo que era como un conflicto porque me decía: «Qué tanto llevo el drama o la acción de las cosas o qué tanto me centro en este personaje de Paul». Y creo que al final fui llevando la historia hacia el lado de Paul. Es decir, está la búsqueda por saber quién es este noveno cuerpo encontrado, pero me fui llevando más por el proceso que vive este jefe de equipo forense, este antropólogo.

Y es algo que también me he quedado pensando, he reflexionado después de haberla terminado. «¿Qué pasó, porque no fui por el otro lado? Por el camino de hacerla más intensa, con menos silencios, con más vorágine». No sé, no tengo la respuesta consciente. Creo que tiene que ver con mi manera de ser, porque yo soy un poco así, o sea, no verbalizo mucho, hago cosas sin necesidad de decir «voy a hacer tal cosa». Algo que yo le decía a ‘Pinky’ (Enid Campos) es que antes de hacer otro tipo de película creo que voy a tener que cambiar yo para que cambie el tipo de películas que hago (risas). Pero me interesa reflexionar sobre el porqué se toman esos caminos. Entonces yo decía: «No quiero llevar la historia solamente por las acciones que sucedan una tras otra sino meterme más en el mundo de este antropólogo forense».

Laslo Rojas. Al principio del proyecto tu decías que para distanciarte de Paraíso querías hacer una película distinta, dentro del género de thriller. ¿Qué pasó?
Héctor Gálvez. Claro, si tu lees el tratamiento inicial era como un remolino, pasaban un montón de cosas, el tema de la chica de la foto, todo era más intenso. Y creo que -porque soy muy autocrítico- siento que me dio miedo enfrentarme a hacer algo así, tan intenso, dije: «voy a bajarle ese remolino de acciones».

Laslo Rojas. Claro, porque al inicio tu decías que lo tomabas como un reto.
Héctor Gálvez. Si, era tomarlo como un reto y después sentí que tal vez se iba a desvirtuar la esencia de la película, pensaba que solamente se iba a convertir en un thriller. Es que ese es siempre el difícil equilibrio que uno quiere mantener. Quizás pensé que centrarme solo en la búsqueda iba a desvirtuar la película y fui llevando la historia más por lo introspectivo, más por adentro que por afuera, por dentro del personaje.

Luis Ramos. En la historia todos son víctimas, los deudos e incluso los antropólogos, pues llevan una carga pesada, pero no vemos al antagonista, no se menciona quién ocasiona las muertes. ¿Fue deliberada esta omisión?
Héctor Gálvez. Esa fue una intención desde el tratamiento. Pues más allá de decir quién mató, por qué los desaparecieron, por qué los mataron, quiénes fueron los que los llevaron a esas fosas, yo quería centrarme más en la cuestión humana, en ese duelo individual, tanto de estos familiares encarnados por el personaje de Antonieta Pari, como de estos antropólogos forenses, no quería politizar. Porque para la ficción -ojo, no estoy hablando como ciudadano- para la ficción, no me interesaba determinar, acusar, por eso no se menciona una matanza en especial, ni un lugar en especial, porque quería que eso quedara fuera de campo, fuera de foco, quería centrarme en el duelo, en el drama humano de estas personas.

Pero a mí lo que me gustaría -y tal vez estoy exigiendo demasiado al espectador- que el público se pregunte sobre el porqué de estas muertes. Me acuerdo que fue un comentario que recibí en una proyección de «NN». Me decían que ese tratamiento era bueno para la película, porque el tema de gente buscando familiares lo hace universal y también para que el público comience a averiguar, a preguntarse por qué desaparecieron tantos, por qué sucedió eso y que comiencen a investigar.

Y justo ahora que estamos con el estreno de «NN» salió esta campaña «#Reúne«. Me dijeron que querían proyectar la película a los familiares y me contaron los objetivos y coincidía con lo que decía de la película. Me dijeron que el mensaje central de la campaña «#Reúne» es que hay familiares esperando y hay que hacer exhumaciones para recuperar restos, más allá de culpar y señalar.

Por todo esto, cuando ya estaba en el rodaje y en la edición siempre me preguntaba: «¿Estaré a la altura del tema?», porque es un tema muy complejo, tiene muchas entradas, muchos actores, es muy compleja de abordar.

NN - Paul Vega

Luis Ramos. La burocracia es un tema que aparece en la película, la burocracia se convierte en el enemigo a vencer para los antropólogos y deudos.
Héctor Gálvez. Hablando de las conexiones entre Paraíso y NN, yo creo que en las dos el antagonista no es un personaje, es una realidad. Los chicos de «Paraíso» se enfrentan con ese entorno que los aplasta y los deja sin posibilidades. En el caso de «NN» Paul Vega se enfrenta a algo que no es una persona, no es un cargo, no es un político, es una infraestructura difícil de cambiar y manejar. Es la burocracia a la cual se enfrentan los personajes, y la imagen casi final de la película en esa azotea dice mucho. A propósito, cuando encontramos esa locación de la azotea estaba tal cual, no tocamos nada, cuando fuimos a pedir permiso les dijimos que no toquen nada, que no lo limpien. Esos monitores viejos y todo lo demás ya estaban ahí.

Luis Ramos. Hacia el final de la historia hay una resolución polémica, ocurre algo que hace el personaje de Paul, habría que saber si eso puede ocurrir en la realidad.
Héctor Gálvez. No, de ninguna manera, eso no ocurre en la realidad, es algo que no harían los antropólogos en la realidad. Pero claro, ese es el gran conflicto del personaje ¿no? Entre lo ético y lo humano. Es algo que hablábamos con Paul, le decía: «Que va a pasar después que haces lo que se ve ahí, yo no creo que vuelvas al trabajo al otro día sin más».
Yo me acuerdo que hasta pensé en una escena en la que Paul se iba de la ciudad, una escena final tipo «El custodio» (risas). Claro, porque él ha roto algo, es algo que no se puede hacer.

Luis Ramos. A diferencia de «Paraíso», en «NN» trabajas con actores experimentados, ¿cómo fue trabajar con un elenco de actores con trayectoria?
Héctor Gálvez. Sí, en el caso de «Paraíso» yo busqué a chicos que se acercaran a lo que yo tenía en el guión, ‘Nando’ (Joaquín Ventura) era lo más cercano a Joaquín, William Gómez era lo más cercano a Lalo. En cambio aquí era construir personajes de antropólogos forenses, pero ¿cómo es un antropólogo forense? ¿es un doctor, es un científico? Lo que intenté hacer era una especie de niveles, que cada personaje fuera un nivel. Estaba el personaje de Lucho Cáceres, que yo sentía que ya había sobrepasado los niveles de lo racional y lo irracional, estaba Paul Vega que estaba en ese término; y luego venia Isabel Gaona la colombiana; Gonzalo Molina; las chicas Fiorella Díaz y Andrea Pacheco; y Manuel Gold que era como el que recién entraba y se topaba con todo esto.

Ellos son actores que te van proponiendo cosas, son más exigentes con las indicaciones. Y en los ensayos fue muy interesante porque íbamos cambiando o dando vuelta a las escenas. Te hacían preguntas y te cuestionaban cosas: «¿Por qué voy a hacer esto, por qué tal cosa?». Y Paul también trajo con él cosas, por ejemplo habían escenas donde su personaje hablaba más, y él me decía «mejor me quedo callado o digo menos cosas». En general como proceso si demandó mayor construcción en todo sentido.

Por ejemplo el tema del local forense. ¿Cómo es el local? ¿Es como un ministerio público, como una morgue? Tuvimos que inventarnos cómo sería un local forense, yo quería que sea amplio, para ver las camillas y después ver el noveno cuerpo solo en el salón, quería que se sintiera solo ahí, como esperando que alguien lo venga a recoger, partí de esa imagen y quería que el local tuviera un pasadizo, no sé porque quería que tenga un pasadizo.
Y yo que venía de hacer documentales, que venía de hacer «Paraíso» que era una película con un look muy documental, donde la locación estaba ahí y se escribió casi a raíz de lo que estaba en ese entorno, entonces implicó también tratar de ponerme otro chip. Pero bueno, yo creo que el crear es siempre un salto al vacío y es probar cosas y salir de tu zona de confort, salir de tu zona cómoda y es lo que intenté hacer con «NN».

NN - Hector GalvezLaslo Rojas. Hay un punto de comunicación entre «Paraíso» y «NN» que es el personaje de Antonieta Pari, que de alguna manera guarda algunas similitudes en ambas películas.
Héctor Gálvez. Yo siento que siempre he sido recurrente en «Paraíso», Lucanamarca y «NN» con el tema de exhumar y sacar cosas de la tierra. En «Paraíso» los chicos van y dejan sus ofrendas, siento que ahí hay un hilo conductor y también está el tema de buscar la identidad, de buscar algo.

Laslo Rojas. ¿Cómo decidiste que Antonieta Pari tenga este rol protagónico?
Héctor Gálvez. Desde «Paraíso» sentía que podía funcionar. Igual en los primeros ensayos de «NN» me moría de miedo, porque no sé si la han visto fuera del personaje, en la vida real ella es muy locuaz. Recuerdo que en los primeros ensayos con Paul Vega, Antonieta llegaba riéndose, muy alegre, pero después se metía en el personaje y era genial. Y ha sido lindo porque como la película se ha presentado en muchos lugares en el extranjero, me decían: «pero la señora es realmente un familiar de un desaparecido». Yo les decía: «no, es actriz» y se sorprendían.

Luis Ramos. Claro, porque si bien la participación de Paul Vega, su personaje, es una confirmación de lo mejor de él como actor, en el caso de Antonieta Pari es una revelación.
Héctor Gálvez. Yo recuerdo que cuando editábamos la película con Eric Williams, le decía: «Si le dábamos más escenas a Antonieta le robaba la película a Paul Vega, en el buen sentido de la palabra» (risas). Ella tiene mucha energía, y tiene esto de que cuando la miras ingresas hacia ella, es como que algo te dice con la mirada.

Laslo Rojas. Es su rostro tan fuerte, sus rasgos, sientes que ha vivido todo lo que ocurre en la película.
Héctor Gálvez. ¡Exacto! Tú sientes que ha vivido.

Luis Ramos. Y todo el resto del cast está equilibrado, cada cual aporta, desde Lucho Cáceres, Amiel Cayo, Fiorella Díaz, Andrea Pacheco, hasta Manuel Gold, que apenas si dice una palabra, está todo el tiempo asustado.
Héctor Gálvez. Si, con Manuel era eso, le decía: «Mira, tú estás aquí, es tu primer trabajo, la exhumación de Lima todo bien, pero vas a la altura a exhumar y ves lo que ves y te dices, cómo voy a terminar». Hay una escena en el bus, Manuel mira a Paul y es como si dijera: «voy a acabar como él». Y esto salió también en conversaciones con antropólogos forenses, con José Pablo Baraybar. Él me decía que habían exhumaciones donde la gente se iba, dejaba todo y decían «esto no es conmigo». Porque una cosa es que te cuenten, otra meterte a una fosa, sacar huesos, rodillas, brazos, ropa. Y no es solamente la carga de lo que has encontrado sino de los familiares, ellos están ahí insistiendo con razón obviamente, porque tienen veinte, treinta años esperando respuestas y para ellos cada día que pasa es un suplicio. Eso es lo que los carga.

Luis Ramos. Los antropólogos son los que tienen el primer contacto con los deudos en las exhumaciones y eso está retratado también en la película en una escena en las alturas, cuando una familia se acerca a ofrecerles un poco de comida y música, una escena muy poética.
Héctor Gálvez. Esa escena la incluí ya cuando estábamos a punto de grabar porque eso me lo contó una antropóloga y me gustó por el detalle. Porque tú ves todas estas complicaciones que tienen los antropólogos y estos pobladores en su humildad son los únicos que les agradecen por lo que están haciendo. Este gesto de agradecimiento con lo poco que tienen me parecía lindo, que ahí en esa tarde, en ese frío, venga gente a agradecer con papita con huevo y su musiquita. Y me contaba la antropóloga que ese gesto los conmovió, se pusieron a llorar, era súper fuerte.

En otros lugares el trabajo del antropólogo forense es meramente forense, hacen el trabajo, la identificación por ADN y ya. Pero aquí está ese tema de los familiares, la relación. Ellos se ponen del lado de los familiares, los acompañan. Cuando estaba haciendo la investigación acompañé a José Pablo Baraybar y dos antropólogos a un juicio y las señoras al final de la sesión se acercaban y lo abrazaban. Ahí fue la primera vez que lo vi llorar a José Pablo, porque claro, te abrazan y dicen «gracias por estar aquí». Y ahí vuelvo a lo que decía antes. No sé si estoy a la altura del tema, porque tiene tantos niveles, es tan complejo. Me decía a mí mismo, «¿habrá quedado claro o no, habrá servido o no?». No lo sé.

Luis Ramos. Tú has tenido una amplia experiencia en las exhumaciones que se realizaron en el contexto de la Comisión de la Verdad, supongo que eso te sirvió mucho, ¿no?
Héctor Gálvez. Para mí la etapa de la CVR y codirigir el documental Lucanamarca con Carlos Cárdenas, ese tema de las exhumaciones, de los féretros, cómo hacen el trabajo los antropólogos, cómo conviven, eso yo lo vi en la realidad y me sirvió mucho. Fue un trabajo de campo y en ningún momento pensé que haría una ficción así. Pero claro, en las exhumaciones siempre había estado del lado de los familiares, no del lado de los especialistas. Entonces tuve que investigar y me entrevisté con ellos, y ahí salieron esos detalles como la familia que se acercó, y otros detalles.

Laslo Rojas. Presentaste la película en el Festival de Lima el año pasado, y ahora tienes una versión con ciertos cambios. ¿Qué te motivo a realizarlos?
Héctor Gálvez. Fue cuando vi la película en el Festival Internacional de Roma, quizás era porque ya estaba un poco mas distanciado. La vi y empecé a decir: «por qué no pongo esta escena [que se había quedado fuera de la edición] y por qué no saco esto». Iba viendo y tomando apuntes. Ahí sentí que me había sobrepasado con la densidad, la película ya era como un ladrillo que te caía en la cabeza, dije: «esto es demasiado, démosle un poco de aire».

Laslo Rojas. Una imagen muy icónica es ese pasadizo con las fotos en la pared por donde camina Fidel. Es impresionante esa pared con fotos de desaparecidos.
Héctor Gálvez. Si pudiera resumir la película en algunos planos, esa imagen de Paul pasando por el pasadizo estaría en el resumen. La idea era que fuera un pasadizo interminable, queríamos que la pared con fotos siguiera pero no conseguimos más fotos. Las fotos son de desaparecidos de verdad, las pedimos a la Coordinadora de Derechos Humanos y nos las dieron.

Luis Ramos. Por lo que vemos en la película, por la fotografía, el arte, la edición, se nota que has tenido un equipo técnico de calidad y muy homogéneo. Cuéntanos un poco ese trabajo.
Héctor Gálvez. Tuvimos un rodaje súper cómodo y súper llevadero para todos, se creó un ambiente ideal, no digo que no hubieron contratiempos, pero fue un rodaje que fluyó. No sólo porque las cosas de producción estaban a tiempo sino porque había un buen espíritu, todo estaba sintonizado. Hubo un buen trabajo de preproducción y fueron seis semanas de rodaje, algo que ya casi no se da, ahora se rueda en cuatro o cinco semanas.

Estuvieron Eduardo Camino en la dirección de arte, Mario Bassino en la dirección de fotografía, Eric Williams en la edición, Enid «Pinky» Campos en la producción general, Carolina Denegri como jefa de producción, Silvana Aguirre en la asistencia de dirección que aportó mucho. La sonidista colombiana Isabel Torres, Midori Betancourt que hizo el script, Lucho Cateriano y Koko Prado en la cámara, estuvo Aaron Rojas como asistente de arte, Jhovanna Villamil en vestuario, un lujo todo el equipo.

Luis Ramos. Y también Pauchi Sasaki en la música.
Héctor Gálvez. Claro, con Pauchi fue muy bonito porque ella estaba en Estados Unidos cuando ya tenía un corte de edición y le pregunté si podíamos trabajar y me dijo que sí. En ese corte yo había identificado uno o dos momentos de música, pero después Pauchi me propuso, ella siendo muy sensible, muy inteligente, me dijo: «Como Paul no dice mucho, vamos a hacer que la música diga cosas por él, le ponga palabras a lo que está sintiendo». Fuimos por ahí, poniendo momentos musicales que antes no los tenía planeados.

NN, Hector Galvez

Luis Ramos. También está el tema de la coproducción, son gente con la que ya trabajaste en «Paraíso» y otros coproductores nuevos.
Héctor Gálvez. Con «NN» tuve mucha suerte, claro que el proyecto estaba bien, el guion estaba solido, pero tuve suerte de ganar casi todos los fondos a los que postulamos. En el caso de Colombia, desde las primeras versiones de guión quería que una antropóloga fuera colombiana, me gustaba el dejo, sentía que podía ser más cálida, que le podía dar calidez al personaje que estaba siempre con Paul, que podía quitarle densidad al personaje de Paul. Y en Cartagena cuando estuve con «Paraíso» conocí a Jorge Botero de Séptima Films y después lo encontré en Bafici, ahí nos fuimos sintonizando y funcionó. Con Paulo de Carvalho y Gudula Meinzolt de Autentika Films ya veníamos de «Paraíso», con ellos ganamos el World Cinema Fund en Alemania. Y cuando estábamos en Toulouse conocimos a Juliette Lepoutre que era de MPM Film, con ella ganamos el fondo francés y eso nos permitió hacer la postproducción de imagen y sonido en Francia.

Luis Ramos. ¿Y qué tal fue ese trabajo de post?
Héctor Gálvez. Para mí fue un lujo, yo disfruté muchísimo la post y más aun la post de sonido, trabajar con Jean-Guy Veran que trabaja con muchas películas latinoamericanas, hizo por ejemplo el sonido de La tierra y la sombra, es un capo, yo quedé enamorado del trabajo de sonido. Porque el sonido te entra al inconsciente y por eso íbamos probando cosas. Jean-Guy me dijo: «quiero el foley de las ropas de todos los personajes», y me decía que era para remarcar el sonido de un personaje. Por ejemplo un movimiento de brazos y a pesar de que la cámara estaba en un plano abierto, con muchos personajes, ese sonido de la ropa del personaje te va enfocando en ese personaje. Un capo Jean-Guy Veran.

Luis Ramos. Hablemos un poco del estreno, están lanzando «NN» en pocas salas, en un circuito pequeño.
Laslo Rojas. Cómo dicen los de Guarango es un «estreno boutique».

Héctor Gálvez. Si, creemos que si la abrimos demasiado no puede ser bueno, ustedes han visto la película, es para un nicho, teníamos cuatro salas y a raíz de la prenominación al Oscar se han añadido dos más. Creemos que es más manejable también, abrir la película demasiado no serviría. [N.E.: La película se estrena finalmente en 6 salas: Cineplanet San Miguel, San Borja y Alcázar, UVK Larcomar y Basadre, Cinemark Jockey Plaza].

 

Luis Ramos. Además este es un momento distinto para el cine peruano, un contexto en el que hay más estrenos y de todo tipo.
Héctor Gálvez. Entiendo el ímpetu de pensar que las películas deben estar en todos los cines, pero hay que ser conscientes con la película que tienes en las manos. Nosotros sabemos cómo es «NN», sabemos cómo es el estilo que tiene, sería un suicidio salir en 20 salas. Yo creo que si es en 6 ó 7 podemos centralizar. Por ejemplo, lo están manejando bien los de Guarango con Hija de la laguna, se mantiene en pocas salas y ahí está. También es cierto, se están produciendo más películas pero mantenerlas en cartelera cada vez es más difícil. Creo que a veces algunos quieren estrenar en muchas salas porque saben que no van a durar entonces dicen: «levanto taquilla en la primera semana con 20 salas».

Y también está todo el tema de la exhibición, estuve leyendo la conversa con Ricardo Bedoya, y sí pues, va a ir mutando, cambiando. La idea para mí es que la gente vea la película. Que no se centre solo en salas de cines, eso hay que verlo.

A mí me alegra mucho lo que pasó con Paraíso, al margen de la cartelera la película siguió teniendo vida, se siguió presentando. Hace tres meses me invitaron a una proyección con gente de psicología de una universidad y la sala estaba llena, la película tiene vida. Espero que lo mismo pase con «NN», ya hay propuestas de presentarla en otros lugares.

Laslo Rojas. Comentabas que tu obra de teatro «M.S.A.» nació a partir de las cosas que se te quedaron de «NN».
Héctor Gálvez. Cuando estaba en la post de sonido final de «NN» y sabía que ya se iba a acabar el proceso de esta película, volvió a aparecer esta imagen que está al inicio de esta obra de teatro y pensé en hacer algo distinto, algo que no había pasado en «NN», que el personaje hablara un montón (risas). Y M.S.A. es un monólogo, es una chica hablando a los restos de su padre que está cubierto por una calamina, hasta que vengan los antropólogos a exhumarlo. Y he tratado que el texto sea menos sutil, que la obra sea más intensa. Pero todavía es una primera versión, todavía hay que trabajarla más.

Laslo Rojas. ¿Y tienes otro proyecto de cine en que estés trabajando?
Héctor Gálvez. Tengo una idea de ficción que ya va a ser otro género, algo más ligero, de un pata que graba matrimonios, esa es la proto idea. Todavía no sé qué va a suceder, pero a partir de eso voy a ver qué construyo. Es alguien que graba matrimonios y me estoy imaginando que sea de 22 ó 23 años, en un barrio tipo Magdalena o Lince, yo me lo imagino como una historia más ligera, como una de las películas de Alexander Payne, que son a la vez ligeras y también tienen drama.

Entrevista: Luis Ramos y Laslo Rojas
Fotografías: Rolando Jurado
Fecha de la entrevista: 4 de septiembre de 2015

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3 respuestas

  1. […] no era el objetivo de Héctor Gálvez dar estas respuestas, pero a la vez siento que contestar aunque sea una o dos de estas interrogantes hubiese ayudado a […]

  2. Avatar de Jorge Prado Alvarado
    Jorge Prado Alvarado

    Que paja esta entrevista

  3. […] trayectoria que ha realizado la banda sonora de varias películas peruanas recientes, como NN – Sin identidad, Climas y Perro Guardián. Otro de los teloneros será el dúo Laikamorí, que experimenta con lo […]

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