Entrevista a Rossana Díaz Costa: «‘Viaje a Tombuctú’ es una catarsis que quería compartir»


Hoy jueves 29 es el estreno de la opera prima de Rossana Díaz Costa, el drama de aprendizaje Viaje a Tombuctú, una mirada nostálgica y exorcisante de los años 80, época lúdica y tenebrosa en el Perú, de éxodos y privación de sueños, en la que se pasó del retorno de la democracia a una paulatina y definitiva pérdida de la inocencia. Protagonizan dos nuevos rostros en el cine peruano, Andrea Patriau y Jair García, y un reparto de más debutantes y algunas figuras de experiencia, como Enrique Victoria, Élide Brero y el argentino, hijo de peruano, Juan Palomino. Conversamos con Rossana sobre este largo proceso.

Rossana Díaz Costa y sus protagonistas en el avant premiere de ‘Viaje a Tombuctú’.

Rossana, ¿cuántos años has soñado una película como Viaje a Tombuctú?
El proyecto oficialmente se inicia en el 2007 cuando escribí mi primera versión de guión cuando aún vivía en España, pero en realidad creo que es una historia que me viene persiguiendo desde antes. En mis cuentos incluidos en mi libro Los Olvidados (no los de Buñuel, los míos) ya estaba aquella familia de clase media empobrecida, el tatatata (que es un abuelito centenario), aquella niña y adolescente que está tratando de entender qué es lo que pasa en su país. La historia de amor de Ana y Lucho es lo que no está en mi libro de cuentos y que es lo que le da vida a Viaje a Tombuctú.

Creo que esta historia salió de manera natural en formato–película porque tenía la necesidad de que más gente pudiera conocer la historia y, en nuestro país, el cine tiene más posibilidades de gran público que la literatura. Desde un inicio pensé la historia no solo como una catarsis personal de una época que me marcó sino como una catarsis que quería compartir con mi generación y con la nueva generación de jóvenes que necesitan saber lo que pasó en esa época para no repetir los errores del pasado como sociedad.

¿Cómo evolucionó la historia desde la primera idea? ¿La pareja protagónica siempre fue apasionada, idealista, en conflicto con su época, y a la vez sensible con el entorno familiar?
La pareja protagónica no mutó mucho en las diferentes versiones de guión a nivel de «espíritu», siempre fueron apasionados, idealistas, en conflicto con su época y sensibles con el entorno familiar, como bien puntualizas. Lo único que fue cambiando fueron las actividades que realizaban: por ejemplo, en las primeras versiones, Anita no usaba la Súper 8 sino que dibujaba, pero esto no afectaba el cómo eran realmente. Ana y Lucho se parecen bastante a mí, estoy escondida detrás de ambos personajes, con lo cual no podían cambiar mucho, son personajes que salen de mí de manera bastante natural.

Apagón. La familia reunida a oscuras en ‘Viaje a Tombuctú’.

Cuéntanos sobre tu búsqueda y hallazgo de Andrea y Jair, dos auspiciosos nuevos rostros. ¿No te convence emplear intérpretes de mayor experiencia y popularidad en los roles principales?
A Jair lo encontré en una de mis clases, cuando recién volví al Perú. Fue en un curso de Literatura Contemporánea que dicté en el 2008. Ni bien entró al aula, tarde y con los pelos todos desordenados, pensé que así tenía que ser el personaje de Lucho. Luego, cuando nos conocimos más, Jair demostró ser un alumno con muchas lecturas, que le gustaba mucho la poesía, que escribía y con quien compartía gustos musicales, nos hicimos amigos, y fue entonces que cuando convoqué a un primer casting en La Punta le avisé para que vaya y haga la prueba. Jair es muy tímido y pensó que era imposible que pudiera actuar, pero finalmente hizo muy bien su prueba, básicamente fue muy natural, fue él mismo sin miedo ante la cámara. Quedó elegido como posible Lucho en ese primer casting hasta que finalmente lo elegí cuando vi que los otros chicos que se presentaban en castings posteriores no calzaban con el personaje que yo tenía en la cabeza. Jair se parecía a Lucho en «espíritu» y eso era lo que más importaba.

A Andrea la encontré después de una búsqueda incansable en muchos castings, durante varios años. Finalmente, la elegí a finales del 2011, ya con el rodaje muy cerca. Yo necesitaba una joven que transmitiera candor y que, al mismo tiempo, de manera natural o caracterizada, tuviera el aspecto de una chica a la que le gusta el rock, con un aspecto algo rebelde de esa época. Pero al mismo tiempo, el rol de Ana requería de un peso que finalmente me di cuenta que no lo encontraría en una actriz sin formación. La película se sostiene sobre este personaje, es el viaje emocional de Ana. Por eso Andrea fue la mejor: a pesar de que no tenía la edad de su personaje, parecía mucho menor y transmitía candor a través de su rostro. Tenía también una experiencia de vida que le permitió darle peso a su personaje, todo esto unido a su formación como actriz fuera del Perú. A ella la conocí a través de Roberto, su pareja y amigo mío de muchos años, que a su vez había sido mi alumno antes de que yo me fuera a España.

No es que no me convence emplear intérpretes de mayor experiencia, ellos fueron quienes lo hicieron mejor. Fueron los más naturales y yo quería naturalidad, quería una película con rostros nuevos y con jóvenes que parecieran jóvenes de verdad y no estereotipos de jóvenes de clase media de aquella época.

El tiempo de la inocencia en ‘Viaje a Tombuctú’.

Aunque sobrio al igual que los demás elementos, La Punta es un personaje más del filme. ¿Cuán natural ha sido para ti aprovechar sus locaciones? ¿También se convirtió en necesidad de producción hacer el rodaje en una zona cómoda, casi vecinal?
Filmar en La Punta fue maravilloso. Sí, el mar se convierte en un personaje más en esta película. Fue muy natural filmar aquí porque es el lugar donde vivo, al cual conozco perfectamente. La Punta es un lugar importante para mi familia y aportó entonces no solo a nivel personal–emocional en la historia, sino también porque la belleza natural del lugar también nos proporcionó una fuente de planos donde el mar es el protagonista. Es, también, un lugar donde un rodaje se hace ideal, porque es chiquito y seguro y además está como no tocado por el tiempo, con lo cual se facilitaba mucho la reconstrucción de los años ochenta.

¿Cuánto influyó la música en la estructura del relato? ¿Qué aprendiste en el tema de derechos de autor, que probablemente seguirá cobrando vigencia en el crecimiento del cine peruano?
Pues el guión fue escrito con la banda sonora desde un inicio. La música también es un personaje más en esta película. Viaje a Tombuctú es un viaje emocional a la década de los 80 y este viaje, para mí, no podía estar desligado de la música, yo estaba en esa década unida a una grabadora y mis cassettes, así como los personajes de la película. Recuerdo los apagones con música de Charly o Soda, recuerdo estar haciendo mis tareas con velas grabando cassettes, la música tenía que estar presente.

He aprendido todo el proceso de obtención de derechos musicales de principio a fin. Es difícil, pero no imposible. Hay que encontrar al autor de la canción, si éste aprueba ceder los derechos todo el resto de derechos salen fácilmente, el derecho de interpretación y el fonográfico. Pero toma su tiempo y en algunos casos, es muy costoso. Por eso descarté incluir canciones en inglés. Me quedé con las ganas de incluir In Between Days de The Cure… ¡será para una próxima película!

Andrea Patriau y Jair García en ‘Viaje a Tombuctú’.

¿Qué proyectos tienes? ¿Has agotado tu remembranza de los años 80 o es un tiempo que todavía vas a revisitar?
Tengo dos proyectos más y por el momento creo que he dicho todo lo que tenía que decir acerca de los años 80. Mi próxima película será una road movie en el presente. Yo escribí este guión antes que el de Viaje a Tombuctú, pero lo escribí para realizarlo en España, algo que ya no va a suceder. Entonces, el año que viene me pondré a reescribir ese guión, adaptando la historia a una realidad peruana. También tengo la adaptación de Un mundo para Julius, guión que también escribí antes. Pero para este proyecto pienso que debo tener mayor experiencia como directora y además requerirá un gran presupuesto, será por eso una película para ser desarrollada más adelante.


Una respuesta

  1. […] proyectos de danza y teatro en Perú, Australia, y Canadá. He protagonizado los largometrajes “Viaje a Tombuctú” (2014) y “Tras la oscuridad” […]

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