[Crítica] Hipocampo (2022), de Víctor César Ybazeta

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Se encuentra liberado en YouTube durante todo este mes de noviembre Hipocampo (2022), dirigido por Víctor César Ybazeta (Callao, 1987), un cortometraje que me trae a la memoria otro notable corto experimental peruano, Vacío/a, de Carmen Rojas Gamarra (*). Ambos filmes se valen de una reproducción de imágenes estáticas y un montaje sensorial a fin de asomar un mensaje subjetivo. El puerto de Paita, ubicado en Piura, es el escenario de esta película. Lo que vemos son retazos cotidianos de su alrededor, planos superficies, construcciones u operaciones aparentemente intrascendentes, los cuales se mezclan con un material de archivo. Aquí la movilidad de la cámara es escasa. Es una película que retrata y describe, pero que, a diferencia de la pintura o la fotografía de retrato, esta no expresa exaltación. Capaz la cámara lo intenta o busca mediante esa reproducción incesante de encuadres, en donde el retratista cambia de planos y angulaciones. Es decir, hay un esfuerzo por hallar o forzar alguna fotogenia. Lo cierto es que el contenido, eso que se encuadra, repele o diluye ese deseo —si lo hubiera— de enaltecer esta ciudad dueña de un pasado glorioso. 

Paita fue uno de los más importantes puertos industriales del país y el continente sudamericano, hoy evidenciando una decadencia que se torna “palpable” a partir de ese mecanismo reiterativo de las imágenes en ruina, polvorientas, oxidadas, que encierran objetos fuera de escala o de foco, algo que, en efecto, contradice el concepto y estética del retrato. Esta es una oda lánguida, un himno ralentizado vago y hueco a una ciudad que figura estar a poco de las ruinas. No suficiente con lo visual, Víctor César Ybazeta capta e incluso recrea una sinfonía decrépita que emerge o parece nacer del corazón de esta inmensidad por momentos baldía, pero que no deja de dar señales de vida. Dicho esto, es también una rutina de la resistencia, una película sobre una industria intentando sobrevivir. Por último, Hipocampo, al igual que Vacío/a, también se apropia de las herramientas digitales para provocar en la realidad un estado degenerativo, superficial, alucinatorio, una mirada que la aparta de sus precedentes históricos y la allana en esa realidad dispersa, distorsionada, que falsea sus mitos, oculta a sus glorias, sus monumentos, sus héroes que son borrados de sus paredes o están en un segundo plano sin una profundidad de campo que los honre.

* Nota del editor: Coincidentemente, Carmen Rojas Gamarra participó junto a Víctor César Ybazeta en el Talents Buenos Aires 2018.


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