[Crítica] «Redención» (2023), de Miguel Barreda

redencion-2023

Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar.
(Arthur Schopenhauer)

El cineasta Miguel Barreda Delgado estrena un nuevo film, producido en Arequipa, una historia de dolor, culpas, abusos, pero sobre todo, impunidad. Todos estos elementos, además, se hacen presentes dentro de una comunidad religiosa, liderada por un pastor que ejerce el control de todas y todos, hasta ejerciendo violencia contra la mujer. 

Esta historia está basada en hechos reales. En ella se entrelazan la necesidad de una pareja por ser padres, con la urgencia de una joven por no asumir su maternidad que es producto de una violación. Este es el punto de partida que Barreda utiliza para contarnos los conflictos de sus personajes dentro de la realidad que les ha tocado vivir.

Por un lado, el film se desata en una geografía agresiva. No es la Arequipa de postal, muestra más bien, una ciudad blanca llena de pendientes y cerros, de precariedad e inseguridad. Enmarcada de escaleras, que además de mostrar las diferencias sociales, acentúa el grado de dificultad que los personajes atraviesan en su día a día. Pero también nos advierte de la oscuridad que habita en cada uno de ellos, una oscuridad que lleva cargas de frustración y que esconde secretos.

Uno de los aciertos de Redención es justamente la intención de profundizar en los perfiles de las víctimas y de sus agresores. La capacidad de contarnos cómo sus personajes pueden transitar entre la bondad, el abuso y el crimen, hasta la culpa. Hasta allí el trabajo de Barreda hila fino. 

Tatiana Astengo es Norma. La talentosa actriz, que nos ha entregado personajes en el cine como Oliva en El destino no tiene favoritos (2003) o Mariela en Contracorriente (2009), entre otros, interpreta esta vez a una enfermera en busca de lograr la maternidad a lado de su esposo, interpretado por John R. Dávila. Este es un actor recurrente de Barreda, que vimos en otras películas del director como Encadenados (2015) y La cantera (2019). Ellos dos conforman una pareja que maneja bien sus sutilezas y lenguaje corporal. Inevitable es, en todo caso, que Tatiana Astengo se adueñe de la pantalla en las escenas que tienen juntos, sin que eso desmerezca el trabajo del actor. A ellos se les suma la actriz Lucero López Ponce como la joven embarazada y abusada, convertida en el punto de quiebre en la relación de los esposos. La joven refuerza su presencia con su parlante rojo y de lucecitas, como elemento constante de disolución.

Por otro lado, está el devenir de los hechos, un guion en donde se siente más preocupación de cerrar círculos que de aterrizar diálogos más justificados. Aquí es donde se presentan algunas irregularidades, si bien los personajes principales han sido cuidadosamente construidos, las situaciones y diálogos le quitan por momentos el peso que podrían tener sus acciones. Las escenas del culto o secta religiosa, parecen sacados de un sketch televisivo, una ligereza que le quita credibilidad a la narración, aun más tomando en cuenta que es la escena encargada de abrir la película. Un recurso que sí es interesante, es la manera de contarnos los hechos, sin mostrarlos explícitamente. Es decir con la edición de los mismos o la omisión, se utilizan breves elipsis que discriminan de manera inteligente lo que el espectador debe ver, para poner énfasis en lo que debe imaginar. 

Barreda, director radicado en Arequipa, acostumbra a presentarnos un cine de contrastes, en tonos oscuros, con imágenes de desolación y escenarios que reflejan realidades incómodas. Su cine siempre nos lleva a lugares e historias que capturan la atención, pero que no necesariamente están revestidas de los mejores encuadres. Redención no es la excepción. Aunque por momentos da la impresión de tener una propuesta visual más preocupada en ser realista, el apartado visual le resta en términos generales a una cinta que tiene mucho que contar. 

Redención es una película sobre las violencias en todas su formas, sobre el abuso que reciben las mujeres en todas su formas también y sobre la necesidad de dejar de normalizar el juicio que se tenga sobre las víctimas. El abanico de abusos que sufren las mujeres es amplio, desde la manipulación que el poder religioso y el machismo imponen sobre ellas, hasta los roles que no se les ha consultado ejercer. Una película con aciertos e irregularidades pero con mucho contenido por reflexionar.


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