La vida política de Alberto Kenya Fujimori Inomoto (1938 – 2024) estuvo ligada a la cinematografía peruana de manera ineludible desde los días del autogolpe en abril de 1992. A los pocos meses de aquel ataque a la democracia, en la llamada “Navidad negra”, el gobierno de Fujimori promulga el DL 25988, o Ley de Racionalización del Sistema Tributario Nacional y de Eliminación de Privilegios y Sobrecostos, en la que deroga un grupo de leyes que contravienen la filosofía política y económica neoliberal del régimen. En su artículo 4, inciso g) deroga los principales artículos del DL 19327, la Ley de Fomento de la Industria Cinematográfica vigente desde el gobierno velasquista.
Tras la aprobación de la nueva constitución en 1993, y luego de muchas gestiones de cineastas, se aprobó en octubre de 1994 con autógrafa de Fujimori, la Ley N° 26370, Ley de la Cinematografía Peruana, que en buena cuenta establece el sistema que rige el financiamiento de nuestra industria cinematográfica hasta el día de hoy. En la norma se establecían (solo) concursos de obras de cortometrajes y proyectos de largometraje a ser financiados con 2008 UIT. El gobierno de Fujimori incumplió con esta ley, pues el CONACINE, el ente creado para tal fin, nunca contó con más del 15% del fondo asignado. Recién en el gobierno de Ollanta Humala, desde el 2014, se asignaría casi la totalidad del monto.
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En lo que respecta a la figura mediática de Alberto Fujimori, los retratos del dictador han sido abordados en el cine peruano casi exclusivamente en películas documentales, sin embargo es en un film extranjero de ficción donde se le haría una primera referencia directa. En Lima: Breaking the Silence (Pánico en la embajada, 1999), producción estadounidense de bajo presupuesto, dirigida por el israelí Menahem Golan, se ficciona la toma de la Embajada de Japón ocurrida en 1997. Esta película es recordada por su representación rocambolesca e inverosímil de una Lima de república bananera, que incluía a un Billy Drago haciendo del “General Monticito Frantacino” (Vladimiro Montesinos) y al canadiense Robert Ito haciendo del “Presidente Fujimoro”.
Otra película estadounidense, Bel Canto (2018) dirigida por Paul Weitz, también está inspirada muy libremente en los hechos ocurridos en la toma de la Embajada, adaptando al cine el bestseller homónimo de Ann Patchett. Este intenso drama romántico, protagonizado por Julianne Moore y Ken Watanabe, incluye imágenes de archivo del Fujimori real, que en la ficción es llamado “Presidente Masuda” (como se ve arriba, en la imagen de portada). Sobre el final de la película, ese personaje es interpretado brevemente por el actor estadounidense Phil Nee.
En cuanto al cine peruano, en las películas de Francisco Lombardi Ojos que no ven (2003) y Mariposa negra (2006), que se enmarcaban en los años finales del ‘fujimorato’, se incluyen algunas imágenes de archivo del recientemente fallecido dictador. De igual forma, en Caiga quien caiga (2018), de Eduardo Guillot, película sobre la captura Vladimiro Montesinos, asesor y en la práctica, cogobernante junto a Fujimori, se muestran imágenes del exmandatario declarando sobre su vergonzosa renuncia a la presidencia a fines del 2000.
Más recientemente, en la comedia La banda presidencial (2022), de Eduardo Mendoza de Echave, cuatro amigos cuarentones deciden escapar de sus aburridas existencias asaltando un casino, disfrazados de los ex presidentes Alan García, Ollanta Humala, Alejandro Toledo y Alberto Fujimori.
Las películas peruanas que sí desarrollan con más profundidad el accionar de Alberto Fujimori en la vida política del país son obras de no ficción:
Uno de los primeros trabajos que incluyen en sus imágenes al dictador es el cortometraje Nada personal (1999), de Carlos Cárdenas, producido por TV Cultura por encargo del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM). Presenta denuncias de esterilizaciones forzadas, realizadas como política de estado durante el segundo gobierno fujimorista, de 1995 al 2000.
En el documental Choropampa, el precio del oro (2002), de Ernesto Cabellos y Stephanie Boyd, se presenta a Fujimori, quien declara a la prensa sobre el derrame de mercurio en la comunidad de Choropampa, Cajamarca, asumiendo un punto de vista pro minero.
El primer largometraje documental de Nora de Izcue, El viento de todas partes (2004), narra el despertar de la sociedad peruana durante el año 2000, un movimiento popular pocas veces antes visto en nuestro país, que llevó a su fin a la dictadura fujimorista.
Poderoso caballero (2002), de Sonia Goldenberg, es un mediometraje documental dedicado a la parte final del gobierno fujimontesinista y la exposición de la corrupción reinante, a través de los ‘vladivideos’.
The Fall of Fujimori (La caída de Fujimori, 2005), de Ellen Perry. Esta producción estadounidense recorre el gobierno de Fujimori a lo largo de una extensa entrevista con el autócrata, presentándolo en líneas generales con una imagen favorable y hasta celebratoria. Se estrenó en el Perú el 7 de agosto de 2005, en una accidentada función en el entonces llamado Festival ELCINE de Lima, en el CCPUCP.
State of Fear (Estado de miedo, 2005), de Pamela Yates. Producción estadounidense que se basa en los informes de la Comisión de la Verdad, para mostrar el costo humano y social que la democracia peruana enfrentó durante el conflicto armado interno, una guerra explotada por líderes inescrupulosos, entre ellos Fujimori, que buscaban su beneficio político. Se presentó en Lima en el Cinematógrafo de Barranco, en febrero del 2006.
The Siege (2007), de Bentley Dean y Elise West. Documental australiano sobre la toma de la embajada japonesa en 1997, presenta imágenes de Fujimori, y además una entrevista poco vista con Nestor Cerpa Jr., hijo del líder emerretista. El documental contó con participación peruana en su producción, Bernardo Cáceres estuvo a cargo de la recolección de imágenes de archivo, y Mario Bassino fue el director de fotografía de las escenas grabadas en Lima.
La cicatriz de Paulina (2010), de Manuel Legarda y Genciana Cortès. Documental sobre los casos de esterilización forzadas, ocurridos sobre todo en las regiones andinas, que se iniciaron en 1995 en el segundo gobierno de Fujimori. La película muestra al dictador anunciando en el Congreso el inicio de la campaña de esterilización.
La Cantuta en la boca del diablo (2011), de Amanda Gonzáles. Película sobre la investigación realizada por el experimentado periodista Edmundo Cruz, del caso de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta), asesinados por el Grupo Colina en el año 1992. Por este grave delito Alberto Fujimori fue condenado a 25 años de cárcel como “autor mediato de la comisión de los delitos de homicidio calificado”.
Cronología del olvido (2012), de Renzo Alva. Cortometraje experimental found footage “que disecciona la disyuntiva de la apología al terror, que se suscita en el interior del Perú debido a conflictos sociales”. Incluye imágenes de los ex presidentes Alan García, Ollanta Humala y Alberto Fujimori.
Sibila (2012), de Teresa Arredondo. Documental sobre la chilena Sybila Arredondo, viuda de José María Arguedas, que cumplió prisión por pertenecer a Sendero Luminoso. En la película, realizada por su sobrina, en una escena Sybila mira grabaciones de noticieros de la época, aparecen declaraciones de los entonces presidentes Alan García y Fujimori.
Venezuela, país en trance (2013), de Federico García Hurtado. Documental sobre el régimen chavista en Venezuela, y su repercusión en el Perú. El realizador incluye algunas imágenes de Fujimori para ejemplificar el concepto de un “gobierno populista”.
Su nombre es Fujimori (2016), de Fernando Vílchez. Película que se produce con motivo de la elección presidencial del 2016, en la que la hija del dictador, Keiko Fujimori, intentaba convertirse en presidenta por tercera vez consecutiva. Ante la amenaza que el fujimorismo regrese al poder, este documental propone “recordar lo que fue esa dictadura que ya lleva un cuarto de siglo lavándose la cara. Es hora de recordar que Keiko Fujimori no estuvo al margen de la dictadura, sino que participó en ella. Se alimentó de ella”.
Rehenes (2017), dirigido por el uruguayo Federico Lemos. Es otra película sobre la la toma de la Embajada de Japón en Lima, a fines del 1996, y del subsecuente rescate de los rehenes a inicios del 1997, a manos de la Compañía Especial Contraterrorista “Comando Chavín de Huántar”.
Quipu: llamadas por justicia, de Rosemarie Lerner y Maria Court (2017). Cortometraje sobre un proyecto social que da ayuda a las víctimas de esterilizaciones forzadas ocurridas durante el gobierno de Fujimori. En el documental se ven imágenes del dictador en la Conferencia mundial de la ONU sobre la mujer, en 1995, tratando de justificar su nefasta “política de planificación familiar”; y luego durante su juicio entre el 2007 y 2009.
El Betamax de Genaro (2020), de Miguel Villalobos. Documental experimental elaborado con una sinfín de imágenes de archivo televisivo del mundo político y de espectáculos de los años 80 y 90, que incluyen diversas secuencias con presencia de Fujimori.
Rojo profundo (2023), de Magali Zevallos. Documental sobre la vida política del dirigente de izquierda Javier Diez Canseco. Aquí se incluyen imágenes diversas del dictador durante su gobierno, a quien Diez Canseco enfrentó durante todo su régimen.
Alberto Fujimori Vol. 1 – El real tsunami Fujimori (2024), de Hugo Lezama. Un autodenominado metadocumental del conocido youtuber que recopila en más de tres horas diversos registros, televisivos sobre todo, entre los años 1990 y 2000, sobre la aparición, auge y caída del dictador.
Nota: En el presente artículo se han listado todos los largometrajes nacionales que incluyan imágenes de Alberto Fujimori. Se mencionan además algunos cortos y mediometrajes destacados.
Textos: Laslo Rojas.
Con la colaboración de Luis Ramos, Antolín Prieto, Luis Vélez, Rodrigo Portales.
Esta entrada fue modificada por última vez en 24 de septiembre de 2024 13:15
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